Fallo en contra de Molares

La justicia federal falló a favor del pedido de extradición de Facundo Molares a Colombia. Sigue la pelea por evitar su extradición y lograr su libertad.

El pasado 29 de abril el juez Otranto aprobó el pedido de la justicia colombiana de extraditar a Facundo Molares, para que sea juzgado en dicho país por la comisión de presuntos delitos durante su paso militante por las FARC. 

El desarrollo del juicio de extradición dejó en claro la debilidad del pedido de la fiscalía, que se vio deslucido frente a la defensa que plantearon los compañeros de la Gremial de Abogados y Abogadas. Además del hecho irregular de que el pedido de llevar a Molares a Colombia lo realizó un tribunal ordinario, y no la jurisdicción especial creada tras los acuerdos de paz. A pesar de todos estos elementos, Otranto falló con un criterio político de castigo a la militancia de Facundo.

Este juicio no significa la extradición inmediata. Queda por delante la apelación a la Corte Suprema y la decisión del poder ejecutivo, que es quien en última instancia debe aceptar o denegar el pedido. Molares, que con su delicado estado de salud viene transitando el proceso detenido en el penal de Ezeiza, seguirá alojado allí hasta que el trámite se defina.

La semana que duró el juicio se mantuvo en las afueras del penal un acampe sostenido con gran esfuerzo militante que, además de hacerle el aguante a Molares y de haber tenido repercusión dentro del penal, logró darle mayor instalación a su caso. 

Molares se desmovilizó de las FARC hace ya varios años. Representa una gran desproporción que se lo quiera juzgar en Colombia por su presunta participación en hechos que en su momento fueron resueltos políticamente. Máxime cuando el Estado colombiano se ha dedicado sistemáticamente a violar los acuerdos de paz: varios ex guerrilleros suscriptores del mismo fueron asesinados, en el marco de la cruda represión contra los líderes de las revueltas populares de los últimos años. Además de la injusticia que representaría, no es exagerado plantear que en estas condiciones la vida de Facundo correría peligro de ser enviado a Colombia.

La pelea por su libertad y no extradición continúa. En lo inmediato hay que volver a recoger el arco de solidaridad con su causa, para encarar la presión y la movilización hacia los órganos judiciales y políticos que deben dar los pasos que siguen. Desde el PRML reafirmamos nuestro compromiso en esta pelea.

Facundo Palacios