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Avanzar hacia el paro activo nacional para que se vayan
¿Qué festejan?
La semana pasada el Indec publicó una inflación del 2,7%. “Estamos saliendo del infierno”, dijo al respecto el presidente Milei. Lo dirá por él y su casta: el pueblo trabajador mes a mes ve cómo sus ingresos alcanzan para cada vez menos, mientras los aumentos son descarados en servicios públicos, transportes, alquileres y comunicaciones, entre otros rubros.
El porcentaje de inflación no es la única “buena noticia” que presenta el gobierno, que revolea datos aislados para asegurar que la recesión por ellos generada tocó piso y la actividad se está recuperando. Se apoyan sobre todo en el frente financiero, con la recuperación de reservas, la baja del dólar paralelo y la reducción del riesgo país. Resultados de corto alcance que se explican por el dinero que ingresó vía blanqueo y adelanto de bienes personales. Suficiente para que la comunicación paraoficial muestre los “triunfos del gobierno”, e incluso sectores críticos hablen de “éxito macroeconómico con costo social muy alto”.
La realidad es que la situación sigue siendo precaria en el corto plazo y cualquier cimbronazo puede hacer volar el castillo de arena de la economía libertaria. En realidad, están festejando que no hundieron el barco en estos 10 meses.
Caos en las alturas
El gobierno va a terminar su primer año de mandato, entre otras cosas, gracias a una oposición que se debate entre la colaboración y la impotencia, sin olvidar la obsecuencia todo terreno de la burocracia sindical.
Sin embargo, las fisuras existen y se extienden al propio gobierno. La incorporación de funcionarios macristas luego de la última rosca en el Congreso, debe ser entendida como una muestra de debilidad más que como un fortalecimiento. Milei va dejando claro que no tiene capacidad de sostener su proyecto a largo plazo y tiene que pedir de prestado. Todavía no queda claro, en la disputa entre LLA y el PRO, quién se va a disolver en quién, cuestión que pone al rojo vivo la interna del partido fundado por Macri.
El radicalismo sufrió una escisión en Diputados con la aparición del bloque “Democracia para siempre” dirigido por Lousteau. Esta irrupción busca darle algo de dignidad al radicalismo, que comandado por De Loredo viene siendo un triste furgón de cola del gobierno.
La ratificación de la condena a Cristina Kirchner en la causa por la obra pública en Santa Cruz vuelve a poner de relieve lo agudo de la disputa entre distintos sectores de las clases dominantes por la relación preferencial con el Estado: desde la salida del poder del kirchnerismo, los “capitalistas amigos” de la década K que no se reacomodaron pasaron por la Justicia. El tema también sirve para meter cuña en la interna del peronismo. Cristina enfrenta una posible inhabilitación para ejercer cargos públicos, de ratificarse la sentencia en la Suprema Corte. Una mala noticia de cara a posibles candidaturas, pero que en lo inmediato la ratifica en el centro de la escena opositora. Como sea, lo cierto es que la flamante presidenta del PJ no propone discutir cómo derrotar el brutal ataque al pueblo que encabeza el gobierno. Su horizonte es ganar las próximas elecciones para gestionar la tierra arrasada que dejará Milei: la misma película de 2019 con Alberto Fernández, pero en condiciones sensiblemente peores.
Bien al norte
Otro motivo de alegría para el gobierno fue el triunfo de Trump en EEUU. La devoción de Milei por el empresario que vuelve a la presidencia es explícita. Más allá de las simpatías, en lo comercial el gobierno republicano no va a traer buenas noticias. Las mayores regulaciones a las importaciones van a cerrar el mercado norteamericano para todos los países. Pero el verdadero problema es el cierre a las mercaderías chinas, que van a ejercer presión sobre todos los mercados, incluido el nuestro, tensando la relación con sectores de la gran burguesía local que, liberales de palabra, no quieren saber nada con competir contra los chinos: entre ellos se anotan gigantes como Techint.
También es cierto que, en lo financiero, el gobierno de Trump puede presionar al FMI para favorecer la posición de Argentina, como ya lo hizo durante el gobierno de Macri. Pero el Fondo no va a dar señales positivas antes de que se concrete la devaluación del peso.
