Cuba Soberana

Lunes, 19. Abril 2021
Cuba Soberana

A principios de la década del 80 del siglo pasado, Fidel Castro se reunió en un pequeño laboratorio con seis médicos y científicos. Les planteó una idea desmesurada: transformar a la República Socialista de Cuba en una potencia biotecnológica.
Cuarenta años después, BioCubaFarma, el conglomerado estatal de la isla, ha dado a luz cinco vacunas en la lucha incansable y desigual contra el Covid-19. Soberana 2 y Abdala ya están en la última etapa y se han vacunado 90.000 habitantes. También se están desarrollando sueros baratos y fáciles de almacenar. Es de destacar que Cuba cuenta con 31 empresas de investigación biotecnológica, a las cuales se suman 62 fábricas de insumos y 20.000 trabajadores.
Irán, que compró 4 millones de vacunas de AstraZeneca, ha firmado un acuerdo de transferencia tecnológica con el gobierno cubano para fabricar la Soberana 2 en suelo iraní, después de llevar a cabo allí mismo la prueba de fase 3 de la vacuna. El canciller venezolano Jorge Arreaza se mostró esperanzado: su país también acaba de firmar un acuerdo vacunatorio con la nación caribeña.
Soberana 2 figura en la lista de vacunas consideradas "serias" por la Organización Mundial de la Salud, con la característica de ser también apta para niños. También está en la mira de las autoridades argentinas para su adquisición junto a la india Covishield. Cabe resaltar que Cuba produce ocho de las once vacunas requeridas a nivel nacional y las exporta a treinta países.
¿Pero cómo es posible? Una pequeña isla de algo más de 11 millones de habitantes, con una gigantesca crisis económica -producto de la ausencia de grandes recursos naturales estratégicos y de un bloqueo salvaje y asesino, impulsado por los Estados Unidos desde hace más de sesenta años- se ha lanzado, objetivamente, contra los grandes laboratorios de raíz imperialista que utilizan sus vacunas anticovid como arma en la disputa geopolítica. Una minúscula nación socialista, situada a noventa millas náuticas del país cuyas flotas recorren el mundo sembrando el terror y la desolación ha osado darle un mentís tanto a la gran burguesía farmacológica como a todos los movimientos antivacunas del mundo.
La perspectiva del gobierno de Cuba es vacunar a 1,7 millones de cubanos para el mes de mayo, y al 60% de la población para el mes de agosto. Hacia el final del año se prevé avanzar con el resto. Esto reactivaría la industria turística, fuente vital de ingresos de la isla.
No está tan feliz Michel Matos, del movimiento opositor San Isidro: "Cuba piensa que esta vacuna le dará crédito político; en todo caso, esto servirá como propaganda”. Toda una declaración de principios, ¿verdad?
Esta vacuna, cuya perspectiva de producción es de cien millones de dosis en el presente año, será vendida a precios más que modestos, especialmente a los países de América Latina y a todos aquellos subdesarrollados y empobrecidos que no pertenecen al grupo selecto de países ricos.
Dentro de este cuadro mundial, ha cobrado notoriedad en las últimas semanas el pedido formal a la Organización Mundial de Comercio sobre el levantamiento del derecho de propiedad internacional sobre las patentes farmacológicas. El mismo ha sido encabezado por Sudáfrica e India, y no descarta que se sumen más naciones. Este pedido se asienta en la idea de que "hay que privilegiar la vida de las personas por sobre el negocio de los grandes emporios de la salud."
Mientras tanto, aquel viejo sueño de Fidel se ha cumplido. Un pueblo de revolucionarios ha parido las vacunas de los pobres, de los sin nada, de los excluidos del mundo.
Claudio Gallo

Lunes, Abril 19, 2021 - 15:15

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