Hoy un juramento, mañana una traición

Miércoles, 15. Junio 2016

La reciente firma del acta acuerdo salarial por parte de todas las federaciones docentes cayó como un baldazo de agua fría sobre el conjunto docente y el movimiento estudiantil quienes, estando en el pico de la lucha tras haber protagonizado una de las mayores movilizaciones de repudio a la política educativa de Macri y su desfinanciamiento educativo, de pronto se encontraron que por un 34% la pelea se daba por cerrada a cambio de una “conducta expectante” sobre la evolución de la inflación y el compromiso de reabrir la paritaria en febrero de 2017 (para conmemorar consecuentemente los 100 años de la revolución menchevique) y a partir de ahí reeditar el cuento de la buena pipa.

Entonces, primero porque no había condiciones no se luchaba, segundo porque las condiciones desbordan, tampoco, el caso es que con un buen plato de sopa nos fuimos a pasar el invierno.

En tal sentido, la retórica de CONADU Histórica, respecto de que el acuerdo había sido plebiscitado a las bases y, por lo tanto, la rendición era “democrática”, no bastó para contestar cómo era posible desandar la pelea para “retomarla” con una “gran” marcha nacional el 15 de junio, y mucho menos porqué se había aceptado una oferta muy por debajo del 40 – 45% originalmente reclamado.

Tampoco da para explicar el “gran acuerdo” el porcentaje obtenido. El gobierno, pretextando la crisis y la herencia recibida, prácticamente arrancó con una cifra irrisoria (15%) y era sabido que venía a jugar al tire y afloje. Sin embargo, mientras se llevaba adelante esta negociación, lo peor de la burocracia ya había firmado aumentos superiores que bien podrían haber servido de contra argumento respecto de la crisis y la perspectiva de agravamiento. Por ejemplo, la UOM. Caló firmó con las cámaras metalúrgicas un suba del 20% en abril, 7% en julio, 6% en octubre y una suma fija de $4.000. 

En cuanto al resto de las federaciones docentes, mejor no hablar. CONADU es lo que es (complaciente), con Cristina o con Mauricio, y el resto se vende antes de que las compren.

¿Cuál fue, finalmente, el acuerdo logrado?

El incremento salarial ofertado “34%” está lejos de acercarse a la meta del 45% anual requerido originalmente que, además, para ser cierto, tendría que haber acompañado el proceso inflacionario en curso. Sólo en los 4 primeros meses del año, es decir entre enero y abril, se superó el 20% y la inflación interanual de abril (2015- 2016) dio un 40%. Sin embargo, la primera cuota que ofreció el gobierno arranca en mayo con un 18%. De más está decir, los incrementos no son acumulativos, por lo que se toma como base salarial para todas las cuotas (100%) el sueldo que se viene cobrando desde octubre de 2015 (momento del último aumento recibido). 

Seguidamente, están los montos. Los puntos correspondientes al programa de jerarquización no pueden ni deben ser tomados como parte de una oferta o aumento salarial, ya que los mismos forman parte de un plan plurianual acordado con el gobierno anterior durante la aprobación del CCT. Ahora se mencionan 3 puntos porcentuales a lo largo de la oferta (2% en mayo y 1% en diciembre). Considerar esos porcentajes como parte de la oferta salarial es una concesión al macrismo.

El programa de jerarquización trata de un incremento total del 25% a completar en 5 años, contados a partir de enero de 2014 a razón de un 5% anual. De esta forma el actual gobierno debió haber depositado la tercera cuota en enero de este año con independencia del aumento salarial y pagar en forma actualizada la deuda arrastrada de los años anteriores (2014 y 2015) ya que se trata de una jerarquización de la planta docente frente a la no docente que, dicho sea de paso, la duplica salarialmente en cargos con dedicación y jerarquía equivalentes (sin juzgar la especificidad de las tareas realizadas en uno y otro caso). Por eso, el 18% de la primera cuota no es tal. Es un 16% de aumento y 2% de jerarquización por fuera del aumento.

Por otra parte, el incremento real obtenido da para todo el año un 19,69% (20% si se agregan los puchos del nomenclador y el pago de títulos) y no un 34%,(18 + 7,5 + 7,5 + 1) mientras que la inflación más benévola superaría en diciembre el 40%.

Dado este escenario, cabe destacar que la victoria (parcial) producto de la lucha, se vio reflejada en la mejora de la oferta inicial y el adelantamiento de la paritaria a febrero del año próximo. Sin embargo, el clima daba para más y quienes dirigieron la lucha deberán explicar porqué privilegiaron el someterse a este frío invierno.

Eduardo Maturano

Docente Univ. Nac. de Córdoba

Miembro Comisión Directiva de ADUNCOR

Publicado en: 
Miércoles, Junio 15, 2016 - 00:15

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