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7ma Asamblea de la ILPS
Con la presencia de más de 500 personas entre delegados, invitados y observadores, sesionó la 7ma Asamblea Internacional de la Liga Internacional de la Lucha de los Pueblos (ILPS, por su sigla en inglés). Participaron compañeros y compañeras de 44 países y territorios de los cinco continentes. Las consignas de esta asamblea fueron “¡Derrotar al imperialismo! ¡Conquistar nuestro futuro socialista! Construir un frente unido de los pueblos para luchar contra el saqueo imperialista, la guerra y el fascismo. ¡Incorporar más organizaciones y movimientos a la ILPS en la lucha por conquistar un futuro socialista para la humanidad y el planeta!”.
Esta Asamblea fue la más grande desde la fundación de la ILPS. Esto ratifica a la Liga como la formación más grande y consolidada de organizaciones militantes, antiimperialistas y democráticas en el mundo en la actualidad. El aumento de la asistencia en comparación con las asambleas anteriores refleja los impactos devastadores de las crisis económicas, políticas, militares y climáticas imperialistas en todo el mundo y la decisión de los pueblos de unirse y luchar para dar vuelta esta situación.
Luego de una apertura cultural, las primeras palabras estuvieron a cargo del presidente saliente de la ILPS, el australiano Len Cooper. Le siguieron Julie de Lima, presidenta del panel de negociación de paz del Frente Democrático Nacional de Filipinas, y Atama Katama, de ILPS Malasia. Fue el momento de homenaje al presidente emérito de la Liga, el dirigente revolucionario filipino José María Sison, fallecido en 2002.
El discurso inaugural estuvo a cargo de Leila Khaled, referente del Frente Popular para la Liberación de Palestina, quien habló sobre la importancia de la inquebrantable lucha revolucionaria del pueblo palestino contra la agresión la y ocupación sionista-estadounidense, y la importancia de la solidaridad internacional entre las luchas de todos los pueblos en la pelea por derribar el imperialismo y construir el socialismo. Khaled desafió a todos, diciendo: “Sólo podemos luchar cuando estamos juntos. Esta es una conferencia importante porque los luchadores por la libertad están aquí y podemos planificar el futuro”.
En la plenaria inaugurada el segundo día los oradores intervinieron hablando sobre las posiciones de los integrantes de la ILPS acerca de las luchas por la liberación nacional, el problema del desarrollo económico y la lucha de los trabajadores contra los planes de austeridad, la cuestión de la democracia en la lucha contra el fascismo, y la preocupación por una paz justa en la lucha contra las guerras de agresión. Tras las primeras intervenciones se desarrolló el debate, primero en forma plenaria y luego en comisiones.
La Asamblea prosiguió con la realización de talleres y de eventos especiales, que tocaron temas tales como el derecho del pueblo palestino a la libre determinación; la situación en América Latina; el impacto en Asia de la disputa entre EEUU y China; las luchas de liberación nacional en Filipinas, Palestina, Kurdistán, Puerto Rico y Eritrea; la situación africana, poniendo el foco en el Cuerno de África y en las luchas de los pueblos indígenas.
Como corolario de todo ese inmenso debate, la Asamblea discutió y aprobó la Declaración General de la 7ª Asamblea Interparlamentaria. En ella se resume el análisis de la Liga sobre las principales contradicciones del sistema capitalista mundial actual, la intensificación de la rivalidad interimperialista por el reparto del mundo, los crecientes ataques a los pueblos por parte de los imperialistas encabezados por los EE.UU. y la creciente oleada de resistencia popular en todo el mundo.
La Declaración plantea los siguientes ejes programáticos: la causa de la liberación nacional, la democracia y la liberación social contra el imperialismo y toda reacción; el desarrollo socioeconómico para países y naciones oprimidos y explotados, combatiendo todas las formas de explotación y saqueo imperialistas; la defensa de los Derechos Humanos en los campos civil, político, económico, social y cultural contra la violencia estatal, la opresión nacional, la explotación y opresión de clase, la opresión de género, el fascismo, el sistema de castas, el racismo y la intolerancia religiosa; la causa de la paz justa y la lucha contra las guerras contrarrevolucionarias y agresión ,contra las armas nucleares, biológicas, químicas, misilísticas y otras armas de destrucción masiva; la promoción de los derechos sindicales y otros derechos democráticos de la clase trabajadora, contra todas las formas de intensificación de la explotación del trabajo y la destrucción de las organizaciones de la clase trabajadora en su búsqueda de la misión histórica de luchar por la liberación social; la reforma agraria y derechos de los campesinos, trabajadores agrícolas y pescadores contra la explotación y opresión feudal, semifeudal y capitalista; la defensa de los derechos de las mujeres contra todas las formas de discriminación, explotación y violencia sexual; los derechos de los jóvenes a la educación y al empleo; los derechos de los niños contra el trabajo infantil, el abuso sexual y otras formas de explotación; Derechos de los pueblos indígenas, las minorías nacionales y las nacionalidades a la libre determinación y la descolonización; la defensa de la docencia y de la educación contra los ataques del neoliberalismo y del fascismo; el derecho de los pueblos a la salud; el uso de la ciencia y tecnología para el desarrollo de los pueblos; la defensa del arte y de la cultura; los derechos y el bienestar de la diáspora, los refugiados y los trabajadores migrantes desplazados por el imperialismo y los reaccionarios locales; los derechos de las personas mayores y de las personas con capacidades diferentes a una vida y una existencia dignas; los derechos de las personas homosexuales, lesbianas, bisexuales y transgénero contra la discriminación, la intolerancia, la homofobia y la transfobia; los derechos de las personas sin hogar, pobres urbanos y desplazados internos contra la gentrificación, los desalojos forzosos, la contención, la criminalización y la explotación; la defensa del medio ambiente contra el saqueo imperialista y la sobreproducción como causas principales de la degradación ecológica, el agotamiento de los recursos y la crisis climática.
