Israel, encarnación del terror

“El terrorismo, entendido como ejercicio sistemático del amedrentamiento para subyugar una sociedad hasta enfrentarla con el Estado que la gobierna, alcanza en la era contemporánea una dimensión estratégica. Su campo de acción esencialmente psicológico, corresponde a una concepción global, caudal de elementos subjetivos de diverso orden, cuya suma adquiere tal trascendencia que hoy alcanza la denominación de Guerra Psicológica.” Álvaro Valencia Tovar, ex comandante del Ejército Nacional de Colombia.

El 7 de octubre pasado, al cumplirse un año de la incursión de Hamas en el territorio palestino invadido por Israel, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), un organismo dependiente del Departamento del Tesoro de Estados Unidos dedicado a aplicar sanciones financieras contra quienes desafían la seguridad estadounidense y, también, a brindar apoyo a quienes respaldan la política exterior norteamericana, apuntó contra un grupo de personas, empresas, una organización benéfica y un banco palestino, tildándolos de importantes patrocinadores financieros del terrorismo de Hamas.

Se trata del séptimo listado difundido por el Departamento del Tesoro desde que Hamas incursionó en el territorio usurpado por Israel, a partir de informes de inteligencia norteamericana, británica, y del propio régimen sionista. 

En esta oportunidad los señalados por la OFAC son:

- Hamid Abdullah Hussein al Ahmar, ciudadano yemení residente en Turquía, presidente de la organización benéfica Al-Quds International Foundation, con sede en el Líbano, y nueve de sus empresas situadas en Turquía, Chequia, Líbano y Yemen;

- Mohammad Hannoun, un palestino radicado en Italia creador de la Asociación Benéfica de Solidaridad con el Pueblo Palestino;

- Majed al-Zeer, principal impulsor de la solidaridad con Palestina en Alemania y Europa y;

- Adel Doughman, a cargo de la solidaridad con el pueblo palestino en Austria.

Subsidiariamente la OFAC incluyó en su lista negra a la Fundación Al-Quds vinculada a una red de bancos con base en Sudáfrica y los Hermanos Musulmanes (opositores al gobierno de Egipto encabezado por Abdelfatah el Sisi), y también apuntó contra el Banco Al-Intaj, controlado por Hamas en la Franja de Gaza.

Al respecto, cabe destacar que existen dos bancos desempeñando un papel fundamental en el apoyo financiero a Gaza contra el asedio económico impuesto por el sionismo: el Banco Nacional Islámico y el Banco Al-Intaj, que han logrado seguir funcionando a pesar de los ataques y las amenazas a sus operaciones, aunque su trabajo se ha visto resentido por el cierre de buena parte de los túneles que hacían posible el flujo de mercaderías y dinero desde Egipto a la Franja.

Las sanciones aplicadas conservan la lógica del bloqueo al impedir las transacciones financieras, posibilitar la incautación de activos, sancionar a quienes mantengan relaciones solidarias y humanitarias con Palestina y, sin disimularlo, justificar ulteriores arrestos y atentados. Sin embargo, lo fundamental ha sido y es acobardar a quienes eventualmente puedan quedar enlistados como “terroristas”.

Como resultado de la medida, de acuerdo a la normativa estadounidense, todos los bienes e intereses en bienes de las personas marcadas, y de cualquier entidad que sea de su propiedad directa o indirecta, en un 50 por ciento o más, de forma individual o con otras personas bloqueadas, que se encuentren en los Estados Unidos o en posesión o control de personas estadounidenses, quedarán bloqueadas, debiendo ser denunciadas a la OFAC. A partir de dicho encuadramiento se prohíben todas las transacciones realizadas por personas estadounidenses o dentro (o en tránsito) de los Estados Unidos que involucren bienes o intereses en bienes de personas designadas o bloqueadas de otra manera.

