Espert y las balas

“Cárcel o bala para vos Belliboni” tuiteó José Luis Espert en referencia al compañero del Polo Obrero Eduardo Belliboni. La provocación fue ampliamente repudiada. Entre todas las organizaciones que se pronunciaron solidariamente con “Chiquito”, destacó el comunicado del Encuentro Memoria Verdad y Justicia. Esta amenaza directa contra el compañero se da en el marco de un ataque general al movimiento piquetero, con el recorte arbitrario de planes y las demoras en la entrega de mercadería. No es una “bala” al aire, sino apuntada contra un movimiento en lucha. Dentro del mismo arco político, días atrás aparecieron en la calle afiches del Movimiento Antipiquetero ligado a Ramiro Marra que anuncian “este año se te acaba la joda”, en referencia a los cortes de calle.

No es la primera vez que el referente liberfacho pide “cárcel o bala”; como él mismo lo admite, Espert ya lo había dicho antes: contra militantes del MTE que acamparon en Lago Escondido, cuando los obreros del neumático ocuparon el Ministerio de Trabajo y frente al asesinato de un kiosquero en San Justo en 2011. En aquella ocasión, Espert se despachó hablando de que la policía tenía que llenar de agujeros a los delincuentes. Es muy sugerente cómo para Espert tienen el mismo peso -y por lo tanto el mismo tratamiento- el asesinato de un kiosquero y una medida de protesta.

Cada vez que lanza la bravuconada, Espert retrocede con los mismos pasos, diciendo que así busca “pedir el cumplimiento de la ley, el que viola la ley debe ser sometido a proceso y encarcelado y si se resiste el código penal habilita a las fuerzas de seguridad a hacer uso de la fuerza”, explica citando el Código Penal. También sostuvo alguna vez que “hay una decisión del kirchnerismo de avanzar sobre la propiedad privada”. La acusación, bastante insólita por cierto, da cuenta de su defensa de la propiedad, pero no de cualquiera, sino de la gran propiedad, la de las empresas monopólicas, la del magnate Lewis, o la del dirigente de la Sociedad Rural Etchevere, a quien también defendió en su momento. Un liberal que banca a los monopolios y quiere matar a los luchadores: una caricatura fascista del liberalismo.

La fórmula “cárcel o bala” no es nueva en nuestra historia. Y si bien se aplicó en momentos oscuros, también es cierto que el último que quiso avanzar por ahí fue Duhalde en el Puente Pueyrredón, allá por 2002. Ojo con escupir para arriba, Espert.

La crisis mundial se agudiza y en la región y otros países del mundo hubo ensayos con impronta fascistoide, con distinto resultado pero también con peso de masas. A ocupar ese lugar aspiran los Espert, Marra y Milei, compitiendo con Patricia Bullrich y sus laderos. Que todavía estén lejos no debe llevar a subestimarlos. La mejor garantía de que las amenazas de Espert no pasen de boconeadas, es dejar claro que cualquier avance en ese sentido va a ser respondido a la misma altura. Pero tampoco hay que dejar que el tema avance. La democracia de los monopolios nos quiere hacer creer que la lucha popular y una derecha fascistoide pueden convivir democráticamente bajo el mismo cielo. La realidad de la crisis va a demostrar que no es así. Las organizaciones populares deben legitimar el derecho de ejercer la autodefensa frente a estas provocaciones. 

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