La crisis no encuentra límites, la bronca tampoco: acercándonos a un nuevo estallido

La trágica y dolorosa muerte de Daniel Barrientos se suma a la de otros dos choferes en la zona oeste bonaerense, desde el asesinato del chofer Alcaraz , de la misma línea 620, en el 2018. Desde hace varios años las respuestas no llegan y algunas medidas paliativas sólo duran un tiempo, en una situación que se descompone día a día.

El asesinato desató una huelga automática en las líneas de la zona oeste, a las cuales se sumaron las de la empresa Dota (bajo control de la oposición de la UTA) e incluso otras bajo control del oficialismo de la UTA, llegando a sumar 175 líneas, produciéndose de hecho un paro general en varias líneas del conurbano y que terminaron concentrándose en el corte total de General Paz y Ruta Tres. 

El caso de la golpiza al ministro de seguridad Berni se inscribe en la escalada de ese hartazgo, en la misma línea se la acción popular contra EDESUR y la respuesta de la quema de bunkers narco tras el asesinato de un pibe en Rosario. Berni, un funcionario acostumbrado a actuar con soberbia e ineficazmente, creyó que bastaba con su presencia y su promesas para responder a la situación y se encontró con una respuesta contundente de parte de los trabajadores, hartos de tanto ninguneo, con salarios de hambre y encima teniendo que dejar literalmente sus propias vidas en el trabajo. Así estalló la bronca de los trabajadores del transporte, en el marco de un nuevo ascenso de las luchas por salarios y condiciones de trabajo en varias provincias, ante la inutilidad de los funcionarios, contra la dirigencia política y en donde se vuelvió a cantar “que se vayan todos“.

Por el lado de la UTA, mientras el burócrata Fernández se reúne con el gobierno bonaerense para intentar garantizarles que la huelga no extenderá, sus bases parecen dispuestas a no transar con ningún anuncio o promesa y sobre todo a continuar la lucha. Se ha fortalecido la unidad de acción, contra los magros salarios y falta de democracia, entre los opositores al secretario general de la UTA y su futuro es incierto.

En el marco de la interna al interior del FdT, donde Berni es un fusible, es de destacar que la gente del distrito matancero reclame por la presencia del intendente Espinoza, refiriéndose a su huída y actual radicación en Puerto Madero, algo que inflama a los vecinos y que explota al máximo el sector que va por la intendencia, desde el Movimiento Evita, más cercanos a Alberto Fernández.

El hecho se dio en el marco del agravamiento de la situación por la inflación descontrolada y la pobreza creciente, siendo que en el tercer cordón del conurbano bonaerense la misma  ascendió al 45 %, lo que  da una idea del fracaso del plan económico del gobierno nacional -y provincial- basado en el ajuste y el pago de la deuda fraudulenta con el FMI. Para contener la escalada inflacionaria, ahora el gobierno piensa rifar los bonos en dólares de la Anses y en ofrecer un nuevo tipo de cambio subsidiado a los sectores agroexportadores. Mientras el pueblo trabajador sufre, los monopolios y la banca siguen de fiesta con esta crisis.

Así las cosas, dirigentes y gobernadores de variado signo empujan hacia más policía, endurecimiento de penas y mano dura. Pretenden así equiparar a la delincuencia con el movimiento social y de defensa de los DDHH. En ese marco la solución inmediata fue un nuevo desembarco de más fuerzas de  seguridad a las barriadas, fórmula ya fracasada. No debemos dejar en manos de la derecha, en el marco de esta situación de crisis, el justo derecho a autodefenderse: en tanto trabajadores y en tanto vecinos de barrios populares, hay que tomar la iniciativa y asegurar nuestras vidas y derechos, no confiar en el Estado ya que es parte del problema. Los hechos de Rosario, en función del derribo de bunkers y la recuperación​ del espacio barrial indican esta necesidad. Lo mismo empieza a ocurrir en la misma zona en donde se produjeron las muertes de los choferes: ​ en tres barrios cercanos al kilometro 40 en Virrey del Pino organizan patrullas de protección vecinal para permitir que los vecinos se muevan en su barrio o se trasladen de manera más segura en el trasporte público.

En este marco: ¿en qué andan las cúpulas  obreras?

Ambas CTA se mueven principalmente al calor de la interna del oficialismo. La fracción que dirige Yasqui se subordina a su integración lisa y llana al gobierno. La CTA Autónoma por su parte plantea un jornada para el próximo 12 de abril que empalmará con la iniciativa de la Autoconvocatoria por la Suspensión del Pago e Investigación de la Deuda; jornada que en este marco debe contar con la mayor intervención.

Por su parte la CGT es un contubernio de transeros cómplices de las penurias que pasamos los trabajadores. En el peor momento de la situación política y económica, en su rol de sostén de la crisis y embarrados en la interna del PJ y el gobierno, las últimas participaciones institucionales de la CGT resultaron decepcionantes. La presentación de una nueva etapa del plan Precios Justos a principios de febrero se coronó con una escalada  de la canasta básica en los siguientes dos meses. El acuerdo en el Consejo del Salario, aunque por encima de los propuesto por Massa,  ratifica salarios de pobreza en el marco del insultante tope paritario del 60%.

Sin una preocupación real por la situación de nuestra clase, la mayor expectativa de la cúpula de la CGT es la definición de parte del ministro Massa, de un mecanismo de auxilio financiero para las cajas de las obras sociales , nominado en más de 100 mil millones de pesos de acuerdo al Presupuesto 2023, pero cuyo cumplimiento es una incógnita.

De manera que , en este marco de urgencias, la acción directa obrera y toda nuestra  bronca, deberá tener también como blanco a esta dirigencia y que sepan que el “que se vayan todos” también los incluye , empujando y generando calor desde abajo, construyendo el camino al margen de la burocracia y a su vez en la primera oportunidad de calle, volver a imponerles “que pongan la fecha” , al próximo paro general.

Por una salida rebelde, patriótica, antiimperialista y antimonopólica

En distintos puntos del país sectores antiburocraticos discuten cómo romper los techos salariales. El movimiento piquetero combativo persiste en la pelea callejera contra el recorte de la ayuda social. En ese contexto la bronca de los choferes, así como previamente la furia de vecinos por cómo se está viviendo marcan un rumbo para que la intervención popular pegue un salto en calidad y dispute una salida a esta crisis. 

El PRML, como organización política de la clase trabajadora y el pueblo , reivindica y toma las acciones obreras de rebeldía, llamando a redoblar el esfuerzo por un paro activo y piquetero que comience a poner fin al ajuste.

En contraposición a una nueva farsa electoral , llamamos a ejercer la democracia construyendo una fuerza política unitaria y rebelde de los de abajo, que reponga el “que se vayan todos” y que  rebelión mediante, sea capaz de aplicar un programa de bienestar y la soberanía basado en la suspensión de los pagos al FMI y la nacionalización de la banca, el comercio exterior y los recursos estratégicos.

PRML 4/4/2023