Desocupación como método de esclavitud

Lunes, 27. Mayo 2024

En los casi seis meses que llevan en el gobierno Milei, Villarruel y todo su equipo han embestido brutalmente contra el pueblo trabajador, el ocupado, el desocupado y el informal. En ese contexto, la "batalla cultural" ha cobrado especial relevancia. 

Los intentos de cierre del Instituto Nacional de Teatro y el Fondo Nacional de las Artes, así como el desfinanciamiento total del INCAA, incluyendo la amenaza de cierre del emblemático cine Gaumont, al igual que a la radio y la televisión pública, forman parte de un plan sistemático de destrucción de la memoria colectiva, de recorte a toda forma de expresión popular.

Los despidos de docentes en el Programa Cultural en Barrios, en CABA; como así también en el INADI, TELAM y de todas las entidades estatales que el gobierno considera un gasto, más la descalificación de artistas en general que no comulgan con el anarcocapitalismo delirante, sumados al intento de dejar sin presupuesto a las universidades públicas, tiene como objetivo satisfacer al dios mercado y adorar a san consumo, monstruos nacidos de las entrañas de los monopolios, latifundistas y banqueros que en nuestro país llevan décadas creciendo de la mano de los distintos gobiernos desde el regreso de la democracia.

Milei, como todo narcisista perverso, intenta a través del odio censurar la cultura popular, apropiándose de los productos estéticos y moldeandolos a su antojo, mutilando o directamente suprimiendo aquellas obras que, de alguna manera, aunque fuera circunstancial, amenazan con despertar la conciencia o sublevar a los explotados de esta tierra. Al mismo tiempo se da el lujo de aullar en el Luna Park -sitio en donde el pueblo a sido testigo de veladas históricas- y de presentar uno de "sus" libros, el cual fue retirado de la venta en España, bajo sospecha más que fundada de plagio. Esta es la "cultura" de la brutalidad, del vale todo, de la posverdad. La cultura del sálvese quien pueda, de la banalidad, de la ignorancia disfrazada como novedad histórica. 

Pero no todo sale como estaba previsto. Sin Ley Bases, sin Pacto de Mayo, jaqueado por una ola creciente de luchas populares, con una provincia al borde de un estallido y una baja significativa en su credibilidad, el gobierno agota aceleradamente su crédito político. Ya no alcanzan las payasadas de Adorni ni las rabietas, verdaderas o falsas, de un presidente que, por momentos, parece haber perdido el rumbo. Luchar desde un frente cultural amplio para que no lo vuelva a encontrar, para que se extravíe definitivamente. Esa es la tarea de la hora.

Carlos Ruiz

Publicado en: 
Lunes, Mayo 27, 2024 - 21:45

Notas relacionadas