La primavera llegó a Sri Lanka

El 22 de septiembre circuló por los portales de noticias del mundo el triunfo de un presidente marxista - leninista en Sri Lanka, con más de 5,7 millones de votos a su favor -el 43% de los sufragios emitidos-, Anura Kumara Dissanayake, candidato de la alianza de izquierda Poder Popular Nacional (NPP), se convirtió en el nuevo presidente.

Se pone fin a una alternancia de más de cincuenta años entre dos partidos que también representaban dos clanes: el Partido de la Libertad de Sri Lanka (SLFP) y el Partido Nacional Unido (UNP). 

Antecedentes para este triunfo

Este cambio histórico tiene una explicación en los hechos recientes del país. La gestión de la familia Rajapaksa, que dominaba el SLFP, llevó al país a la ruina. Durante la década de 2010, hubo un fuerte crecimiento gracias a las inversiones públicas en transporte y construcción que beneficiaron en gran medida a los miembros del clan Rajapaksa. A esto se sumó una reducción masiva de los impuestos en 2019. Pero con la crisis sanitaria, el colapso del turismo y de las transferencias procedentes de los emigrantes se secaron las fuentes de divisas. El país, privado de estructuras productivas, comenzó a carecer de todo, y en primer lugar de alimentos.

La inflación se disparó. Los precios en 2024 eran un 75% más altos que los de 2021. En ese marco, el país se vio obligado a suspender el reembolso de su deuda externa. En julio de 2022, un levantamiento popular, conocido por el nombre cingalés “Aragalaya” (“lucha”), expulsó al presidente Gotabaya Rajapaksa, que incluso tuvo que huir a Singapur.

El ex primer ministro de la UNP, Ranil Wickremesinghe, fue elegido presidente interino por el Parlamento hasta el final del mandato oficial de Gotabaya Rajapaksa. El nuevo presidente reprimió las manifestaciones y llegó a un acuerdo con el FMI para una política de austeridad severa. Los economistas se alegraron de la «estabilidad» recuperada, pero la situación siguió siendo desastrosa. La tasa de pobreza alcanzó al 25% de la población y el número de personas que ganaban menos de 3,65 dólares al día se duplicó en dos años, se redujeron las pensiones y se eliminaron los subsidios a los productos de primera necesidad. 

Anura Kumara Dissanayake -AKD, como se lo conoce en la isla- hizo campaña denunciando el contenido social de la gestión de ambos bandos gobernantes y rechazando el programa del FMI. Su plan de gobierno es reducir los impuestos al consumo para reforzar los impuestos sobre los más ricos. El 1% de los sri lankanos posee el 31% de toda la riqueza del país.

Los clanes tradicionales, por su parte, tuvieron su derrota: el presidente saliente obtuvo el 17,5% de los votos y el representante del clan Rajapaksa, Namal Rajapaksa, hijo del ex presidente Mahinda Rajapaksa y sobrino del presidente depuesto, obtuvo solo el 2,5%. 

De donde proviene AKD

El JVP, integrante del frente que ganó las elecciones, es un partido de origen maoísta fundado en 1965, que ha oscilado durante mucho tiempo entre la lucha armada y el juego institucional. En 1971 y en 1987 llevó a cabo insurrecciones armadas que provocaron a su prohibición temporal.

Desde 1994, el JVP se volcó a la participación institucional y ha formado parte de la coalición de gobierno en 2004 con el SLFP para derrotar al entonces gobierno de la UNP. El JVP entró entonces en el gobierno y AKD ocupó la cartera de agricultura. Dimitió en junio de 2005 cuando el partido abandonó la coalición tras el rechazo de un acuerdo con los rebeldes tamiles para reparar los efectos del tsunami que azotó el sur de Asia en diciembre de 2004. Un partido marginal hasta ahora en términos electorales, cuyo mejor resultado con un candidato propio se remonta a 1982 (4,6% de los votos). 

Hacia adelante

Ante la crisis de los dos partidos clásicos avanzaron con una propuesta en beneficio de las mayorías populares y sin darle centro a los acuerdos con el FMI. Queda por ver cómo juega China en esta oportunidad, con quien Sri Lanka tiene un 15% de su deuda externa. Además, tiene una ubicación geográfica clave, ya que esta en el hemisferio sur, al lado de la India. Veremos si pasa a ocupar un lugar estratégico en la guerra comercial que viene desarrollando China contra EEUU.

Hay que estar atentos al ejemplo de Sri Lanka, que luego de una insurrección popular en contra de un gobierno que beneficiaba a amigos y al FMI provocando hambre en su pueblo, tras el vacío de poder el partido JVP fue por un programa propio, donde puso el acento en las necesidades populares y no en las del FMI. Será interesante observar cómo prosigue este gobierno, el cual ya cerró el congreso, porque pertenecía a una elección anterior y no representa el mandato popular actual; en teoría se volvería a llamar pronto a elecciones legislativas. Va a ser una nueva oportunidad para testear el efecto de las primeras medidas tomadas, a la vez de un termómetro para saber con qué espalda cuentan para los movimientos políticos que van a necesitar hacer: va a ser clave el estado de la movilización popular, para cerrarle el paso tanto a los intentos desestabilizadores oligárquicos como a las posibles desviaciones eclécticas del nuevo gobierno.

Por ahora Sri Lanka nos marcó un camino, en relación a ejercer la soberanía de los pueblos y luchar para echar a aquellos gobiernos que van en contra da sus propios habitantes, y no tienen ninguna intención de solucionar las necesidades populares.

Se trata de un camino a edificar de cara al gobierno actual de Milei que no deja de golpear a nuestro pueblo a su vez que regala al imperialismo y a los monopolios todos nuestros recursos. Por eso tomando el ejemplo hay que organizar la lucha para hacer que este gobierno se vaya lo antes posible. Es abrir un camino hacia la soberanía nacional.

Alexander Kan