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Por la defensa del cine y la cultura nacional
El pasado 14 de marzo se produjo una convocatoria por parte de Unidxs por la Cultura y de ATE-INCAA en las puertas del cine Gaumont de la Ciudad de Buenos Aires. La convocatoria fue masiva, con participación de los distintos sectores de la cultura, sindicatos, asociaciones, estudiantes y partidos políticos.
Cerca de las 18hs, mientras se realizaba la conferencia de prensa, con el pretexto de la aplicación del protocolo de Bullrich, la Policía de la Ciudad arremetió contra la multitud y los periodistas. Hubo tres detenidos, e incluso un ciclista atropellado por un provocador que tuvo que ser internado con serias fracturas.
El origen del conflicto
A fines de febrero Milei designó mediante decreto al economista especialista en finanzas Carlos Luis Pirovano al frente del INCAA. De pasado en la Ucede y con cargos en los gobiernos de Macri tanto en Ciudad como en Nación, Pirovano fue elegido para desmantelar el instituto de cine.
Lo primero que hizo fue reunirse con los delegados de ATE, asociaciones y representantes de las productoras y del cine independiente, e informarles el despido de al menos 170 trabajadores, dentro de los cuales se encuentran todos los contratados, y la reducción del personal de planta mediante retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas. Según él, sus órdenes son reducir los gastos al 50%, por lo que el Instituto dejará de financiar los festivales de cine (entre ellos el de Mar del Plata, festival Clase A en el mundo) y el mercado Ventana Sur; cerrará las sedes de la Escuela Nacional de Cine y Experimentación Cinematográfica (ENERC) y cerrará y venderá el edificio del emblemático cine Gaumont. Además reconoció que por al menos seis meses no habrá plata para fomento.
Desde ATE se le remarcó que con solo aprobar la ley donde se plantea el gravamen a las plataformas con el 10% del IVA, no habría hecho falta tomar ninguna de esas medidas, ante lo que Pirovano respondió que si llegaba a proponer eso a Milei, sería despedido.
Además le quedó tiempo para amenazar que si se armaba un plan de lucha, lo cual daba por hecho, cada trabajador sería sancionado con el descuento de los días y judicializado.
Ante esto ATE salió con un comunicado denunciando el “plan sistemático para el desmantelamiento del INCAA”. Pirovano respondió con la resolución 16/2024 del Boletín Oficial haciendo efectivas sus amenazas, quitando el apoyo a festivales, suspendiendo la ayuda económica a las películas argentinas en los festivales internacionales y haciendo un amplio recorte de gastos en seguridad, comunicación y fiscalización. Esta resolución salió en tándem con un comunicado del Ministerio de Capital Humano de Pettovello donde anunciaba con cinismo que “Se terminaron los años en los que se financiaban festivales de cine con el hambre de miles de chicos” y con los dichos siempre falaces de Adorni, sobre el déficit que generaba el INCAA.
No es económico, sino ideológico
Lo cierto es que, al margen de la discusión sobre la soberanía audiovisual y la importancia de una identidad cultural nacional, la industria del cine genera más de setecientos mil puestos de trabajo directos e indirectos y un balance positivo económicamente hablando, generando el ingreso de divisas.
En casi toda Europa, el cine es concebido como un bien cultural y recibe apoyo de sus gobiernos. Francia es pionera en aplicar políticas proteccionistas y en subsidiar todos los sectores que forman parte de la industria cinematográfica. Ellos entienden la importancia cultural que tiene el cine y que, a más cantidad de películas, más chances de desarrollar técnica y cualitativamente la industria, como así también conseguir resultados positivos en taquilla.
Contrariamente, en el modelo Milei la idea es concentrar la producción cinematográfica en pocas manos, lograr que solo las grandes productoras puedan producir un puñado de películas al año y encima con financiamiento de las plataformas, todas de capitales extranjeros, con el marco sesgado que eso implica y que todos conocemos.
En el cierre de los medios públicos de comunicación, del Canal Público, de Radio Nacional, de Télam, del INCAA, las amenazas al Fondo Nacional de las Artes, al colectivo teatral, musical y literario, está en juego el desmantelamiento de nuestro patrimonio cultural y de nuestra identidad nacional. Para evitarlo la única forma es a través de un plan de lucha que se proponga derrotar el ajuste de Milei y su casta.
José Crespo
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