Francia ha sido estos últimos años escenario de grandes movilizaciones callejeras que pusieron sobre la mesa la fragilidad de una democracia que agudiza su carácter reaccionario y que se... Ver más
PROTESTAS NÃO TEM FIM
A pocos días del comienzo del Mundial las protestas continúan su curso en las principales ciudades brasileñas. En San Pablo, la más populosa del país, una huelga de los trabajadores del subte hizo estallar la bronca en las calles. Los trabajadores rechazaron el 7,8% ofrecido por el gobierno local y están reclamando un aumento salarial de entre el 11% y el 17%. En Brasilia, los pueblos originarios protestaron contra una ley sancionada en el Congreso que reduce los espacios de las reservas donde viven, combatiendo a la policía con sus armas tradicionales, arcos y flechas.
Otra de las protestas la protagonizó el Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST), que en San Pablo marchó hasta el Arena Corinthians en reclamo de viviendas para los trabajadores, prometiendo bloquear los accesos al estadio el día del partido inaugural de Brasil frente a Croacia si sus pedidos no son respondidos. Cerca del estadio, más de 4000 personas ocuparon terrenos a los que llamaron “Copa do Povo” (Copa del Pueblo). Además de la falta de viviendas, el movimiento, que también se manifestó en Brasilia y Río de Janeiro, denunció que la construcción de los estadios para el Mundial y sus alrededores generó el desplazamiento de miles de personas de sus hogares, a cambio de indemnizaciones mínimas y en muchos casos sin ellas, afectando principalmente a los trabajadores de más bajos recursos. Esto se suma a que los especuladores del mercado inmobiliario tienen los precios de las propiedades y alquileres en alza, imposibilitando la reubicación digna de los afectados.
En Salvador de Bahía hubo una huelga de choferes de colectivos y en Río de Janeiro ya se sucedieron varios paros en el sector del transporte. En Recife, estado de Pernambuco, otra de las sedes, la huelga policial (que afectó a 27 estados más) concluyó en saqueos a locales y supermercados. Este estado del noreste brasileño tiene graves deficiencias en salud, con falta de médicos y de medicamentos en los hospitales.
Los profesores paulistas y cariocas también salieron a las calles tras un mes en huelga en demanda de mejoras salariales y aumento del presupuesto educativo. A estos se sumaron los trabajadores de la salud.
Las protestas se vienen sucediendo desde hace más de un año. Las más recordadas fueron en junio pasado, cuando miles de estudiantes se volcaron a las calles en contra del aumento del pasaje de colectivos urbanos. Estas manifestaciones fueron violentamente reprimidas, lo que ocasionó masivas movilizaciones de varios sectores que confluyeron en repudiar la represión, además de criticar los gastos en estadios y obras inconclusas para el Mundial y exigiendo más inversiones en educación, salud, transporte y viviendas, protestas que coincidieron con la realización de la Copa Confederaciones. Los reclamos hoy siguen siendo los mismos.
El pueblo brasileño está saliendo a las calles para hacer oír sus justas necesidades, entendiendo que la visibilidad aportada por la realización del Mundial puede generar algún tipo de efecto en el gobierno de Dilma Rouseff. Sin embargo, la presidente, rodeada de protestas por mejoras salariales y presupuestarias, sólo decidió darle un aumento salarial del 15,8% a la policía, quienes también fueron a la huelga en varios estados ¿Casualidad? No. El gobierno quiere mantener cuidadas a todas las fuerzas represivas para que puedan poner a raya a cualquier movimiento que decida manifestarse durante el Mundial. Es así que el Ejército va a custodiar los predios donde se alojen las selecciones de los países participantes, además de aeropuertos, hoteles y centros deportivos.
El gobierno brasileño ya no puede ocultar que la realización de la Copa del Mundo no está trayendo los beneficios prometidos, y los números lo indican. El PIB de Brasil crecería sólo un 1,7% este año, cifra que no ayudaría a sacar al país del letargo económico de los últimos 4 años, y se estima que la economía brasileña apenas crecería 0,2% este año.
Según el índice de actividad económica del Banco Central, que no es el oficial pero que muestra el panorama de la economía del país, la misma se contrajo un 1,35%, lo que llevó a que el cuarto trimestre tuviera una caída del 0,17%. Esos datos dejaron a Brasil al borde de una recesión técnica, pese a que el país cerró 2013 con un crecimiento de 2,57%, siempre de acuerdo con el mismo índice. El Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), similar a nuestro INDEC, ya había adelantado que la producción industrial se derrumbó en diciembre último un 3,5%, mientras que las ventas minoristas cayeron un 1,5% en el último mes del año. Parte de la crisis de la industria automotriz argentina tiene que ver con la incipiente recesión brasileña, cuya consecuencia se refleja en la merma en la compra de productos de esta industria ocasionando acumulación de stock y, sumado a la crisis económica argentina, las consecuentes suspensiones y despidos de trabajadores.
La decisión que Brasil fuese sede de la Copa del Mundo 2014 la tomó la FIFA en el año 2007, cuando Lula Da Silva del PT aún era presidente. En el 2010 Lula hizo el traspaso del cargo a Rouseff. El PT, que surgió del movimiento sindical, había llegado con la promesa de mejorar la vida de los trabajadores y, si bien hubo avances relativos en relación al descenso de los índices de pobreza y la creación de una nueva “clase media”, la situación empeora día a día. El partido está en el ojo de la tormenta, y varios de sus dirigentes están siendo acusados de graves casos de corrupción, renunciando durante el último período varios ministros. Lo que sucede hoy en la economía brasileña delata la incapacidad del mismo en cumplir con sus promesas de igualdad y justicia social.
Frente a la “neoliberalización” del gobierno y a criminalización de la protesta social y de la pobreza, los trabajadores y el pueblo en su conjunto deben ganar las calles, con un movimiento organizado y un programa claro que los lleve a sumar a todos los sectores oprimidos a dar batalla en esta disputa y hacerse de una verdadera democracia a favor de los intereses del pueblo brasileño.
Marcela Stein
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