Las personas estadounidenses deben cumplir con las normas de la OFAC, incluidos todos los ciudadanos estadounidenses y los extranjeros residentes permanentes independientemente de su ubicación, todas las personas dentro de los Estados Unidos y todas las entidades constituidas en los Estados Unidos y sus sucursales en el extranjero. Las personas no estadounidenses también están sujetas a ciertas prohibiciones de la OFAC. Por ejemplo, se prohíbe a las personas no estadounidenses causar o conspirar para causar que personas estadounidenses violen, consciente o inconscientemente, las sanciones estadounidenses, así como participar en conductas que evadan las sanciones estadounidenses, pudiendo las violaciones de las normas de la OFAC dar lugar a persecusiones civiles o penales.

Indudablemente, dichas resoluciones tienen como finalidad amedrentar cualquier denuncia contra el terrorismo sionista y la solidaridad internacional con el pueblo de Palestina. Recientemente (11-10-2024) Infobae alertó sobre las relaciones de los BRICS con Irán y sobre la agenda internacional de Brasil, señalando con preocupación que Lula decidiera alinear su país con Irán en el conflicto que éste mantiene con Israel, que Brasil retirara su embajador de Tel Aviv, que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Brasil condenara los ataques israelíes a las bases de Hezbolla, que Brasil fuese complaciente con la lluvia de misiles iraníes contra Israel, que el vicepresidente brasilero, Geraldo Alckmin, asistiera a la toma de posesión del presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, que en el mismo encuentro Alckmin posara con Mohammed Abdulsalam, portavoz de los hutíes, con Ziyad Al-Nakhalah, líder de la Yihad Islámica Palestina, con el general Naim Qassem, adjunto de Hezbollah, y con líder de Hamas, Ismail Haniyeh, que fuera asesinado unas horas más tarde cuando aún se encontraba en Teherán. Precisamente, por estas señales “inequívocas” Infobae pregunta si los recientes señalamientos del Departamento del Tesoro se extenderán también a Brasil.

En gran medida la estrategia militar del sionismo se sustenta en la denominada guerra psicológica por lo que las designaciones de personas, fundaciones, empresas y hasta de países no tienen otra finalidad que amedrentar. El predominio de niños masacrados en Gaza, por caso, no constituyen un sinsentido, sino una clara intención de realizar un empleo paralizante del terror para influir en la mente del pueblo palestino y de otros países vecinos para dominarlos e imponer la voluntad de Israel y sus socios terroristas. El planteo no es nuevo. El propio Sun Tsu hizo del amedrentamiento psicológico una de las concepciones estratégicas del triunfo, sólo que ahora Israel lo aplica al punto de consagrar mediante su limpieza étnica un verdadero genocidio palestino como estandarte del terror.

Cuando el monarca asirio Asurbanipal empalaba a sus enemigos sobre las murallas, o Semiramis, la mítica reina asiria conquistadora de Egipto y fundadora de Babilonia, tapizaba las murallas con las pieles de sus enemigos, lo que conseguían era paralizar de terror comarcas y ciudades que preferían someterse a la servidumbre y pagar cuantiosos tributos antes que enfrentar el poder de la conquista. Pues bien, recientemente organizaciones de derechos humanos israelíes denunciaron empalamientos, ataques con perros y otras torturas contra prisioneros palestinos en la cárcel israelí de Sde Teiman, a 30 kilómetros de la Franja de Gaza. De igual modo, las quemaduras por fosforo blanco empleado por la aviación israelí en Gaza y Líbano han resultado más aterradoras que el desollamiento ordenado por la mítica reina asiria.

Según el Washington Post Journal (09-10-2024) cuando Israel lanzó la operación terrestre en el sur del Líbano el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se dirigió al pueblo libanés con un llamamiento para que éste se libere de Hezbolá y, de esa forma, se ponga fin a la guerra en la región. Dicho llamamiento resultó una muestra elocuentemente del terror aplicado por el sionismo: "Tienen la oportunidad de salvar al Líbano -afirmó Netanyahu- antes de que caiga en el abismo de una larga guerra que conducirá a la destrucción y al sufrimiento, como vemos en Gaza. A ustedes, pueblo del Líbano, les digo: liberen a su país de Hezbolá para que esta guerra pueda terminar". Mientras tanto, continuaron los bombardeos israelíes contra objetivos asociados con la resistencia islámica en el Líbano y en la Franja de Gaza.

Jorge Díaz