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Docentes Córdoba - Histórica conquista de la docencia cordobesa
El pasado 4 de agosto se realizaron las elecciones en la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC). Con un resultado histórico, la opositora Lista 2 “Unidad desde las Escuelas”, le arrebató la Delegación Capital a la Lista Celeste que dirige el sindicato desde hace 38 años. Asimismo, la oposición conquistó las delegaciones de Río Cuarto y General Roca, además de incorporar delegados y delegadas departamentales en las delegaciones de Punilla, Colón Unión, Santa María, Ischilín, San Alberto, Calamuchita, Río Seco, Marcos Juárez y Tercero Arriba.
Con 42.925 afiliados, la UEPC es uno de los sindicatos más grandes del país, abarcando aproximadamente la representación de 80.000 trabajadores y trabajadoras en todos los niveles y modalidades educativas públicas, el nivel terciario y superior provincial, incluyendo también a parte de escuelas privadas. Este año las elecciones generales del sindicato contaron con una participación del 46,73% de votantes sobre el total del padrón. A nivel provincial se impuso la Celeste con 56,08% de los votos, la Lista 2 consiguió el 22,78% y la Lista Pluricolor el 10,33%. En tanto que en Capital la Lista 2 obtuvo el 36.17%, la Lista Celeste el 33.52%, la Lista Dorada 19.24% y la Pluricolor 10.86%.
Las bases de la derrota Celeste
De estrecha ligazón con el gobernador Schiaretti y antes con el fallecido De La Sota, la conducción Celeste viene cimentando su alianza con el PJ provincial desde 1999, a tal punto que el actual ministro de Educación de la Provincia, Walter Grahovac, fue secretario general del sindicato durante 14 años.
Trasformado hace tiempo en una caja de servicios mutuales, la Celeste ha dejado pasar sistemáticamente el ajuste a la educación y al salario docente. Bajo la conducción de Monserrat, actual secretario general, las y los docentes activos y jubilados, sistemáticamente perdieron poder adquisitivo y empeoraron sus condiciones. La conducción de la UEPC no solo ha convalidado el ataque a las jubilaciones a través de las reformas del régimen previsional, sino que también ha negociado con el gobierno en detrimento de la docencia y dejado pasar los descuentos por días de paro y asambleas. Además, de la mano de la dirección Celeste la docencia asiste a la creciente precarización en las condiciones de trabajo con la intensificación de las tareas y el incremento de la carga administrativa-burocrática, en perjuicio de la tarea pedagógica. El avance precarizador viene teniendo su correlato en la multiplicación de programas y de cargos interinos en los cuales, inclusive el sindicato actúa como como fiscalizador, legitimando su implementación. Y en relación al poder adquisitivo se vienen consolidando salarios por debajo de la línea de pobreza, acercándose inclusive a la indigencia.
Tras un largo derrotero, las históricas maniobras y la reticencia de incluir las demandas más sentidas por la docencia, desde hace años que se viene acumulando descontento contra una conducción alejada de sus bases y de la realidad del trabajo docente.
La construcción de la unidad de los que luchan
La tendencia histórica frente a ese descontento venía siendo la desafiliación y la apatía hacia la participación sindical. Sin embargo, en los últimos años la correlación de fuerzas al interior del sindicato comenzó a cambiar fruto de la construcción de un camino de mayor unidad y combatividad por parte del activismo y agrupaciones de izquierda. El crecimiento de la organización desde las escuelas y en las calles se expresó en las elecciones de delegados y delegadas escolares de octubre del 2022, en las cuales muchos compañeros y compañeras comprometidos se afiliaron, participaron y resultaron elegidos, ampliando la voz de las escuelas. A ese panorama se le sumó un elemento central en la recuperación de la delegación más importante de la provincia y tuvo que ver con la histórica lucha del primer semestre de este año.
