En la primera semana de abril se llevaron a cabo una serie de jornadas de lucha, con clases públicas, intervenciones y asambleas, en donde docentes y estudiantes sacaron a la calle, no solo su... Ver más
Por un estudiantazo contra Milei
Las universidades nacionales nuevamente se pusieron de pie. En un primer momento, el veto a la ley de financiamiento universitario tuvo como respuesta la marcha federal del 2 de octubre que, al igual que en abril, fue masiva en todo el país. A partir de allí y ante la votación de la Cámara de Diputados sobre el veto, la situación fue en alza con vigilias y tomas estudiantiles. Sin embargo el punto de quiebre llegó con la confirmación del veto por el Congreso. La multiplicación de la bronca hizo despertar a un gigante dormido: el movimiento estudiantil.
Al cierre de esta nota, en varias universidades del país se discute la toma indefinida de facultades y de edificios centrales. A lo que se le suma la propagación de clases públicas y carteleadas de estudiantes secundarios y de los institutos terciarios en solidaridad, pero también levantando sus propias reivindicaciones. Es el despertar político de miles de jóvenes que tienen su primera experiencia de lucha luego de años de plancha.
No es solo el repudio por la confirmación del veto. Es también el repudio ante un Congreso adicto a votar medidas antipopulares. Todavía está fresca en la memoria la confirmación del veto al aumento a jubilados y la aprobación de la Ley Bases. En ese marco, los intentos por canalizar la bronca docente-estudiantil en las elecciones legislativas del 2025, van por mal camino. Asimismo el financiamiento a las universidades públicas fue la gota que rebalsó el vaso y expresó de manera multitudinaria el rechazo ante las políticas de ajuste de Milei.
Ahora bien, si esto no pasó antes fue gracias a la inactividad de las centrales docentes y no docentes. A pesar del malestar por abajo entre quienes trabajan en las universidades públicas por la pulverización salarial, en agosto se descartó la opción del No Inicio para poner todas las fichas en la aprobación de la Ley de Financiamiento. Un camino que de antemano se sabía que estaba destinado al fracaso. Otro tanto puede decirse de la FUA y de la mayor parte de las federaciones estudiantiles. Estirar los plazos a sabiendas de que en la mayoría de las unidades académicas luego de octubre culminan las clases, no es un error de principiante.
El problema es Milei
En lo inmediato hay que profundizar el camino de las tomas. Intentando unir al movimiento estudiantil de cada universidad con la docencia, evitando caer en divisionismos oportunistas. El conflicto es directamente con el gobierno nacional y hoy el estudiantado organizado tiene la posibilidad de convertirse en la chispa que incendie la pradera. En ese marco, es fundamental que en cada toma y en cada asamblea se plantee sin rodeos que Milei se tiene que ir. Porque su programa de saqueo y entrega implica la destrucción de la educación pública.
Con el ejemplo de las múltiples luchas del movimiento estudiantil de nuestro país, salgamos con fuerza a poner de pie un nuevo estudiantazo. Con el objetivo puesto en unir las luchas y concentrar la bronca por abajo, en miras de sacarnos de encima a este gobierno y al puñado de banqueros, monopolios y multinacionales que lo sostienen.
Martina Bas
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