Francia - La reforma previsional de Macron agita la lucha de clases

Miércoles, 19. Abril 2023
Francia - La reforma previsional de Macron agita la lucha de clases

Hace más de dos meses que Francia viene siendo escenario de la lucha de clases que se agudiza a nivel mundial. Y es que en el centro del imperialismo, el gobierno de Emmanuel Macron impulsó la reforma previsional para extender la jubilación de los 62 a los 64 años de acá a 2030. Iniciativa que busca avanzar sobre los derechos conquistados de la clase trabajadora, por lo cual, la misma salió a dar una contundente respuesta callejera junto al resto de los sectores populares, que el pasado 7 de marzo originó una de las movilizaciones más multitudinarias en las tres últimas décadas, aproximándose a los 2 millones según los sindicatos del país.


Comienzo de año caliente


Es necesario hacer un recorrido de lo que viene sucediendo para comprender en profundidad lo que se juega realmente.

El 10 de enero del 2023, Élisabeth Borne, primera ministra del gobierno de Macron, anunciaba por televisión la reforma del sistema previsional. La edad jubilatoria pasaría de 62 a 64 años, y el aporte necesario para poder acceder a una jubilación completa sería de 43 años. La respuesta popular no se hizo esperar. El 19 de enero, el pueblo francés ganaba las calles para expresar su primer repudio. Desde entonces hubo 11 movilizaciones si contamos la del pasado 6 de abril. Todas masivas y replicadas en numerosas ciudades del país. 

Pero las movilizaciones no fueron las únicas medidas de lucha tomadas por parte del pueblo francés. Lo interesante es que desde la clase obrera hubo acciones combativas como piquetes con bloqueos a monopolios, como sucedió en el sur de Lyon en una refinería petrolera perteneciente al grupo TotalEnergies (el grupo francés de Total). Además, hubo también por parte del estudiantado tomas de facultades y liceos (secundarios en Francia), buscando pararle la mano a la reforma con medidas que apuntan a una gran huelga general activa y piquetera, que pone en el centro la paralización de la producción económica para derrotar al gobierno antipopular de Macron.

Medidas que fueron creciendo cuando Macron definió hacer oídos sordos al legítimo reclamo del pueblo francés y recurrió al artículo 49.3 de la Constitución, que permite aprobar el proyecto de ley sin someterlo al voto de la Asamblea Nacional. Con esta iniciativa el gobierno buscó darle legitimidad a la reforma a través de la Constitución. Fue la gota que desbordó el vaso, radicalizando las manifestaciones esa misma noche del 16 de marzo, produciéndose enfrentamientos con la policía hasta la madrugada.

Disputa interimperialista


A este contexto social se le suman las condiciones objetivas que provocan la guerra en Ucrania. Francia proyecta una inflación de entre 5,5% y el 6,5% para este 2023. Cuestión inédita en el país, consecuencia del sistema político mundial en decadencia, buscando su propia regeneración con las guerras de rapiña imperialistas para la repartija de los países dependientes y generando una carrera armamentística entre las distintas potencias del mapa geopolítico.

En definitiva, detrás de esta reforma se esconde una política que busca acrecentar la explotación de la clase obrera. Y es que cuando el régimen político imperialista se agota, las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción chocan de manera cada vez más antagónica.

Trampas legales


Frente a este panorama, el gobierno buscó darle credibilidad a su reforma haciéndola pasar por el Consejo Constitucional, autoridad creada por la 5ª República Francesa a los fines de hacer respetar la Constitución y las leyes. Órgano compuesto por los “9 sabios” (los 9 miembros reelectos cada 9 años por el presidente de la República, el presidente del Senado y el presidente de la Asamblea Nacional) además de los ex – presidentes, que tiene la última palabra. “9 sabios” frente a un pueblo entero que ya salió a pronunciarse contra la reforma de manera clara. “9 sabios” representantes de los intereses de la gran burguesía francesa y la oligarquía financiera, que se pronunció finalmente el 14 de abril a favor del proyecto de ley. La grieta está clara, y el tipo de democracia de la República Francesa también.

Es en este panorama que se ha dado también una inmensa movilización de 30.000 personas en la zona rural francesa. Esta tuvo como eje la lucha por el agua, y el desastre medio ambiental que genera el proyecto de mega piscinas promovido por el sector económico de la agroindustria. Esto ha reavivado también la lucha de clases en el campo, dividiendo a pequeños productores agrícolas junto a activistas por el medio ambiente, de los grandes grupos concentrados y el gobierno que buscan acrecentar ganancias a costa de la destrucción de la naturaleza.

Un pueblo trabajador con historia


Hace pocos años Francia era noticia por la irrupción de los “chalecos amarillos”, movimiento rebelde en contra del aumento de los combustibles. Este año, en un contexto en donde la economía mundial va hacia la recesión, se acelera la inflación en los centros imperialistas y sus gobiernos descargan la crisis sobre los pueblos. La clase trabajadora francesa se enfrenta a la reforma jubilatoria; de fondo asoma la lucha por darle salida a la decadencia del capitalismo imperialista, que solo tiene miseria para ofrecer a las grandes mayorías. 

Existe hoy un panorama completo donde crecen también del seno de la lucha de clases expresiones antifascistas y revolucionarias, necesarias en el aporte a una salida de fondo que remueva las estructuras económicas y políticas del régimen de la gran burguesía francesa, al mejor estilo jacobino como lo fue en 1789 o con el pueblo parisino en la experiencia insurreccional de la Comuna de París en 1870-1871. Del “no” al aumento de la edad jubilatoria a un estallido insurreccional, el trecho no es tanto largo, sino más bien revolucionario. 

Esteban Pietri

Miércoles, Abril 19, 2023 - 22:00

Notas relacionadas