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Frente a los despidos plan de lucha, paro y movilización
Apenas asumido, el gobierno de Mauricio Macri no dudó en aplicar con total impunidad su plan de ajuste, descargando la crisis sobre los trabajadores y el pueblo. En tan sólo dos meses de gestión más de 20.000 despidos en el sector público. A eso se le suma la inflación galopante, la quita de subsidios y la suba de los precios producto de la devaluación del peso haciendo estragos en el bolsillo de los sectores populares.
Ola de despidos
Los trabajadores estatales son los más perjudicados en esta ola de despidos que, según afirmó el flamante Ministro de Modernización Andrés Ibarra, recién comienza, ya que no descarta echar más empleados hasta marzo. A la fecha se registraron 25.000 despidos entre estatales nacionales, provinciales y municipales a lo largo y ancho del país, de los cuales se lograron reincorporar cerca de 5000 trabajadores según estimaciones de ATE.
Con los argumentos de los ñoquis y la militancia, el macrismo ejecutó miles de despidos. Empezó Gabriela Michetti con los 2000 trabajadores del Senado Nacional, luego con un discurso encubierto de finalización de contratos, en términos de cesantías y no renovación de los mismos, siguieron los más de 600 trabajadores del Centro Cultural Kirchner, los 4000 municipales de La Plata, los 494 del Ministerio de Cultura y más de un centenar de estatales de Fabricaciones Militares. Asimismo, en Quilmes Martiniano Molina dio de baja a 1000 municipales mientras se aumentó el sueldo un 30% cobrando $112.000 en bruto, y la lista es larga en todo el país.
Los despidos son una demostración de que quieren descargar la crisis sobre los trabajadores y el pueblo, ajustando para abajo y dejando miles de familias en la calle. Se trata de un plan que no sólo el macrismo aplica sin anestesia sino también las gestiones kirchneristas, como quedó evidenciado en la provincia de Tierra del fuego encabezada por la gobernadora K Bertone y en la Santa Cruz de la propia Alicia Kirchner. Esto es sólo el comienzo contemplando que a miles de trabajadores estatales se les terminan sus contratos el 31 de marzo próximo. Lo que hay que dejar en claro es que esto no hubiese sido posible sin los altos niveles de precarización laboral que se iniciaron con el gobierno de Menem en los ‘90 y se profundizaron en la era kirchnerista.
Los verdaderos intereses
del gobierno
El gobierno de Macri y compañía, aprovechó el respaldo de su reciente asunción y bajo la estigmatización de todo trabajador estatal como ñoqui, intenta ganar el apoyo de distintos sectores de la sociedad en pos de aplicar su plan de achicamiento del Estado, pero de fondo las intenciones son otras.
Primero, se busca achicar el gasto público a través del desempleo como una carta más de negociación con organismos internacionales para conseguir préstamos externos.
Por otro lado, se trata de una extorsión respecto de las paritarias. Ya el flamante Ministro de Hacienda Alfonso Prat-Gay lo afirmó: “cada sindicato sabrá donde le aprieta el zapato y hasta qué punto puede arriesgar salario a cambio de empleo”; es una provocación de parte del gobierno nacional cuando más del 50% de los trabajadores gana menos de $6500 pesos mensuales, mientras la canasta básica ronda los $20.000 y sigue en ascenso.
En paralelo, para los estatales las paritarias vienen cerrando por debajo de la inflación desde hace años. Según datos de la CTA Autónoma “los trabajadores de la Administración Pública Nacional se encuentran en la actualidad, en términos reales, entre un 15% y un 18% por debajo de los niveles de enero de 2007” (ver “Sobre Paritarias e Inflación”, IEF CTA Autónoma, 2016). Según estos estudios, si se contempla la inflación y los salarios a la baja de los últimos años sería necesario reclamar un aumento extraordinario de casi 30% y luego el porcentual en relación a la inflación (la cual se estima entre un 29 y 38% según consultoras privadas), lo que implicaría un 60%. Sobran las razones para enfrentar este chantaje de salarios vs empleo.
Por último, en un contexto donde las paritarias cierran a la baja hace años no siendo exclusividad del macrismo, la diferencia está en la política de despidos con el objetivo de generar miedo en los trabajadores y una mayor disposición a cuidar sus puestos de trabajo antes que el salario mientras crece el ejército de reserva allá afuera.
¿Qué están haciendo las
cúpulas sindicales?
Frente la estrategia de pacto social del gobierno de Macri y las grandes patronales, algunas direcciones sindicales coquetean mientras procuran no quedar pegados a las políticas de ajuste de Macri. En el plano estatal nos encontramos con el accionar de la dirección de UPCN, con Andrés Rodríguez a la cabeza, quien declaró el estado de alerta y movilización mientras sólo llevó al ámbito judicial lo que expone el decreto presidencial sobre la administración pública (el cual no contiene a los trabajadores más precarizados), en paralelo que allí donde las bases lo superan no le quedó otra que convocar medidas sectoriales y aisladas. Detrás de la actitud de hacer la plancha pretenden negociar listados por sus afiliados y acomodarse como ya lo hicieron con todos los gobiernos anteriores. En paralelo Genta de SUTECBA intenta fervorosamente que las paritarias de Ciudad cierren rápido. De los despidos ni se dio por enterado.
Mención aparte merecen las direcciones sindicales de ATE. Con buen tino ATE Nacional convocó paro y movilización el pasado 29/12 retomando las calles, acompañado por la seccional Capital. Luego demostró que tampoco está a la altura de las circunstancias, poniendo por delante sus internas. En los casos en que se enfrentó a los despidos, se trató de medidas puntuales sin apoyo concreto a nivel nacional. Finalmente, el paro general fue convocado para el 24/2. La convocatoria llega con bastante retraso. Sin embargo, se trata de una medida que hay que aprovechar para ganar las calles, en este sentido es una necesidad que la seccional Capital como todas las seccionales se plieguen fortaleciéndola. Ahora bien, si la medida es aislada y no se enmarca en un plan de lucha que nos permita frenar los despidos para quebrar el ajuste, será insuficiente.
Las tareas de los
trabajadores estatales
Frenar los despidos es quebrarle el brazo al ajuste de Macri. El frente antimacrista es amplio, lo cual es bueno en la medida en que la conducción de la pelea no se subordine a tiempos ajenos a los intereses de los trabajadores. En esta disputa, la unidad en la acción del combativismo, la izquierda y los que luchan es una herramienta esencial. Después del gran trabajo realizado en las elecciones de ATE el año pasado, es una responsabilidad de las organizaciones que componen la lista Bermellón plantarse como alternativa combativa y de lucha dejando de lado las internas del FIT y los sectarismos.
La principal tarea por delante es apostar a la unidad de las juntas internas, delegados, agrupaciones y activistas combativos promoviendo asambleas y preparando una gran intervención en la calle el 24/2, siendo pertinente que ATE convoque a un Plenario Nacional de Delegados ampliado para discutir los mandatos de asamblea y elaborar un plan de lucha para apuntalar la continuidad de las medidas.
Ema Díaz
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