Elecciones en los EE.UU. | Paso atrás de Trump que no afecta su liderazgo

El martes 6 de noviembre tuvieron lugar, en los EE.UU., las elecciones legislativas de medio término y además se eligieron 36 gobernadores.
En la Cámara de Representantes (Diputados) alcanzaron la mayoría los demócratas, 225 bancas sobre un total de 435. Con este resultado recuperan el control tras ocho años de haberlo perdido. En cambio, en el Senado los republicanos conservaron su dominio.
La participación de votantes estuvo por encima de la media en este tipo de elecciones, que habitualmente ronda el 35% y en esta ocasión superó levemente el 50%.
Estas elecciones abarcaron consejos deliberantes, gobernaciones, legislaturas estatales y nacionales, por lo tanto están teñidas por las realidades y candidatos locales, lo que impide definir con claridad tendencias determinantes.
Como en la presidenciales del 2016, los demócratas cosecharon nacionalmente el mayor número de votantes. Sin embargo, el retroceso de los republicanos, fue menor al que tuviera Barak Obama, en 2010, o Bill Clinton, en 1994, y similar al de George W. Bush, en 2006. La historia adelanta que son más los presidentes que perdieron las elecciones de medio término y que eso no les impidió ganar un segundo mandato.
Los buenos números de la macroeconomía como un crecimiento del PIB del 3% y un bajo desempleo de 3,7%, con un consumo en ascenso y salarios que superan la inflación no estuvieron en discusión pero, a pesar de ello, no le permitieron sacar un provecho electoral decisivo a Trump.
Sin embargo, los cambios políticos tras las elecciones en los Estados Unidos no han arrojado resultados concluyentes, y dependerán mucho de los pasos siguientes de Trump.
Las primeras iniciativas en el plano interno, lo muestran doblando la apuesta.
Despidió a su ministro de Justicia, Jeff Sessions, por no controlar al fiscal a cargo de la investigación de la supuesta injerencia rusa en las elecciones presidenciales últimas. Una respuesta directa a las insinuaciones demócratas de iniciarle un juicio político al presidente.
Paralelamente, la ratificación de la mayoría republicana en el Senado le garantiza inmunidad y, al mismo tiempo, lo habilita para la elección de jueces ultraconservadores afines, como Kavanaugh, recientemente nombrado en la Corte Suprema.
En el plano internacional no fue en zaga, con el anuncio de nuevas y duras sanciones comerciales a Irán –alegando incumplimientos al denunciado acuerdo nuclear- . Estas medidas son provocativas y amenazantes desde el punto de vista de las relaciones internacionales y atacan la economía del país persa. Ratifica así una política que lo llevó a un distanciamiento de históricos aliados en la OTAN para atarse al belicismo de Israel y Arabia Saudita. Hay que recordar que, recientemente, también se negó a denunciar a esta última por el involucramiento en el asesinato del periodista Khashoggi, aduciendo la ‘defensa’ de acuerdos comerciales.
Ahora se verá si extiende la guerra comercial con China arancelando la totalidad de los productos comerciados con el país asiático, una disputa que amenaza con consecuencias económicas globales negativas y que también afectan la propia economía norteamericana.
Por lo demás, podrá haber críticas al ‘estilo’ Trump de ejercer el gobierno, pero el partido republicano está con él y eso significa que una facción poderosa de la gran burguesía yanqui respalda sus planes, que no son otros que restablecer la hegemonía yanqui en el concierto de las potencias imperialistas.
A menos de treinta días de la reunión de presidentes del G20 en nuestro país, tendremos oportunidad de repudiar en las calles, unitaria y masivamente, la presencia en nuestro territorio de Trump y los demás representantes imperialistas, responsables de la opresión de pueblos y naciones, de los avances guerreristas, de la depredación de los recursos naturales y el ambiente, de la explotación social.
Ramiro Casas