A lo largo y ancho de la provincia, con movilizaciones, cortes de ruta, protestas múltiples y simultáneas, volanteadas en peajes, semaforeadas, asambleas zonales y escraches a los responsables políticos provinciales del ajuste, con un fuerte carácter antiburocrático y autoconvocado, docentes agrupados y no agrupados pusieron en jaque la política de entrega de la conducción, rebasando el inmovilismo celeste, rompiendo el techo salarial impuesto por CTERA, logrando la histórica devolución de los descuentos por paro y asamblea y por momentos confluyendo junto a trabajadores y trabajadoras de la salud y resto de los estatales.
Además de la masividad y la ofensiva, el programa construido al calor de la lucha levantó las consignas de: fuera la Celeste, fuera Monserrat, salarios superiores a la canasta básica total, abajo la precarización docente y los descuentos, basta de maltrato laboral y por un sindicato democrático y de lucha que represente los intereses de la docencia, no del gobierno.
En un escenario marcado por la irrupción de las bases, junto con la división de la Lista Celeste en Capital, más de 10 agrupaciones opositoras en toda la provincia lograron emblocarse detrás del programa de la docencia en lucha que ganó las calles. Con muchos acuerdos, pero también contradicciones se produjo la conformación de una lista de unidad que reunió a la mayoría de las agrupaciones opositoras, delegados escolares independientes y autoconvocados.
Luego de este fuerte golpe a la conducción burocrática de la UEPC, la delegación recuperada deberá convertirse en el bastión para que la creciente bronca y desborde se transforme en organización y lucha para enfrentar el ajuste en curso.
Hacia unas nuevas paritarias
En este marco comienza una nueva negociación paritaria. Después de haber alcanzado un 60% para el primer semestre del año, rompiendo el techo del 40% impuesto por el gobierno nacional y CTERA, Schiaretti adopta una postura de absoluta inflexibilidad. Al cierre de esta edición fue dictada por el Ministerio de Trabajo de la provincia una conciliación obligatoria por 15 días hábiles, intentando contener así el inicio de una nueva etapa de conflictividad docente.
El 16 de agosto el gobierno de la provincia expuso oficialmente su propuesta salarial para el segundo semestre: 20% en agosto sobre los salarios de julio, 7% en septiembre respecto de agosto y actualización mensual de acuerdo a los índices oficiales de inflación. En resumen, una miseria que no alcanza ni siquiera nominalmente a la devaluación que hizo el gobierno nacional al otro día de las PASO. La propuesta fue rechazada de manera contundente en las asambleas escolares y departamentales con mandatos que plantean un 60% en agosto e indexación automática. Pese a las maniobras de la dirección celeste, fue votado un paro de 24hs y movilización para el miércoles 30 de agosto. En repuesta, bajo el ya clásico lema de la “paz social” el gobierno dictó la conciliación obligatoria e inició una campaña de desprestigio hacia la docencia. Esta postura, muestra a las claras una profundización de su vocación ajustadora y la necesidad de mantener el resto de acuerdo paritarios con los estatales de la provincia.
En lo inmediato la docencia cordobesa tiene por delante sostener la movilización en las escuelas, en las calles y en las rutas a pesar de la conciliación. Pero para torcerle el brazo al gobierno de Schiaretti hace falta más que eso en este momento. Una gran lección que dejó el conflicto del semestre pasado, fue lograr la solidaridad y el apoyo del pueblo con el reclamo de aumento salarial docente. Partiendo de ese piso, resulta clave avanzar en la más amplia unidad: con el conjunto de trabajadoras/es estatales, principalmente de la salud, con el movimiento estudiantil secundario y universitario, con las compañeras/os de los barrios, con las familias. Lo que está en juego no es solo el salario docente y correr por detrás de una inflación que no para de escalar, es la defensa de educación pública, es la infraestructura de los colegios, son las condiciones de trabajo y la calidad de la enseñanza. El desafío es avanzar en la más amplia unidad en la lucha y confluir con otros sectores que también sufren el ajuste de los gobiernos nacional y provincial.
Cándido López
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