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Sorteando todos los obstáculos | Los trabajadores siguen en la lucha
Si bien la movilización más importante registrada en la historia reciente de los 8 de marzo, en conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, acaparó el centro de la escena en el comienzo del mes, también persiste un escenario de numerosos conflictos sindicales abiertos, muchos de ellos en zona de definición, a lo largo y ancho del país.
Los docentes en la mayoría de las provincias siguen sin cerrar paritarias, los mineros de Río Turbio, donde una pueblada impidió el despliegue de Gendarmería en dos oportunidades, pelean en defensa de su trabajo y de la empresa estatal, de su convenio y las condiciones laborales. El INTI que sigue de paro y permanencia, tras una masiva demostración frente al Ministerio de Trabajo abrieron conversaciones, aunque continuaron las provocaciones del cerco policial y los descuentos salariales. Un capítulo aparte es el papel de ariete de la patronal para quebrar la lucha jugado por la comisión interna de UPCN.
Los docentes agrupados en Ctera fueron al paro en el arranque de las clases, el 5 y 6, con alto acatamiento en provincias como Chaco y Santa Fe, Río Negro, Neuquén, La Pampa y Tucumán, entre otros, a pesar del deliberado y escaso esfuerzo de preparación del paro de la conducción gremial. En la provincia de Buenos Aires, más allá de la disposición de las bases, en la dirección de Suteba prevalece el no hacer olas frente a la negociación con la gobernadora Vidal.
En el norte se extiende la crisis de los ingenios azucareros de Salta y Jujuy, ahora se le suma el ingenio San Juan, en Tucumán, que fue ocupado por sus trabajadores.
Esta breve enumeración, que podríamos seguir con la situaciones abiertas del Hospital Posadas, SENASA, Conicet, etc., hablan de la voluntad de lucha de los trabajadores.
Claramente, todos los conflictos están atravesados por la política de descargar el ajuste sobre las espaldas de los trabajadores, la de favorecer los negocios de las grandes patronales allanándoles el camino con salarios a la baja y convenios flexibilizadores y, en tercer lugar, el bloqueo a las luchas a fondo promovido por la mayoría de las conducciones sindicales burocráticas y/o traidoras que, existiendo largamente condiciones para el paro activo nacional y la puesta en marcha de un verdadero plan de lucha, los ningunean.
Este último es un factor importante porque la mayor parte de los conflictos, ya sea por la dureza del gobierno o la ambición patronal, entraron o se aproximan a su fase de resolución. Bloqueado el paro transitoriamente, cabe desbordar los límites de la burocracia allí donde existan las condiciones y la disposición de las bases lo permitan y haya presencia del combativismo sindical.
En el camino quedaron expuestos los alcances de la movida del 21F, sin continuidad ni plan de lucha, sólo queda la puja por la conducción de la CGT.
Por su parte el gobierno de Macri hace su juego. El vapuleado ministro Triaca sacó de la galera un viaje como premio a la crema de la colaboración sindical con el ajuste macrista y, sin embargo, tuvo que conformarse con arribistas de segunda. A los Daer, Sasia o Pignanelli la exposición pública de sus agachadas les pareció mucho.
Según la visión de un periodista del diario La Nación: “La maniobra de Triaca esconde otros motivos. Con los gremios que forman parte de su comitiva lo une un rosario de acuerdos secretos con patrones comunes: paritarias en línea con la pauta salarial que trazó el Gobierno; tratos para detener el avance de focos opositores en los gremios, especialmente los vinculados a la izquierda, y la determinación de enfrentar a Hugo Moyano en las pulseadas por el encuadre sindical de diferentes rubros”. (N. Balinotti, 5/03/18)
Los que quedan fuera de este juego – Camioneros, CTAs y Corriente Federal – están más atentos al devenir de la recomposición de la oposición peronista que al pulso de las luchas sindicales.
Este cuadro, si bien habilita a la unidad de acción con esos sectores, al mismo tiempo, limita la posibilidad de un paro activo nacional, más allá que las causas objetivas estén presentes y la bronca popular se acumule contra los tarifazos, las paritarias con techo del 15% cuando la inflación se perfila en 25% o más, para no hablar de jubilaciones y planes sociales.
Finalmente, la dureza del gobierno de Macri no lo pone frente a un movimiento resignado y dócil sino, todo lo contrario, frente a trabajadores encabezando la lucha popular, sorteando los obstáculos de la burocracia sindical e incluso de la represión.
Es responsabilidad del combativismo sindical y los que luchan, de las internas y sindicatos recuperados potenciar estas energías en dirección de la lucha a fondo y, en el camino, sentar las bases de una nueva dirección honesta y representativa de los intereses de los trabajadores.
En este sentido, resaltamos la convocatoria de la Corriente Sindical Jorge Weisz a un encuentro de trabajadores, el 17/3, para debatir y aunar esfuerzos en marcha a la unidad del combativismo sindical y los que luchan y por un programa de intervención que organice y sirva de orientación al conjunto de los trabajadores para quebrar el ajuste en dirección a la rebelión popular.
Ricardo Jufré
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