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Estampa de la lucha de los obreros del Ingenio Ledesma
Ledesma es uno de los Departamentos más importantes de la Provincia de Jujuy, no tanto por su geografía o cantidad de habitantes, sino por su historia y por el peso de la empresa Ledesma SAAI ubicada en Libertador General San Martín (una de las principales Localidades del Departamento). Ledesma SAAI es una empresa agroindustrial de capitales argentinos que emplea a 10.000 personas aproximadamente. Se trata de la principal fuente laboral de los pobladores de Libertador, Ledesma, Calilegua y alrededores; lidera los mercados nacionales del azúcar y del papel, y tiene importante participación en los de frutas y jugos cítricos, carne y cereales, alcohol, bioetanol y jarabes y almidones de maíz.
La empresa tiene más de 100 años de historia y desde la década del `70 está en manos de la familia Blaquier, quienes definen el destino de todo el departamento de Ledesma y tienen importantes influencias en la política de Jujuy. Los Blaquier fueron cómplices y partícipes de la última dictadura militar y el terrorismo de estado, siendo promotores de las noches del apagón y responsables de cientos de desapariciones de obreros, estudiantes, docentes y trabajadores de Libertador y Calilegua.
A días del 40 aniversario de los apagones
A lo lejos se podía ver el humo, pero no de las chimeneas de la fábrica: este era oscuro, de las gomas incendiadas en el ingreso a Libertador por los obreros del Ingenio nucleados en S.O.E.A.I.L (Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar del Ingenio Ledesma). Al costado de la ruta las cañas de azúcar y a unos cuantos metros se ve la montaña de bagazo que emana un olor insoportable, como a bosta de caballo. El sonido de los bombos y cantos, sumado a las banderas flameando y la olla popular consuman la imagen. El corte de ruta y paro por tiempo indeterminado fueron las medidas que eligieron los trabajadores para hacer visible el conflicto y conquistar sus reclamos.
El plan de lucha se inició luego de que la empresa ofreciera un aumento salarial insuficiente y muy por debajo de la canasta básica, sin contemplar mejoras en las condiciones contractuales y de trabajo. Con este panorama el jueves 14/07 los obreros decidieron en asamblea el paro por tiempo indeterminado y la concentración en las puertas del Ingenio, donde fueron reprimidos por decisión de las autoridades de Ledesma y el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, quien defiende los intereses de los empresarios del Ingenio dejando en evidencia quién mueve los hilos de la política.
Tras la represión policial con gases lacrimógenos y balas de goma de por medio, los obreros decidieron profundizar el plan de lucha y se dirigieron a cortar la Ruta Nacional 34, cerrando el acceso a Libertador, a lo que se sumaron dos cortes más en la Ruta Provincial 37 a la altura de Vinalito - El Talar y en la Ruta Provincial 1 a la altura de El Piquete, impidiendo la salida de los camiones de Ledesma cargados de caña de azúcar, lo que generó una pérdida directa de la producción. A estas medidas se sumó una marcha por Libertador el miércoles 20/07 impulsada por los familiares de los obreros en apoyo a sus reclamos y acompañada por distintas organizaciones, entre ellas la Corriente Sindical Jorge Weisz.
En el marco del plan de lucha los representantes del S.O.E.A.I.L participaron de distintas audiencias en el Ministerio de Trabajo con representantes de la empresa, en la cual se exigía un aumento salarial del 42% y mejoras en las condiciones de trabajo y contractuales de los obreros. Con varias reuniones de por medio el Ministerio dictó la conciliación obligatoria instando a los trabajadores a abandonar el paro y los cortes. Lejos de eso la decisión de los obreros en asamblea fue hacer el corte cerrojo, impidiendo de manera total la entrada y salida a Libertador. Medida que se llevó adelante por más de 12 horas.
Cumpliéndose una semana de conflicto, el jueves 21/07 se realizó la marcha por los 40 años de las noches del Apagón, donde organizaciones de derechos humanos, sociales, partidos políticos, agrupaciones sindicales, sindicatos y activistas marcharon de Calilegua a Libertador concluyendo la movilización en el corte de ruta para apoyar el reclamo de los obreros, unificando la lucha contra Ledesma SAAI y señalando el blanco en los verdaderos responsables que siguen explotando y enriqueciéndose a costa de los trabajadores como lo hicieron hace 40 años: los Blaquier.
Esta situación abrió una nueva mesa de negociación que permitió alcanzar algunas conquistas. Porcentualmente se acordó un incremento superior al 37%. El acuerdo consiste en un monto de $16.200 para la categoría base. A ello se le agregó un monto no remunerativo de $2.000, pagadero en cuotas, y mejoras en la estabilidad de los trabajadores eventuales.
El viernes 22/07 se levantaron las medidas y luego de 12 días de lucha, el martes 26/07 se firmó el acta acuerdo. Si bien la empresa se comprometió a no tomar represalias anunció que no pagará los salarios caídos de los empleados que se plegaron al paro sin acatar la conciliación obligatoria. Por otro lado el gobernador Morales pretende multar por una suma superior a los 2 millones de pesos al S.O.E.A.I.L por desacato al Ministerio de Trabajo, además de haber presentado una denuncia para el fiscal federal por no haber desalojado el corte con la policía.
Si bien el conflicto se cerró, no hay que dar por concluida la lucha. Queda por delante hacer fracasar el intento de Morales de regimentar a los trabajadores: no a la multa ni a ninguna represalia. Por otro lado, es necesario balancear si fueron o no positivas las expectativas puestas por la dirección del S.O.E.A.I.L. en que el Ministerio de Trabajo inclinara la balanza a favor de los trabajadores, cuando es sabida la complicidad entre el gobierno y la empresa. Por último hay que remarcar que este proceso de lucha es una importante experiencia para los obreros del Ingenio Ledesma; será una tarea por delante fortalecer las herramientas de organización para avanzar por los reclamos pendientes apoyándose en los métodos de lucha de la clase obrera.
En este contexto hay que levantar las banderas de los desaparecidos como Jorge Weisz, Carlos Patrignani y Pablo Bernard, que lucharon contra el monopolio de Ledesma y construyeron un modelo sindical basado en la democracia de base, clasista y combativo. La semilla de la revolución está presente y es un desafió reconstruir ese modelo sindical que le tuerza el brazo a los Blaquier y los Morales.
Ema Diaz
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