Se profundiza la crisis en Brasil

Jueves, 8. Junio 2017

Días después de la histórica huelga realizada por los trabajadores brasileros contra la reforma laboral del gobierno de Michel Temer, estalló el escándalo de las coimas por el Lava Jato, un escenario no imaginado por la dirigencia brasilera y con consecuencias políticas y económicas en toda la región, especialmente para nuestro país.

El ya frágil -e ilegítimo- gobierno de Temer tiene los días contados. Además de la resistencia de los trabajadores y el pueblo al ajuste, hace unas semanas se desató otro escándalo de corrupción que involucra directamente al primer mandatario. El empresario Joesley Batista, dueño de la empresa de carne JBS, grabó un encuentro con el presidente Temer donde parece avalar el pedido de sobornos para comprar el silencio de su aliado Eduardo Cunha, preso por el Lava Jato. Por este hecho se está solicitando un impeachmet para Temer que se suma al pedido de juicio por las donaciones ilegales de la constructora Odebrecht; en caso de que el Tribunal Superior Electoral fallase en contra de la ex presidenta Dilma Rousseff y del actual jefe de gobierno (su ex compañero de fórmula) su mandato sería anulado.
La crisis de Brasil tiene efectos políticos y económicos en nuestro país. Mauricio Macri fue el primer mandatario en reconocer ese gobierno nacido del impeachment a Dilma Rousseff y se convirtió en su principal aliado, con quien el gobierno argentino ha trazado estrechos lazos. Es por este motivo que los escándalos de corrupción (donde además están implicados funcionarios y empresarios argentinos relacionados con el gobierno kirchnerista y el macrismo) llenaron de preocupación a Macri que se encontraba de viaje en Japón. A la vez que se desinfla la esperanza del presidente argentino de concluir un acuerdo Unión Europea-Mercosur para este año propuesto en una reunión de la OMC en la gira por Europa.
Más allá de los avatares políticos, la principal intranquilidad pasa por el escenario económico. En su mejor momento, Brasil representa el 30% de las exportaciones del país, pero con la recesión instalada, Argentina sufre inmediatamente sus consecuencias ya que depende mucho del país vecino. En 2015 tuvo un superávit comercial de 2.515 provocado por la crisis, y en 2016 fue de 4.333 millones de dólares, una leve suba que se ve amenazada por la crisis actual. En este contexto la frase “si Brasil estornuda, Argentina tiene gripe” goza de popularidad. En un año electoral, Argentina ve comprometidos sus planes si cae Michel Temer y si se profundiza la crisis brasilera.
Temer no tiene más opciones. Miles de trabajadores y el conjunto del pueblo brasilero desaprueban su gestión y lo expresan en las calles, como en la jornada del paro general luchando contra las políticas antiobreras y antipopulares de ese ilegítimo gobierno. Se ha convocado a un nuevo paro general contra la ley de flexibilización laboral, donde además se expresará con mayor contundencia el “Fora Temer”. Por este motivo, es imprescindible encontrar a los sectores más combativos al frente de la mayor clase obrera del continente, en pie de guerra contra esta ofensiva del gobierno ilegítimo y ajustador, abriendo paso a una nueva dirección del movimiento de lucha obrero y popular, que apueste a la rebelión para tumbar la ley antiobrera y acercar el momento de la caída del frágil gobierno de Temer y abra curso a una nueva situación en el país vecino, con los trabajadores a la cabeza.
Marcela Stein

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Jueves, Junio 8, 2017 - 15:45

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