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Del voto bronca al paro activo y piquetero

La obscenidad
Según los últimos datos del INDEC, la pobreza alcanzó el 40%, es decir a más de 19 millones de habitantes de nuestro país, mientras que la indigencia llegó al 9,3%, unos 4,3 millones de personas. Son números que vienen creciendo sostenidamente al calor de una inflación que no da respiro. Las condiciones de vida de las grandes masas empeoran día a día.
A este respecto el gobierno tomó algunas medidas, mayormente de corto alcance, para no perder terreno en la carrera electoral. La suba en el salario mínimo, el nuevo IFE o la devolución del IVA para los productos de la canasta básica son paliativos menores frente a la incapacidad de ponerle freno a la suba de precios. La eliminación del impuesto a las ganancias atendió a una demanda sentida por el movimiento obrero, opacada por la triste realidad de que, dada la situación de los salarios, solo una minoría se vio beneficiada. La movida tuvo alto impacto político, ya que solo JxC votó en contra, dejando aislada a la tropa de Macri y Bullrich. Una hábil maniobra de rosca política, que junto a las medidas señaladas son las armas del peronismo para aplacar el repudio que genera su gobierno.
En ese marco de sufrimiento para las mayorías, resalta el escándalo de Martín Insaurralde y sus fotos en un yate en la Costa Azul con una modelo. Un dirigente del peronismo, que se jacta de ser la representación política que defiende a los humildes. Con rapidez de reflejos tanto Massa como Kicillof se encargaron de sacarlo de sus cargos y candidaturas. No se trata sin embargo de un hecho aislado. Días antes había saltado el tema de las contrataciones sospechosas en el Banco Nación, a cargo de la ex ministra Batakis, que incluye a familiares y a una astróloga. Si estos pueden ser considerados casos de descomposición a título personal, el escándalo de “Chocolate” Rigau, operador ligado a Massa que fue detenido con 48 tarjetas de “empleados” de la Legislatura bonaerense, plantea un problema estructural de financiamiento espurio de la política: en este contexto de hiperjudicialización de la política, por algo la oposición tardo tanto en presentar una denuncia, que por cierto la Justicia se encargó de cajonear. Eso sí: a las organizaciones piqueteras y a sus líderes no le dejan costilla sin contar.
Son temas que generan bronca por cómo está viviendo el pueblo. Y sin embargo se trata de problemas menores. Lo que verdaderamente explica los padecimientos son el acuerdo fraudulento y leonino con el FMI, el festival de las Leliqs con el que se enriquece la gran banca local, el descontrol del comercio exterior manejado por monopolios y multinacionales, lo mismo que el saqueo de nuestros recursos. La corrupción es apenas un detalle de un problema mucho más profundo: la estructura dependiente del capitalismo argentino. Se puede -y se debe- meter en cana a los Insaurralde, pero la solución de fondo para los niveles exorbitantes de pobreza es romper con aquella matriz.
¿Qué debate?
Los debates entre los candidatos a la presidencia –precedidos por uno similar con candidatos a vice- fueron presentados casi como una fiesta de la democracia que acerca a la ciudadanía con sus dirigentes. En realidad fueron lo contrario: una muestra de la hipocresía de esta falsa democracia.
La repetición de latiguillos de campaña caracterizó un debate que no fue tal. Frases hechas que buscan pescar votos, sumadas a alguna promesa de alto impacto discursivo pero dudoso alcance, como el anuncio de Massa de una moneda virtual. La pobreza de ideas que los principales opositores buscan saldar por derecha arrojó como resultado la reivindicación abierta de Milei a la última dictadura, calcando palabras de Massera en el juicio a las Juntas. Una provocación que, si bien generó repudios, en definitiva pasa como una posición más del “debate”, cuando lo que le correspondería a los negacionistas y los apologistas sería un castigo popular ejemplar, opción que no figura en los alcances de esta democracia edulcorada. Que en el peronismo y en el PRO haya sectores que se van acomodando a una posible presidencia del liberfacho habla de lo flexible que puede llegar a ser esta democracia trucha con estos personajes nefastos.
El único dato digno de análisis fue la ratificación de la debilidad de la candidatura de Bullrich, a quien la coalición se le está resquebrajando, y de seguro se partirá del todo si la abanderada del orden no llega al balotaje. De consumarse ese escenario, se trataría del fracaso de un experimento que buscó darle estabilidad al régimen político a partir de la existencia de dos coaliciones alternativas, al estilo del modelo chileno. Un aspecto que aporta a graficar la profundidad de la crisis política en curso.
La manija periodística que se le dio a los debates no se condice con la pobreza de contenido del mismo, pero sobre todo con el poco interés que despertó en el pueblo. Resuenan los millones que no fueron a votar, votaron en blanco o anularon, como expresión de bronca y repudio a un régimen que no tiene nada bueno para ofrecer.
Voto bronca en camino del paro activo
Con estilos e improntas diferentes, los tres candidatos con chances a la presidencia expresan la profundización de un ajuste que se descargará de manera brutal sobre las espaldas populares, de la misma forma que continuarán la entrega y el saqueo.
Seguramente esta afirmación será sumamente irritante para quienes ven en el actual gobierno peronista un freno al avance de los candidatos que se perfilan por derecha. Se trata de la apuesta eterna por el “mal menor”, según la cual se depositan expectativas en un hombre de la UIA y la embajada yanqui, con vínculos con lo más rancio del arco opositor. No en vano una de sus consignas es “gobierno de unidad nacional”, eufemismo para convocar al peronismo por fuera de UP y al radicalismo para votar reformas estructurales: el mismo plan de Rodríguez Larreta, quien no es justamente un progresista. Pero sobre todo, el voto a Massa es insistir con uno de los responsables de la situación que estamos padeciendo. Como señalamos oportunamente, más allá de un componente de derecha dura, en el voto a Milei se insinúa una identificación de peronistas y macristas como responsables de la crisis actual, con el serio límite de que el liberfacho está lejísimos de representar algo mejor.
La táctica electoral del voto bronca -no votar, votar en blanco o anular-, adoptada de manera mayormente espontánea por millones en las Paso y en las elecciones provinciales, tiene que ser un impulso para unir la lucha obrera y popular en dirección a una salida de fondo. El Frente de Lucha piquetero retomó las medidas callejeras en reclamo de las promesas incumplidas. En provincia de Buenos Aires la docencia combativa se lanzó al paro a pesar de los aprietes del gobierno y la burocracia. La lucha de las mujeres se expresó en la importante movilización del 28S, día de la Acción global por la despenalización del aborto. La Autoconvocatoria por la Suspensión del Pago y la Investigación de la Deuda prepara actividades para el 10 de octubre, en la Jornada mundial de acción contra el FMI que se reúne en Marruecos.
Son todos ejemplos de la pelea que hay que orientar en dirección al paro activo y piquetero para derrotar al ajuste, luchando por imponer un programa basado en la suspensión de los pagos de la deuda, la nacionalización de la banca, el comercio exterior y los recursos estratégicos. En esa dirección, el PRML aprovecha la coyuntura electoral para propagandizar estas ideas, ligando la propuesta de intervención en lo inmediato con su proyecto revolucionario por una Argentina liberada y camino al Socialismo.
Agustín Damaso
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