Rosario - Elecciones de rector en la UNR

Con el 85 % de los votos resultaron reelectos Franco Bartolacci como rector y Darío Masía como vice. La misma fórmula del ciclo 2019, que detrás suyo releva los matices del radicalismo, de una parte del peronismo universitario y el PS.

La asamblea universitaria que elige rector sesionó el pasado jueves 18 de mayo en la Facultad de Ingeniería en un escenario sabido de antemano. El propio Franco Bartolacci se encargó de transmitir desde las redes y medios locales en qué consistía la alianza que iba detrás suyo, desde las elecciones de los decanos de cada unidad académica que sesionaron de manera expres en la última semana de abril, apenas 10 días luego de las elecciones de Consejo Directivo de los claustros. Una lista opositora con una docente que viene de la actual conducción gremial de COaD con el apoyo de los consejeros de las organizaciones del FEU (ALDE – Pampillon Patria Grande) contó con una magra cantidad de votos. Gesto más que simbólico si le sumamos que era ignota su presentación hasta último momento y carecía de programa explícito. 

El panorama muestra el avance de la política trazada por el rector que lanzó la campaña hace cuatro años atrás ganadas las pasadas elecciones. Con un discurso sobre la democracia, la pluralidad, el diálogo y el consenso unificó distintas expresiones de la política regional en la universidad.

Esta gestión se posicionó producto con apertura de carreras, reformas edilicias, apertura de comedores universitarios y becas. En el trasfondo, este modelo universitario profundizó vínculos con el sector más concentrado de la economía regional, con convenios con Cargill y John Deere y con la Bolsa de Comercio de Rosario, además de ser ideólogos de los programas de investigación y desarrollo en torno a la Hidrovía e impulsores del modelo de concesión y extranjerización de nuestro río desde hace más de 10 años a través del “Programa de Infraestructura Regional” de la UNR con el Instituto de Desarrollo Regional. Es que en la amplitud hay bases firmes en construir para el modelo productivo imperante. Este “estrabismo” de la conducción actual que con un ojo mira hacia las concesiones a la comunidad académica, que se sustentan en el slogan de “UNR feminista y popular” y que tiene visos sociales y de extensión, se contrapone al ojo que mira hacia la consolidación de la penetración de los monopolios y multinacionales en la universidad pública.

Aquí es necesario destacar que si esta contradicción pesa para algún lado toda la estructura tiene riesgo de caer, pero el equilibrio actual se parece bastante a la paz de cementerios: sin estudiantes y sin docentes más que alguna expresión de las organizaciones estudiantiles que cuentan con consejeros, el interior del recinto estuvo copado por la Franja Morada, funcionarios y amigos de la gestión en un claro momento en que la fortaleza es la desmovilización que se viene profundizando los últimos años en el sector universitario.

Por ello no dejar de mencionar que de la mano de la agrupación estudiantil TUPAC, con una intervención artística fuera del circo electoral la jornada pudo contar con otra expresión: que las ideas del antimperialismo y el combativismo van a seguir bregando y construyendo por una universidad verdaderamente al servicio del pueblo y por el desarrollo nacional, donde los hijos del pueblo trabajador llenen sus aulas, luchando en las calles.

María Ocampo