El gobierno contra los jubilados

Desde el inicio del gobierno de LLA, los jubilados y pensionados han sido el sector que más pagó el ajuste. Sus ingresos están hoy un 37% por debajo del valor de octubre del 2023. No hubo ningún otro sector que perdiera tanto en este tiempo. En sus espaldas cargaron con el 32% del ajuste fiscal total. 

El periodista Alejandro Bercovich lo explica como un ajuste en tres partes. Primero, la fórmula jubilatoria de Milei se llevó una parte de eso entregando casi 20 puntos menos de lo perdido en el último trimestre del año pasado. La segunda parte fue el aumento correspondiente a enero, que fue de 12,5% cuando la inflación había sido del 20,6%. La tercera fue el congelamiento del bono de $70.000, que cada día tiene menos valor real. La ley que daba una recomposición parcial e insuficiente a los jubilados pasaba la mínima de septiembre de $304.000 a $318.000. A pesar de su aprobación con más de dos tercios de los votos en el Congreso, Milei la vetó. Haciendo gala de su hipocresía, el presidente dijo que las jubilaciones “aumentaron en dólares”, tomando arbitrariamente los números de enero a esta parte, es decir desde que él gobierna. El veto se pretende justificar en que no está en condiciones fiscales de afrontar el gasto, a pesar de que sí puede dar exenciones impositivas a los más ricos del país.

En el mismo paquete de ataque a los jubilados, 44 medicamentos perdieron cobertura total de PAMI, el acceso a medicamentos gratuitos por persona pasó de seis por mes a cinco, y se establecieron criterios más restrictivos para tramitar excepciones. Así, el ajuste no solo viene por el lado de los haberes, sino también en el acceso a la salud. En un contexto de aumentos de precios descontrolados, son muchos los jubilados que no pueden afrontar sus gastos de farmacia. 

En el marco de esta situación abusiva se dió la movilización del miércoles 28 de agosto. Con los jubilados a la cabeza y con la compañia de numerosas organizaciones y partidos, se marchó de Congreso a Plaza de Mayo, unificados tras la consigna de "No al veto". El aparato represivo de Patricia Bullrich no escatimó en bastones y gases, dejando a la policía representada transparentemente en su caracter antipopular, siendo capaces de cumplir la orden de violentar a sujetos fisicamente vulnerables y profundamente empobrecidos, con tal que la marcha ocupe un carril menos de una avenida. Lejos de apaciguar los ánimos, el 4 de septiembre hubo una nueva concentración en el Congreso. Otra vez gases y palos de la policía, otra vez abuelos y abuelas enfrentando a la cana con el apoyo solidario del resto de los manifestantes. 

Las prioridades de este gobierno están a la vista. Golpear a los jubilados mientras los ajustan a la par que los más ricos se alejan cada vez más de los de abajo. Sin embargo, esa generación tiene una tradición que aún pervive. Esa que resuena cuando cantan "paso, paso, paso; se viene el Jubilazo", o "jubilados carajo". Las llamas que se reavivan recordando la histórica lucha de los jubilados en los 90.

La indignación que causa este ataque miserable a los jubilados está canalizando parte de la bronca popular contra este gobierno. Hay que promover la confluencia en apoyo a este sector, en dirección a que la pelea por una jubilación digna apuntale la lucha general contra el ajuste. Y para que esta triunfe, Milei se tiene que ir.

Matías Maidana