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Paraguay - Cuatro años de injusticia para Lichita y la familia Villalba
El 30 de noviembre se cumplieron cuatro años de la desaparición de Lichita. Organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos realizaron, en varios países y ciudades, actos de solidaridad y denuncias señalando la responsabilidad del gobierno paraguayo.
El caso comenzó en septiembre de 2020, tras una incursión de las fuerzas militares paraguayas, bajo el pretexto de combatir a la guerrilla del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). Durante esta operación, fueron asesinadas dos niñas -María Carmen y Lilian Mariana-, de 11 años. La familia Villalba denunció desde el comienzo que las menores fueron ejecutadas. En noviembre de ese año, la Fuerza de Tarea Conjunta secuestró a Lichita, de 14 años, quien aún está desaparecida. Lichita es la hija de Carmen Villalba, la dirigente del EPP que en 2021 cumplió una condena de 18 años, pero que continúa detenida por una maniobra del poder judicial que le sumó una nueva condena.
A partir de aquí se profundizó la campaña de hostigamiento hacia la familia Villalba. Laura Villalba, tía de Lichita, fue detenida en 2020. En un juicio plagado de irregularidades, fue condenada este año a 23 años de prisión.
La persecución se extendió más allá de las fronteras paraguayas. El gobierno de Milei no se quedó atrás, quitándole a los Villalba el estatus de refugiados. Fueron víctimas de allanamientos en sus domicilios, siendo detenidas tres integrantes de la familia. Frente a esto, Myriam Villalba está pidiendo asilo en Venezuela.
Una delegación internacionalista compuesta por militantes populares de Argentina, Uruguay y Brasil viajó a Asunción para unirse a los actos de solidaridad. En Argentina se realizó un acto en la Embajada de Paraguay, en donde se presentó una carta denunciando las condiciones de tortura en que se encuentran detenidas Laura, Carmen y Francisca Andino.
Cuatro años después, lejos de buscar a Lichita o a los asesinos de María Carmen y Lilian, el estado paraguayo continúa persiguiendo a la familia Villalba. Se trata de una política de Estado, ya que lo que comenzó en la presidencia de Abdó Benítez continúa en la de su sucesor Peña. La solidaridad internacional va a persistir en la lucha por justicia para la familia Villalba, en el marco de la pelea del hermano pueblo paraguayo por su liberación.
Marcela Stein
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