RIGI: Regalar la Argentina

Lunes, 27. Mayo 2024

En las últimas semanas, luego de que se votó la Ley Bases en Diputados, comenzó a tomar fuerza un aspecto de dicho proyecto, el llamado RIGI: Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones. Este es presentado por el gobierno como la posibilidad de que lleguen grandes inversiones en dólares al país, lo que pondría en marcha la economía. La ley de por sí está escrita de la forma más técnica posible para que a ningún ciudadano de a pie le sea clara. Pero en una primera mirada podemos detectar la cantidad de beneficios que da a los capitales extranjeros que vengan, estableciendo un periodo de vigencia de 30 años, el cual no podría verse afectado aun si se derogara la propia ley.

Se pueden enumerar muchos otros beneficios muy suculentos para el gran capital. Se establece el cobro de 25 % de impuesto a la ganancia, a diferencia de lo que se establece en la ley específica sobre ganancias que es del 35%. Los inversores pueden disponer del 100% de las divisas que ganen a partir del tercer año, por lo cual pueden sacar los dólares sin cepo. Se les da prioridad por 30 años en relación a cualquier recurso que necesiten, incluso por sobre las necesidades de la población: por ejemplo, entre una minera que requiera agua y una ciudad, tiene prioridad la minera. Se puede traer cualquier insumo de afuera sin ningún condicionamiento ni cupo de compra de insumos nacionales; lo mismo pasa con la mano de obra. Tienen libertad de vender donde más le convenga, por lo cual todo lo producido en el país puede irse sin pasar por el mercado interno. Disponen de la explotación de los recursos naturales, estando las provincias imposibilitadas de cobrar cualquier tipo de impuestos a estas inversiones.

Este régimen está pensado especialmente para inversiones millonarias en dólares, que son las que demandan la explotación a gran escala de recursos naturales como el litio o el cobre: los constantes guiños al magnate norteamericano Elon Musk no son precisamente una casualidad. En las condiciones descriptas anteriormente, el RIGI plantea lisa y llanamente la entrega de nuestros recursos al gran capital trasnacional, a cambio de casi nada: ni siquiera garantiza la cadena de abastecimiento local. Esto puso en alerta a gobernadores de distinto signo, bajo la presión tanto de Pymes como de grandes empresas que verían acotado su campo de acción. Además, si bien está pensado para la promoción del extractivismo, el RIGI también podría cobijar inversiones industriales de gran escala que le hagan sombra a grupos monopólicos locales. Es una de las razones por las que el debate de la Ley Bases en el Senado viene picado.

Al pueblo trabajador le ofrecen la zanahoria de los puestos de trabajo. Las experiencias mineras en el noroeste del país desnudan esa cháchara, al tiempo que ponen de relieve el acto impacto negativo sobre el medio ambiente, con su consecuencia para la calidad de vida en las poblaciones aledañas. Para los trabajadores y el pueblo, la alternativa es hacer fracasar este proyecto antes de que se convierta en ley. Todos los cañones de la movilización popular deben ir enfocados al día que se le de tratamiento en el Senado, calentando motores en la previa para que quede claro a todos los senadores la voluntad de que no pase.

Seguido a esto debemos comenzar a impulsar justamente el opuesto al RIGI. En la Argentina ya hay multinacionales y monopolios que se la llevan en pala y poco aportan a nuestra economía. Es fundamental que sean ellos los que comiencen a pagar, tanto en el sector agroindustrial como en el de hidrocarburos y minería. Debemos recaudar de esos sectores para poner en marcha una industria nacional, que genere trabajo genuino y permita hacer crecer nuestra economía lejos de la especulación financiera y la reprimarización de la misma. Formas que están asociadas a sostener nuestra dependencia con el imperialismo.

Sabrina Fara

Publicado en: 
Lunes, Mayo 27, 2024 - 21:45

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