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La mala nueva para Trump en la cumbre de Kazán
Justo en vísperas de la elección presidencial celebrada en Estados Unidos, que tuvo por vencedor a Donald Trump, se realizó una nueva cumbre de los BRICS en la ciudad de Kazán ubicada en el centro de la Federación Rusa, encuentro en el cual se destacó que el dominio estadounidense estaba llegando a su fin dada la progresiva caída del imperio global del dólar, divisa omnipresente desde el fin de la segunda guerra mundial que permitiera a Estado Unidos provocar crisis financieras, guerras, invasiones, sanciones unilaterales a países como Cuba, Irán, Siria, Afganistán, etc., y el dominio del comercio mundial incluido el petróleo.
En tal sentido Kazán tuvo como objetivo explícito discutir un sistema de pagos integrado para los BRICS, al que pudieran sumarse otros países. De acuerdo a lo anunciado por Vladimir Putin la intención no es crear una moneda sino un sistema de pagos; es decir, un sistema en el que ni el dólar, ni el euro, ni la libra, ni el yen, tengan lugar.
Ahora, el problema está en cómo avanzar en dicha dirección. Como es sabido en el sistema de transacciones internacionales existen tres componentes:
- una unidad de cuenta que define la cantidad a pagar;
- una unidad de transacción que indica la moneda en la que se realizará el intercambio;
- y una moneda de liquidación con la que el país comprador pagará al país vendedor.
Todo parece indicar, de acuerdo a lo previamente trascendido, que las monedas de liquidación serán las monedas nacionales de los países miembros de los BRICS; sin embargo, como estas monedas pueden fluctuar entre sí resultará imprescindible definir una unidad de cuenta y una unidad de transacción. Algo que oportunamente debió resolver la Unión Europea al momento de crear el Euro.
Por eso, en el nuevo escenario mundial presuntamente los BRICS se encaminan hacia una unidad de cuenta electrónica, una criptomoneda vinculada a un activo real como el oro, pero no de manera fija sino flotante, adoptando un esquema similar al utilizado para el dólar estadounidense tras abandonar los acuerdos de Bretton Woods luego de la derrota norteamericana en la guerra de Vietnam.
La criptomoneda BRICS (moneda común de referencia) será legal e intercambiable por las monedas de cada país, por lo que para comprar criptomonedas o convertirlas en moneda corriente, se utilizarán las monedas nacionales. Seguidamente, la conversión de esta criptomoneda a monedas nacionales ocurrirá cada 6 o 12 meses, luego de que se complete la liquidación, ya que un país podría comprar bienes BRICS de otro y venderlos a un tercer país. De este modo se pretende evitar las transacciones constantes, permitiendo sólo la transacción final una vez que todo se haya liquidado.
Casualidad o no, en el marco del encuentro de Kazán el “nuevo” Trump prometió convertir a Estados Unidos en la “cripto capital del planeta”, anticipando una pelea contra los BRICS en ese frente, el frente del imperio del dólar. Sin lugar a dudas el frente más significativo para la política norteamericana.
Seguidamente en Kazán se anunció un nuevo sistema de pagos y liquidaciones que permitan sortear el euro y el dólar estadounidense así como el sistema de pagos SWIFT, poniendo énfasis en los activos internacionales luego de que, al calor de la guerra en Ucrania, occidente congelara y confiscara los activos de Rusia en dólares. Seguidamente se destacó la necesidad de establecer una clara articulación de los BRICS con la Organización de Cooperación de Shanghái y procurar un papel más preponderante del Nuevo Banco de Desarrollo, implicando en este aspecto una confrontación declarada a la hegemonía del FMI y el BM.
Estados Unidos logró construir una estructura imperial basada en más de 800 bases militares repartidas por todo el mundo, la aplicación extraterritorial de sus leyes y la creación de una red de Estados vasallos en torno a su hegemonía. Sin embargo, el núcleo de su sistema imperial se basó en el dólar y en la imposición de éste como moneda de comercio internacional y de reserva, por lo que sin lugar a dudas la ofensiva de desdolarización liderada por los BRICS está llevando a Estados Unidos a la desesperación, haciendo que su sistema de sanciones también sea cada vez más inútil. Por caso, Estados Unidos podrá seguir sancionando a quienes realicen intercambios comerciales con Cuba, lo cual ha sido la forma ordinaria de relación con la Isla; sin embargo, poco y nada podrá hacer ante la perspectiva de Cuba de realizar operaciones con su propia moneda en un bloque que actualmente representa el 25% del PBI mundial (apenas por debajo del PBI del G-7 con el 27%), concentra el 16% del comercio global, el 42% de la población mundial, el 33% del territorio del planeta y alrededor del 20% de la inversión mundial; perspectivas que tienen por espalda al Nuevo Banco de Desarrollo, que cuenta nada menos que con un patrimonio de 100 mil millones de dólares.
Escenario complicado por cierto cuando de un lado se advierte un bloque en ascenso y, de otro, un bloque en caída. No por casualidad muchos analistas advierten la posibilidad cierta de que Estados Unidos se encuentra a las puertas de una nueva recesión.
Jorge Díaz
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