Medios Públicos en lucha

Sábado, 15. Agosto 2015

Los trabajadores de los medios públicos vienen atravesando diversos conflictos con las autoridades de sus respectivos lugares de trabajo.

En Télam, y por mandato de su hoy ex presidente, Santiago “Patucho” Álvarez, los gerentes Sergio Ten y María Inés Lopisi imputaron a todo el cuerpo de delegados por constituir una asociación ilícita y particularmente al Secretario General de la Comisión Gremial Interna, Mariano Suárez, sobre quien se pidió que se le prohíba el ejercicio de su profesión de abogado por el delito de “aconsejar” a laburantes de la agencia.
Suárez es abogado, periodista y trabajador de Télam, pero además fue unos de los impulsores del nuevo sindicato de prensa SiPreBA (Sindicato de Prensa de Buenos Aires), y hacia él y a los integrantes del cuerpo de delegados apuntaron los cañones. SiPreBA nació como una reacción a la burocracia de la UTPBA. Sin ponerse coloradas, las autoridades de la empresa entendieron que el cuerpo de delegados es una asociación “paralela” para recabar reclamos y a Suárez lo acusan del “delito” de defender a sus compañeros. O sea, de ejercer para lo que fue elegido por el voto de sus compañeros: delegado.
Vale recordar que por la misma causa fue despedido de Clarín en el año 2000 Pablo Llonto, periodista y delegado que defendió en la Justicia a sus compañeros de trabajo. Distintos patrones, mismas prácticas.
Pero tamaña denuncia no fue gratuita: Álvarez fue eyectado de su cargo la semana después de hacer pública la denuncia. Esto sucedió el mes pasado.
A esto se suma que los compañeros del cuerpo de delegados, junto a la Comisión de Madres y Padres de la agencia, se están movilizando por la reapertura del jardín materno-paternal que tenía Télam y que fue cerrado en el año 2008 por la gestión de Martín Granovsky.
El nuevo presidente, Fabián “Conu” Rodríguez, pretende dar continuidad a las prácticas de la saliente gestión: desconocer a la representación gremial elegida democráticamente por sus trabajadores en noviembre de 2014 y no recibir ningún tipo reclamo por parte de los trabajadores y trabajadoras de la Agencia pública. Pero la continuidad tuvo su primer tropiezo con la lucha llevada adelante por los reporteros gráficos, quienes realizaron un quite de colaboración en las últimas dos elecciones porteñas (primera vuelta y balotaje) por ser discriminados del último procesos de recategorizaciones. Resultado: el flamante presidente tuvo que dar marcha atrás y otorgar el aumento a los trabajadores de área de Fotografía.
También están en conflicto los trabajadores de Radio Nacional. Su directora María Seoane, junto a Tristán Bauer de RTA (Radio y Televisión Argentina) vienen dilatando la negociación salarial, motivo por el cual se realizaron dos paros a comienzos de julio, uno de 24 horas y otro de 48 horas, en reclamo de reapertura de las paritarias vencidas en el mes de abril. Los reclamos también incluyen el pase a planta de los trabajadores contratados, que no tienen estabilidad laboral y no cobran vacaciones ni aguinaldo, entre otras irregularidades.
A pesar de las medidas votadas en la asamblea de los trabajadores de la Radio, los periodistas ultraoficialistas Roberto Caballero, Cynthia García, Hernán Brienza y Ariel Lijalad decidieron carnerear el paro grabando sus programas en la medianoche del domingo en un falso vivo para que éste salga al otro día al aire (el lunes, día del paro, se harían los análisis y comentarios periodísticos sobre las elecciones porteñas), argumentando que ellos no podían romper “el compromiso con sus oyentes”. En la asamblea siguiente, y de manera consecuente, fueron declarados “personas no gratas” por haber ido en contra de los intereses del conjunto de los trabajadores y trabajadoras de la Radio pública.
El proceso que vienen llevando adelante los trabajadores del gremio de prensa no es para subestimar. Luego de la masiva movilización paritaria en el 2013, se vienen fortaleciendo agrupaciones combativas y antiburocráticas que nuclean a un masivo activismo que hoy impulsó la creación del constituido SiPreBA. Fortalecer estos procesos de organización en los lugares de trabajo y profundizar los conflictos apostando desde allí a la coordinación de todo el sector es lo que se impone en esta coyuntura.

Marcela Stein

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Sábado, Agosto 15, 2015 - 00:00

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