Los dueños de todo

Miércoles, 18. Octubre 2023

Los días 4, 5 y 6 de octubre se reunió en el hotel Sheraton de Mar del Plata el 58° Coloquio de IDEA, la reunión anual que reúne a lo más concentrado del empresariado. Esta edición estuvo cruzada por los avatares de la carrera presidencial y su contenido principal fue darle forma a un nuevo ataque a las condiciones laborales.


El Coloquio de IDEA reúne anualmente a la crema del empresariado que opera en el país. Uno de sus principales anfitriones fue el presidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja. Entre patrocinantes y participantes, se dan cita monopolios de la gran industria, de las finanzas, del comercio, el extractivismo y la prensa: Techint, Ford, Fiat, P&G, Siemmens, Sinteplast, Santander, Citi, Shell, Livent, Clarín y La Nación son algunos ejemplos.

“Volvamos a ilusionarnos” fue el slogan de esta edición. La ilusión de la gran burguesía es bien concreta: bajo el eufemismo de bajar costo laboral, se prepara un ataque a gran escala contra las condiciones de trabajo. 

Esto se vio reflejado en el programa que salió del coloquio: extender el período de prueba de tres a seis meses; reducir las cargas patronales; liquidar las indemnizaciones por despido; flexibilizar los convenios colectivos. Todo en la presunta búsqueda de “dinamizar el mercado de trabajo”. Así, la rigidez de las leyes laborales sería el problema de por qué las empresas no contratan más empleados: los derechos del trabajador, como la estabilidad o la protección contra el despido, son los grandes males del siglo XXI. Los convenios flexibilizados son el modelo a seguir, promoviendo acuerdos por empresa, con Vaca Muerta como nave insignia. Incluso Funes de Rioja mencionó que la intervención del Estado en la regulación de las relaciones laborales hace que muchas empresas prefieran mudar sus actividades a Brasil. Sugerente referencia a un país que, con una capacidad industrial similar a la de Argentina, viene de una reforma laboral leonina.

En cuanto a los beneficiarios de planes sociales, se vuelve a la carga con aquello del puente hacia la inserción en el trabajo, que traducido quiere decir que el Estado pague una parte de los salarios. Completan la batería de “propuestas” la baja de impuestos y la reducción del gasto público.

Respecto de los sectores estratégicos que merecen atención, los asistentes valoraron especialmente los rubros de la energía, la agroindustria, la economía del conocimiento, la minería y el turismo. Lejos de cualquier vocación productivista, el parasitismo de los monopolios pone todos sus cañones en la reprimarización de la economía.


De presidentes y presidenciables

En todas sus ediciones el Coloquio convoca a funcionarios del gobierno, y en años de elecciones presidenciales, a los principales candidatos.

Alberto Fernández, quien en estos cuatro años participó de todos los coloquios, tuvo una intervención intrascendente no tanto por lo que dijo, sino porque a nadie le interesaba escucharlo. Massa no fue de la partida ya que reclamó cerrar las intervenciones políticas en su calidad de ministro de Economía, lo que le fue negado. Así las cosas, le tocó al secretario de Desarrollo Productivo José De Mendiguren -hombre de la casa, referente de la UIA- defender la actual gestión. Lo hizo mostrando los números del crecimiento en la actividad industrial y en la generación de empleos privados. Un clásico de los gobiernos peronistas frente a los empresarios, cuando se ven ante una inminente retirada: no nos repudien que ustedes con nosotros ganaron a lo pavote, idea que De Mendiguren defendió con números que le dan la razón. Y este gobierno no habrá impulsado los cambios que los empresarios reclaman, pero si creció el empleo privado fue sobre la basa de pulverizar el valor de los salarios.

Por su parte, Patricia Bullrich fue a decir lo que los anfitriones querían escuchar. La reforma laboral de su eventual gobierno implicaría “un 60% de baja del costo de las indemnizaciones”; además habló contra “la industria del juicio” y de reformar leyes laborales por decreto. Cosechó aplausos entre los hombres de negocios.

Pero el que hizo atragantar a los popes de la economía fue Milei, quien les hizo un corte de manga al promover una reunión que los medios periodísticos calificaron de “contracumbre”. No es un secreto que en el gran empresariado hay resquemores con el liberfacho. Por un lado por sus propuestas económicas que, con un sesgo muy definido en favor del capital financiero internacional, dejaría en posición desventajosa a muchas grandes empresas. Por otra parte, sus constantes ataques una “casta” que incluye a “empresarios parásitos” es una mojada de oreja para todos estos “planeros vip” que viven hace años agarrados a la teta del Estado, ya sea vía licitaciones, regímenes de promoción, subsidios o tipos de cambio diferenciados. El almuerzo de Milei tuvo como anfitrión a Juan Nápoli, candidato a senador de LLA y dueño del Banco de Valores, y participaron representantes de los bancos Comafi, Galicia y Supervielle, de los laboratorios Richmond y Bagó, de Pan American Energy y el empresario del desarrollo inmobiliario Rodrigo Fernández Prieto, “el príncipe de Puerto Madero”, entre otros. Una base más que interesante para que se abra una grieta por arriba.

Que la tortilla se vuelva

El Coloquio de IDEA es una usina de pensamiento de los intereses de la gran burguesía monopolista. Allí van sus representantes a defender sus intereses y a condicionar a funcionarios y candidatos, que obedientes van a ponerse a disposición. Que por primera vez en muchos años el principal candidato a la presidencia haya metido una cuña con un encuentro paralelo, refleja la magnitud de una crisis que seguramente traerá encontronazos en la disputa de los distintos sectores monopólicos, por el control del Estado y con ello del conjunto de la economía.

Para los trabajadores, analizar este encuentro sirve para debatir una caracterización justa de los intereses en pugna y hacer una valoración de cómo está ubicado el enemigo. Porque de eso se trata: allí se reúne el blanco principal al que hay que derrotar. 

La expropiación de los principales resortes económicos sobre la base de un programa de suspensión de los pagos al FMI, nacionalización de la banca, del comercio exterior y los recursos estratégicos, es necesaria para reorganizar la economía nacional en base a los intereses de las grandes mayorías y no de una minoría privilegiada. O como dice la canción popular, luchar hasta que los pobres comamos pa y los ricos coman mierda.

Matías Maidana

Miércoles, Octubre 18, 2023 - 21:15

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