Aniversario de la Noche del Apagón - Una semilla que germina en las puebladas

Durante los días que fueron del 20 al 27 de julio de 1976, fuerzas policiales, militares y parapoliciales efectuaron secuestros en el pueblo de Libertador General San Martín, más conocido como Ledesma dada la preponderancia de la empresa en el lugar. La Noche del Apagón fue un plan a pedir de la empresa comandada por Pedro Blaquier, quien en el marco de la dictadura genocida represalió a quienes enfrentaron su poder. 

La empresa

Bajo la dirección de la familia Blaquier, Ledesma es sinónimo de azúcar y de papel, con importante presencia en rubros como frutas, jugos cítricos, carne, cereales y en la producción de bioetanol. Integra con empresas como Arcor, Techint, Aluar-Fate, Molinos, Aceitera General Deheza, entre otras, junto a multinacionales como Cargill, Monsanto, Fiat, Ford, etc., y sectores de la banca financiera internacional, la crema de la clase dominante del capitalismo dependiente argentino.

La familia Blaquier siempre supo acomodarse con el poder de turno. En la década del 60’ apoyó la dictadura de Onganía, y se benefició de las políticas de concentración monopólica. Uno de los integrantes de la junta militar que derrocó a Illia, el brigadier Teodoro Álvarez, formó parte del directorio del Ingenio Ledesma. Participó activamente en la preparación del golpe de marzo del 76’, a través del llamado “Grupo Perriaux” -debido al nombre del abogado Jaime Perriaux- y que se reunía en el “Club Azcuénaga”, una propiedad del propio Blaquier que tenía en la calle Azcuénaga de CABA. Martínez de Hoz, junto a Blaquier y Juan Aleman –secretario de Hacienda de la dictadura- integraron la entidad patronal del Centro Azucarero Argentino.

Durante el gobierno de los Kirchner, Bio Ledesma S.A., reciente emprendimiento del grupo, fue beneficiada con la cuota principal de producción de bioetanol destinada al corte de las naftas. Federico Nicholson, hombre de confianza de Carlos Blaquier y representante del grupo en la Unión Industrial Argentina, integró la delegación empresaria de Cristina Kirchner en más de una oportunidad. Durante la presidencia de Mauricio Macri, la familia Blaquier-Arrieta fue beneficiada con la ampliación del cupo para la producción de bioetanol y la reducción de impuestos para la exportación, medidas que aumentan aún más sus ya exorbitantes ganancias.

Jaque al rey

En los años posteriores al Cordobazo, un pequeño grupo de militantes de Vanguardia Comunista se trasladó a Jujuy para insertarse en el ingenio, que por entonces ocupaba a 10.000 trabajadores. Jorge Weisz encabezó la experiencia clasista que enfrentó la prepotencia de la empresa, dirigiendo en 1972 la primera huelga en el ingenio en más de 20 años. Al año siguiente, luego de ser despedido, fue el promotor de la organización de la lista Celeste que ganó la conducción del sindicato. Junto a Weisz estaba Jorge Patrignani, abogado del gremio. En 1973, las elecciones municipales consagraron intendente al doctor Luis Aredez. De origen radical, Aredez había trabajado como médico del ingenio, siendo despedido por defender la salud de los trabajadores. Desde el municipio exigió a Ledesma que se pusiera al día con los impuestos, que traspasara parte de sus tierras a la Municipalidad y que respetara los derechos laborales. Esa confluencia entre del clasismo revolucionario con el nacionalismo popular y antimonopólico fue blanco de la represión, primero en el gobierno de Isabel Perón y luego durante la dictadura cívico militar. Aredez, Weisz y Patrignani continúan desaparecidos, al igual que 55 de los 400 secuestrados en la Noche del Apagón.

Una historia, un presente

El ejemplo de aquellos luchadores vuelve a emerger en este contexto de pueblada en el que los trabajadores jujeños enfrentan con valor al gobierno de Morales, que defiende los intereses de las empresas monopólicas. La prepotencia del mandatario provincial llegó a amedrentar la movilización que se realiza a Ledesma todos los años, con cordones policiales que paraban a los vehículos que se dirigían a la movilización. Ni con eso pudo impedir que la conmemoración se realizara y que en el acto se expresaran los oradores. 

El PRML, continuidad histórica de Vanguardia Comunista, hizo su aporte a este acto, con la convicción de que el camino de las puebladas es el que hay que seguir para derrotar a los proyectos de los monopolios y del imperialismo, levantando las banderas de los que lucharon por la Liberación, la Revolución y el Socialismo hasta llevarlas a la victoria.

Facundo Palacios