Dos hitos en la historia del comunismo argentino

Jueves, 12. Febrero 2015

El 6 de enero de 1918 se fundaba el Partido Socialista Internacional (PSI), sus miembros llevaban adelante esta acción convencidos de que era necesario dotar a la clase trabajadora argentina de un partido revolucionario imbuido de las tesis de Marx y Lenin que preparara el camino de la revolución socialista y la toma del poder en la Argentina. Producto de una ruptura del Partido Socialista (PS) los militantes del PSI ponían como norte ideológico la adhesión a la Revolución Rusa de 1917 y se declaraban integrantes de la 3ra. Internacional de Lenin. Aquellos militantes entregados de cuerpo y alma a la tarea revolucionaria realizaron la audaz tarea de fundar el primer partido de los comunistas. Luego de sucesivas desviaciones y errores políticos su influencia en la clase obrera será desplazada por el peronismo y con el tiempo se convertirá en un portavoz del abandono de la ideas marxistas leninistas proclamado por el Partido Comunista de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (PCUS) en marcha hacia la restauración capitalista en la URSS. Para finalmente terminar convertido, tristemente, en furgón de cola de la gran burguesía en nuestros días. Los comunistas juzgamos al árbol por sus frutos y por su historia. Por eso reivindicamos aquellas primeras camadas de revolucionarios que fundaron el PCA.
En marzo de 1919 el PSI participaría de la primera reunión de la Internacional Comunista y en diciembre adoptaría el nombre definitivo de Partido Comunista Argentino (PCA). El motivo ideológico de la ruptura del grupo fundador del PCA nació del debate acerca de la postura de los diputados socialistas en el congreso que apoyaban la moción de los conservadores y los radicales a favor de la ruptura de relaciones diplomáticas de la Argentina y Alemania a raíz del ataque a un barco de bandera nacional por parte de la flota alemana. El debate ante el posicionamiento del PS frente a la Primera Guerra Mundial (1914-1918) dividió las aguas provocando la ruptura y la expulsión de aquellos que defendía la posición de la neutralidad de nuestro país frente al conflicto mundial basándose en las tesis expuestas por Lenin acerca del carácter de guerra de rapiña imperialista.
Para estos jóvenes revolucionarios el PS se había convertido en un partido cada vez más integrado al régimen burgués de representación parlamentaria que creía que desde las bancas del congreso se podían imponer las leyes que terminaran con la miseria y la explotación de los trabajadores y que veía la doctrina de Marx como un aporte entre otros más que integraban su caudal ideológico.
El nuevo partido levantaba las banderas de Marx y de Lenin con el ejemplo de la Revolución de Octubre como meta y ejemplo internacional para la clase obrera argentina. Entre sus principales dirigentes se encontraban José F. Penelón, Rodolfo Ghioldi y Vittorio Codovilla.

La huelga de la construcción de 1936

La década de 1930 marca un nuevo movimiento ascendente en la lucha de la clase obrera argentina. La gran huelga de 96 días de los obreros de la construcción, y la huelga general del 7 y 8 enero de 1936 serán sus ápices más combativos y de máximo enfrentamiento contra los gobiernos de turno. Esta huelga señaló el ascenso del nuevo proletariado industrial y el surgimiento de los sindicatos por rama de la industria argentina. La crisis económica de 1929 repercutió ferozmente en la economía nacional. Las clases dominantes aliadas al imperialismo británico buscaban salir del estancamiento general tomando una serie de medidas proteccionistas. Se marchaba a un proceso de industrialización dando lugar al desarrollo de un mercado interno y de una nueva industria de bienes de consumo (sustitución de importaciones).
Buenos Aires se convierte en un punto concentración de los que acuden a la ciudad en busca de trabajo, y la Capital Federal pasa a ser el lugar de mayor concentración de obreros industriales: 216.000, representando un 54,8% del total del país.
El proletariado industrial comienza a cobrar una gran importancia en la política argentina.
Es en la construcción y en la industria de materiales donde el desarrollo se hace más notable.
Con jornadas de 11 horas de trabajo, y hasta en algunos casos 14, pésimas condiciones de seguridad y salarios paupérrimos, el movimiento obrero comienza a mascullar su bronca. El derrumbe en una obra en el barrio de Belgrano, con el saldo de víctimas fatales, detona la rabia acumulada en los trabajadores.
En febrero de 1935 se había formado el Sindicato de Obreros Albañiles, Cemento Armado y Afines, bajo la dirección del PC donde otrora dirigían los anarquistas, cuyo rol en la huelga de la construcción será fundamental.
Tres meses más tarde, luego del fatídico accidente de la obra de Belgrano, una asamblea convocada por la Federación Obrera de Sindicatos de la Construcción (FOSC) nombra un comité de huelga. La huelga se declara para arrancarles con la lucha a los patrones el reconocimiento al sindicato, aumento de los salarios, tope a las horas de trabajo y condiciones de seguridad en las obras. La huelga general se declara para el 7 de enero de 1936.
El Estado y sus fuerzas represivas están en alerta y desde las primeras horas se ponen en acción. Al comenzar la huelga, son apresados los dirigentes del Comité, clausurados los locales y los comedores. Este golpe no inhibe a los revolucionarios y trabajadores: la huelga continúa desde la ilegalidad.
En la mañana del 7 de enero se registran movilizaciones de los obreros y los choques callejeros. La mayor cantidad de acciones suceden en Paternal y Villa del Parque. La violencia se multiplica; las masas volcadas a las calles, incendian y destruyen todo transporte que no ha cumplido con la orden del paro. Los enfrentamientos no cesan y finalmente la policía debe retirarse. En el transcurso del día, los manifestantes se han adueñado de una parte de la ciudad. Los miembros del Comité que no han sido apresados, llaman a continuar la huelga un día más por la libertad de los presos y en repudio a la represión. El presidente Justo interviene instando a las empresas a dar una solución. Obligadas a retroceder, éstas mejoran la oferta salarial aunque se niegan a firmar el reconocimiento del sindicato. El 23 de enero una asamblea en el Luna Park aprueba las condiciones del acuerdo dando por terminado el conflicto.
La influencia del PC como educador y formador de la conciencia de clase en el proletariado argentino tuvo los sucesos de los años 30 como el punto máximo de desarrollo de la aplicación de la teoría marxista leninista a la realidad de la lucha de clases argentina. El entusiasmo con que sus militantes se arrojaron hacia las masas trabajadoras y el pueblo, armados con la teoría revolucionaria, dio los frutos que detallamos aquí que fue la huelga de la construcción del 36.
La década del 30 y parte de la década del 40 tendrán al PC como principal interlocutor de las aspiraciones, reclamos y luchas de los trabajadores argentinos. La debacle en su ascendencia de masas en la clase obrera vendrá con el surgimiento del peronismo y la errónea caracterización sobre el mismo.
R.C.

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Jueves, Febrero 12, 2015 - 19:15

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