El dueño del acero

El 18 de marzo Acindar cesó las actividades en sus plantas por 30 días. Argumenta una baja en la producción vinculada a la suspensión de la obra pública y a la crisis económica que frenó la demanda de acero. La planta está produciendo un 50 % de lo que esperaba para este 2024. A esto se suma el riesgo de que se habilite la importación de acero, cosa que golpearía más al sector, ya que es más rentable traer el acero directo desde China que sostener la inversión en las fábricas en nuestro territorio.

El grupo Techint viene cerrando la paritaria unilateralmente, sin respetar el acuerdo firmado en diciembre. La patronal del sector siderúrgico firmó un acuerdo en aquel mes que implicaba un aumento del 25,5% pero no quiere reconocerlo. Ofrecieron un 15% para diciembre y un 13% para enero y febrero respectivamente. La UOM (unión obrera metalúrgica) rechazó la propuesta y las empresas pagaron esos aumentos de manera unilateral sobre los salarios de octubre y noviembre de 2023, lo que llevó a al gremio a comenzar un plan de lucha que al cierre de esta edición iba por su quinto día de paro con apuesta de ascender.

La pelea no es siquiera por mejorar el salario: es para que no pierda tanto ante los niveles de inflación que estamos teniendo. En 2023, Ternium-Siderar, la principal acería nacional de Techint, anotó una rentabilidad de más de $192.000 millones, libres de impuestos; en ese mismo período el costo salarial de la compañía se desplomó un 36%. Si se va más atrás, entre 2016 y 2023, la reducción de los costos salariales llegó al 66%; mientras que en la actualidad se encuentra por debajo de lo que estaba hace 20 años en 2004.

El desplome del costo salarial contrasta con el aumento de precios que el sector industrial les aplicó a sus principales productos. Por ejemplo, el acero aleteado en barra, uno de los productos insignias de Siderar, aumentó 301,6% entre abril de 2023 y enero de 2024; mientras que en el mismo período, la perfilería tanto de hierro como de acero aumentó un 299,9%. En todos los casos superando el índice de inflación e incluso la inflación acumulada en un año.

Paolo Rocca, el ganador de los cien días, dueño del grupo Techint, es uno de los que se viene beneficiando con el gobierno de Milei. No para de sumar a sus hombres a los ministerios en aéreas claves. Julio Cordero, uno de los cerebros legales en materia de relaciones laborales de la Unión Industrial Argentina, ya se desempañaba en la Secretaría de Trabajo, pero de manera informal, sin cargo. 

En el marco de esa estrategia, Rocca colonizó la cúpula de YPF, ocupando cinco de los ocho principales cargos del Directorio. El directivo más importante es Marín, quien además de presidir la compañía fue designado ceo. Con 60 años, el ingeniero químico hizo su carrera en Tecpetrol. Colocó como vicepresidente de Exploración y Producción a Matías Farina, otro cuadro de Tecpetrol, cumpliendo una función similar a la que realizó en el grupo desde 1997. Al frente de la vicepresidencia dedicada al desarrollo de la Infraestructura, posicionó a Gustavo Gallino, uno de los directivos más ascendentes del grupo y responsable de la concreción de la obra civil del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner

Techint, a diferencia de otros monopolios llamados horizontales, donde tienen diversificadas sus inversiones en distintas ramas de la producción, es un monopolio vertical: maneja toda la cadena de la producción. Por ejemplo: saca el gas y el petróleo, hace la obra para extraerlo, produce los caños cocidos que se utilizan en dicha tarea, transporta el gas a las ciudades, y maneja la distribuidora del gas dentro de la ciudad, como Litoral Gas en Santa Fe.

De esta forma controla de punta a punta el negocio. A las claras es uno de los que apuesta por el gobierno de Milei y se propone avanzar en una reforma laboral que le permita llevar lo que está sucediendo en Acindar al resto de los sectores. Es importante el paro que viene realizando la OUM y que de momento apunta a ascender en la conflictividad, ya que no pareciera que de parte de Rocca tenga perspectiva de negociar.

Va a ser clave la coordinación de los trabajadores metalúrgicos con los otros sectores que se vienen movilizando. La lucha no es para que el salario no pierda ante la inflación. Hay de fondo una lucha política, en contra de uno de los monopolios más grandes de la Argentina y causante de muchas de las penurias que le toca vivir a nuestro pueblo hoy. Debemos acompañar esta lucha y poder marcar a Rocca como enemigo principal del pueblo y los trabajadores. 

Eldan