La Asamblea también aprobó una Declaración especial sobre Palestina, en la que se hace un llamamiento a la solidaridad incondicional con su pueblo que lucha desde el río hasta el mar para liberar su patria de la entidad genocida estadounidense-sionista. Esta declaración también hace un llamamiento a la convocación de un tribunal popular sobre Palestina por parte de la ILPS y el Movimiento de Resistencia del Pueblo Palestino. Según la declaración, el tribunal servirá como plataforma moral y política para las víctimas, los supervivientes, los defensores y los movimientos de justicia nacional y social para exigir responsabilidades a los criminales de guerra sionistas y sus patrocinadores imperialistas.
Entre las resoluciones, la Asamblea aprobó el apoyo al Frente Internacional de los Pueblos (FIP), frente único internacional, antiimperialista y antifascista; emprender campañas contra la designación como terrorista y la criminalización de los movimientos de liberación nacional; la campaña para levantar el bloqueo estadounidense y retirar a Cuba de la lista de Estados Unidos de países patrocinadores del terrorismo; la campaña por la libertad del líder kurdo Ocalan; entre lo más destacado.
La 7.ª Asamblea concluyó con una emocionante noche en la que distintas delegaciones ofrecieron espectáculos y propuestas culturales para expresar su solidaridad con las luchas de los demás e inspirar fuerza para las peleas que se avecinan. A lo largo de la velada, muchos puños se alzaron en apoyo de los mártires caídos en todo el mundo.
Compartimos algunos párrafos de la Declaración General
El tema de la Séptima Asamblea Internacional llama a los pueblos oprimidos del mundo a unirse y luchar contra las peores formas de opresión, explotación y reacción imperialistas. Es un llamado para que los movimientos antiimperialistas, antifascistas y democráticos más amplios avancen colectivamente hacia el resurgimiento de las luchas por la liberación nacional y social y la derrota del sistema capitalista monopolista global. Además, es un reconocimiento de que la devastación cada vez más irreversible del planeta no puede abordarse de manera significativa sin la derrota del imperialismo.
El imperialismo estadounidense y su camarilla siguen siendo las barreras más viciosas para la prosperidad, la justicia, la paz y la democracia en el mundo. El rápido deterioro de las condiciones de vida de los pueblos que trabajan se vuelve cada vez más insoportable a medida que los imperialistas luchan por extraer súper-ganancias de las naciones en dificultades, para apuntalar sus propias economías. El desempleo masivo, los precios vertiginosos de los alimentos, la vivienda, el combustible y otros productos básicos, y los recortes masivos en el gasto social están afectando a los trabajadores en todos los rincones del mundo. Décadas de políticas neoliberales impuestas por los Estados Unidos a través de instituciones como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial ya han hecho tocar fondo los salarios, formaron las economías de las naciones pobres para la mano de obra barata y la exportación de recursos naturales; causó despojo económico generalizado, dislocación y migración forzada a nivel mundial, y superó los límites planetarios hasta un punto de no retorno. Habiendo agotado todos los respaldos restantes para evitar el empeoramiento de la crisis económica general, el imperialismo estadounidense está recurriendo cada vez más a más guerras como su solución.
Hemos sido testigos del aumento de protestas y movilizaciones masivas antiimperialistas en todo el mundo contra las peores formas de explotación y opresión que han sufrido bajo el sistema capitalista global. Desde Asia y el Pacífico, América Latina, Europa, Estados Unidos, Australia y África, los pueblos del mundo están contraatacando y están más decididos a contribuir al resurgimiento de las luchas contra el imperialismo y toda reacción para lograr la democracia y hacer realidad su objetivo de un futuro socialista.
Mientras enfrentamos el embate de la crisis y la posibilidad de una escalada de guerras de agresión imperialistas en diferentes partes del mundo, los pueblos y naciones oprimidos necesitan construir un frente de unidad de los pueblos para exponer, oponerse y exigir el fin de saqueo imperialista, guerra y fascismo.
La ILPS está resuelta a avanzar en las luchas antiimperialistas y democráticas de los pueblos combatiendo implacablemente todas las acciones imperialistas, despertándolas, organizándolas y movilizándolas minuciosamente.
Corresponsal
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