En cualquier caso, el gobierno de Milei no para de dar señales de sumisión total a los yanquis. En esa clave se tiene que entender el desplazamiento de Mondino de la Cancillería, quien fue reemplazada por el empresario Werthein, ex embajador en EEUU y oficialista eterno. La excusa con la que echaron a Mondino pinta de cuerpo entero la naturaleza cipaya de los libertarios, que apoyan el bloqueo criminal contra Cuba junto al amo yanqui y el estado genocida de Israel.
Cada vez peor
Según el Indec, la pobreza es del 52,9% y la indigencia del 18,1%. En base a estos datos, la Facultad de Cs Económicas de la UBA explica que, entre el primer trimestre de este año y el de 2023, la pobreza creció un 43,3% y la indigencia un ¡131%! Y si bien es cierto que la pobreza venía creciendo sostenidamente en los dos gobiernos anteriores (Macri y Alberto Fernández), su aumento exponencial en la era Milei muestra la naturaleza criminal de su plan de gobierno.
Siguiendo con los datos del Indec, un tercio de los trabajadores está en negro. Hay 13.292.000 trabajadores registrados contra 7.400.000 no registrados. La informalidad en sus distintas variantes se multiplica, a la vez que viene creciendo la sobreocupación, ya que un solo salario no alcanza para vivir. Miente el gobierno cuando dice que el salario se está recuperando: en el mejor de los casos, eso aplica a algunos pocos gremios privados con mucho poder de negociación, dejando a la mayoría laburante afuera. Por su parte, la desocupación está en el 7,6%, un punto más que el año pasado.
El “lado b” del milagro libertario lo puede ver cualquiera que salga a la calle y camine las barriadas. No hay macroeconomía que justifique la catástrofe que está viviendo el pueblo trabajador.
Milei: afuera
La respuesta popular, todavía dispersa, va tomando volumen.
La gran lucha de las universidades, a principio de año dirigida por las autoridades universitarias, en los últimos meses favoreció la irrupción del movimiento estudiantil. Y si bien el final del año va diluyendo la pelea, los estudiantes se metieron de lleno en la lucha contra el gobierno, con una camada de jóvenes que se incorpora a la política fogueándose en el enfrentamiento al ajuste de Milei.
La lucha en Aerolíneas cierra con un aumento salarial a la baja. Sin embargo, el gobierno no pudo avanzar en sus dos objetivos de máxima: no logró disciplinar a los gremios aeronáuticos, ni pudo instalar exitosamente el eje de la privatización de la empresa. Ello en medio de una feroz campaña antisindical, en la que se buscó enfrentar a usuarios contra trabajadores.
El paro de transportes del final de octubre dejó expuesta la interna de la cúpula sindical peronista. La defección de la UTA planteó un contraste claro con el sector alineado a Moyano, que si bien no rompió lanzas con el gobierno, va a poner condiciones. Es una situación favorable para que se abra paso la lucha obrera, como se vio en la confluencia con otros sectores -docentes, estatales y universidades- que también pararon junto al transporte, siendo una jornada que dejó planteada la necesidad de avanzar hacia un nuevo paro general.
En esa dirección hay que seguir dándole forma a la confluencia para unificar al gran arco que se opone al gobierno, luchando para que el combativismo sea la corriente que dirija. Esto va ligado con plantear que el actual gobierno es incompatible con el bienestar más elemental. Milei se tiene que ir, y los tiempos institucionales no son los tiempos de las necesidades del pueblo: cada semana de gobierno libertario supone peores condiciones de vida para las masas. Hay que darle forma al paro activo nacional para que se vayan.
En el camino de avanzar en la unidad antimonopólica, antiimperialista, patriótica y popular, nuestro partido impulsa las 5° Jornadas Antiimperialistas y Revolucionarias (JAR) los días 29 y 30/11 y 1°/12 en Rosario, en donde debatiremos con distintas organizaciones y referentes alrededor de los principales problemas sobre los que el pueblo trabajador tiene que intervenir con voz y proyecto propios. También será ocasión de reforzar el Capítulo Argentina de la ILPS, la organización antiimperialista más amplia a nivel global.
En la búsqueda de intervenir en la actual situación para abrir un nuevo curso, y en el debate con organizaciones compañeras y hermanas, el PRML afirma su proyecto revolucionario para construir una nueva y verdadera democracia, desde el protagonismo obrero y popular, germen de un nuevo poder que derrote a las distintas variantes de los proyectos de los monopolios.
Agustín Damaso
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