Los ajustadores y estafadores se tienen que ir

Martes, 11. Marzo 2025
Los ajustadores y estafadores se tienen que ir

Un delincuente

El escándalo $Libra sepultó la impostura “anticasta” de Javier Milei. Valiéndose de su investidura presidencial, el libertario “difundió” una criptomoneda que derivó en una estafa cuyo escándalo repercutió mundialmente. El blindaje de los periodistas “ensobrados”, la complicidad de jueces escandalosamente discrecionales, y la conducta pusilánime de la oposición parlamentaria, apenas disimulan que Milei fue partícipe de un delito, sin más ni más. 

En su defensa, los libertarios argumentan que, en todo caso, se trata de un problema entre privados, y que quienes salieron perdiendo son unas pocas personas acostumbradas a la timba del mundo cripto; esto para contrastar con los verdaderos corruptos, que se enriquecen a costa de los dineros públicos, perjudicando así al conjunto del pueblo. Es un argumento pobre. Primero, porque la corrupción ajena no justifica las chanchadas propias. Luego, porque no se trató de un hecho aislado, sino de una consecuencia del plan de un gobierno que gobierna para lo más rancio del capital financiero internacional. El “ajuste más grande de la Historia” que castiga las condiciones de vida de las mayorías sirve para pagarle al FMI. El Estado no impulsa proyectos que revitalicen la industria -más bien todo lo contrario-, sino que organiza foros en donde se reúnen los especuladores de los instrumentos financieros virtuales, algunos más instalados en el negocio, otros unos aventureros arribistas, siendo estos últimos los amigos y socios de Milei, que acceden a él previo pago de peajes por muchos miles de dólares. Para ellos gobierna, con ellos hace sus negocios. 

Otra vez al fondo

Enterrada la supuesta honestidad del “outsider”, lo que le queda al presidente para sostenerse son los resultados económicos. El principal caballito de batalla es el de la inflación, que viene bajando desde que asumió el gobierno. Sin embargo, hacia adelante no sobra el optimismo. El dato de febrero irá hacia arriba respecto del mes anterior, al calor principalmente de la suba en la carne. El Indec sigue sin medir el impacto de las tarifas, que en el mes de los apagones vuelven a aumentar. Subieron las naftas y el transporte público en el AMBA. Renovar alquileres es cada vez más duro. Todo ello con salarios que, en el mejor de los casos, corren a la inflación de atrás, pero que en su mayoría están virtualmente congelados; en todos los casos, nadie que viva de un ingreso fijo se recuperó del zarpazo de diciembre de 2023. 

Así las cosas, una devaluación pondría en peligro el capital político que le queda al gobierno. Y las presiones para devaluar son muchas. Para sostener el precio del dólar se vienen quemando reservas en cantidades. Al cierre de esta edición, el viernes 7 de marzo el Banco Central vendió reservas por USD 244 millones. La semana anterior, el 28 de febrero, habían sido USD 600 millones. El gobierno pide a gritos un préstamo del FMI, que pone como condiciones levantar el cepo y… devaluar. El ministro “Toto” Caputo, el mismo que se patinó los USD 50 mil millones que le pidió al Fondo cuando era funcionario de Macri, ahora se desespera por un acuerdo que el organismo viene pateando. A tal punto llegó el tema, que el gobierno publicó un decreto para respaldar un acuerdo del que no se sabe nada, porque aún no está cerrado. 

Posiblemente el gobierno se apura en instalar el eje para que luego la oposición no ponga trabas. Desde la aprobación de la Ley Bases el gobierno tiene “domado” al Congreso, siendo sus últimos logros el voto en contra de la comisión investigadora y la aprobación de leyes que endurecen la represión. La colaboración de los colaboracionistas es escandalosa. 

Le escupieron el asado

Sin embargo, el clima está enrarecido después del criptoescándalo. La apertura de sesiones fue pensada como una fiesta de aplaudidores, en donde solo participaron los opositores más “responsables”. Ante un público propio casi en su totalidad, y con media sala vacía, el presidente dio algunas líneas para su segundo año: más flexibilidad laboral, más ajuste y más represión. También expresó su desprecio por los trabajadores -especialmente los estatales-, las organizaciones de desocupados y la industria nacional. Que en medio de semejante fantochada hayan apretado a un timorato como Facundo Manes porque agitó una constitución, habla de la fragilidad sobre la que están parados. 

La interna es brava y ya no se limita a los grupos cercanos, sino que está metida en el círculo íntimo. Vuelan las acusaciones tanto hacia Karina Milei como hacia Santiago Caputo. En ese marco, hay sectores de la gran burguesía que huelen sangre: en principio no buscan una desestabilización, pero cada uno pide su parte. Lo hacen los representantes de la gran industria que quieren limitar la apertura para que no los perjudique y que además reclaman una devaluación. Lo hacen los dueños del agronegocio, que acopian granos y también reclaman una devaluación. Lo hace el grupo Clarín, que le sopló la compra de Telefónica a un grupo que venía apalabrado con el gobierno. 

Devolver el golpe

A poco más de un año de haber asumido, el gobierno está atravesando una crisis que no se puede subestimar. Todavía las internas por arriba no llegaron a un punto de ruptura, y la colaboración política y sindical es un factor inestimable de estabilidad. Pero la mayor fortaleza del gobierno es la dispersión que viene de arrastre en la lucha por abajo. La dureza con la que golpeó en estos meses creó confusión. Por eso es importante el esfuerzo por aclararla. No son invencibles. Se los puede derrotar.

La respuesta de los trabajadores va cobrando forma. En Buenos Aires, la gráfica Morvillo permanece en ocupación indefinida por sus obreros frente al anuncio de cierre. Aceiteros prepara una huelga nacional si Vicentin no paga los salarios adeudados. En las universidades se resolvió paro por 48hs y en varias provincias hubo paro en el inicio de clases. 

Luego del multitudinario #1F, el #8M fue masivo y otro tanto se espera para el 24 de Marzo, donde miles le daremos una cachetada al negacionismo y el reivindicacionismo de Milei y Villarroel. La pelea de los jubilados, sostenida incansablemente, le pone una nota de confrontación callejera a la lucha popular, y viene tomando forma como factor de reagrupamiento. Se trata de espacios importantes para ir hacia la búsqueda de la confluencia que ocupe el lugar de dirección de la pelea del pueblo trabajador, para marchar hacia el paro activo y combativo que le ponga freno al ajuste de Milei y su casta. 

La propagandización de esta línea necesariamente debe ser acompañada de una intervención que la lleve a la práctica. Hay que promover y participar en las luchas, pujando por jugar un papel de avanzada, para que el combativismo se gane un lugar de dirección en la pelea contra este gobierno, planteando que Milei se tiene que ir, y allanando el camino para que el conjunto de los que luchan tome esta tarea en sus manos. 

En el año de nuestro 60 aniversario, el PRML concentra su esfuerzo militante en la concreción de estas tareas, que están ligadas a la difusión de nuestro proyecto revolucionario, por la Liberación y el Socialismo. 

Agustín Damaso

Martes, Marzo 11, 2025 - 18:45

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