A 100 años de la creación de YPF

Martes, 14. Junio 2022

"Resulta inexplicable la existencia de ciudadanos que quieran enajenar nuestros depósitos de petróleo acordando concesiones de exploración y explotación al capital extranjero, para favorecer a este con las crecidas ganancias que de tal actividad se obtiene, en lugar de reservar en absoluto tales beneficios para acrecentar el bienestar moral y material del pueblo argentino. Porque entregar nuestro petróleo es como entregar nuestra bandera". Enrique Mosconi.

Hipólito Yrigoyen asumió la presidencia en 1916. Fue el primer gobierno de la burguesía nacional en nuestro país. Amparado en el lema de la causa nacional representó intereses de clases heterogéneos. Defendía esencialmente a la pequeña y mediana burguesía agraria, no terrateniente. Mantuvo una política dual para con el movimiento obrero, típica de las burguesías nacionales: concesiones para un sector de los trabajadores y represión para la facción combativa. Con la intención de ganarse a un sector de la clase, al mismo tiempo que buscaba aislar a los anarquistas, actuó como mediador de los conflictos laborales. Con una envoltura nacionalista tomó distancia del imperialismo británico y tuvo contradicciones con la oligarquía argentina. Es ese mar de contradicciones lo que explica el impulso a la industria petrolera argentina.

Como parte del proyecto de desarrollo nacional, pronto a finalizar su primer mandato, Yrigoyen instauró por decreto la creación de YPF en 1922. Nació así la segunda empresa estatal integrada verticalmente a nivel mundial. La integración vertical significa que la sociedad estatal tenía a su cargo la extracción, refinación y comercialización del petróleo. Dicho de otra forma, el estado poseía prácticamente el monopolio del circuito productivo del hidrocarburo. Hasta el momento, el único país del mundo que poseía un formato similar era la URSS. El ideólogo de dicho proyecto fue el general Enrique Mosconi.

El segundo proyecto de la burguesía nacional en el poder, el de Perón a mediados de la década del '40, dio un nuevo avance en la defensa de los intereses nacionales al proteger constitucionalmente las fuentes naturales. En 1949 la reforma constitucional peronista estableció a los recursos estratégicos como propiedad imprescriptible e inalienables de la nación argentina. A su vez, la economía fue puesta al servicio de propiciar el bienestar social. La nueva Constitución instituyó la función social de la propiedad, que no debe confundirse con la concepción marxista de la propiedad social de la producción. Las contradicciones propias de su proyecto político llevaron al peronismo a buscar convenios con petroleras norteamericanas, en los últimos años antes del golpe de Estado. Si bien en su momento fue crítico de ello, a su llegada al poder el radicalismo frondizista profundizó ese camino, desandando el camino de Mosconi. 

Pasados, los años, dictadura militar de por medio y peronismo liberal después, se fueron destruyendo las bases de la soberanía económica y política. En la década del 90 el peronismo, avalado por el radicalismo, impulsó la entrega y la desregulación económica. Bajo el gobierno de Carlos Menem se llevó a cabo el remate de las empresas del estado, entre ellas YPF: su privatización fue rabiosamente defendida por los gobernadores de las provincias petroleras, entre ellas el santacruceño Néstor Kirchner.

En el 2012, con Cristina Fernández como presidenta, se firmó la compra de las acciones a la vaciadora Repsol, quedando el estado con el 51% del paquete accionario de YPF Sociedad Anónima.

Atrás quedaron las banderas del desarrollo nacional autónomo, de la promoción industrial y el fortalecimiento del mercado interno. Los actos de sumisión intentan ser disimulados detrás del posibilismo y son el estandarte ideológico predominante. Durante el gobierno de Alberto Fernández se iniciaron las tratativas para la producción de hidrógeno verde con la empresa australiana Fortescue y MMEX de origen yanky, la exploración petrolera en el Atlántico con la noruega Equinor y la británica Shell y en el norte argentino el litio queda en manos de capitales chinos. Por citar algunos ejemplos que dan cuenta del nivel de extranjerización solo contando el rubro energético. Estas son las causas del padecimiento del pueblo argentino.

Martes, Junio 14, 2022 - 00:00

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