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La maravillosa mediterránea provincia de Schiaretti
En uno de los pasajes de sus cuadernos de la cárcel, Antonio Gramsci decía que la idea de progreso era una las premisas fundamentales de las ideologías ilustradas y del positivismo decimonónico. Gramsci sostenía que esta ideología fue la base de los Estados modernos que emergieron con las revoluciones burguesas de los siglos XVII y XVIII, y que con el desarrollo del capitalismo adquirió un carácter de masas. “Paz y administración” era el lema de Julio Argentino Roca, una de las figuras centrales en la fundación del Estado nacional; lema que por cierto albergaba un marcado contenido positivista y progresista. Hacia fines de la segunda guerra mundial, tal ideología puede hallarse en el fondo del nacional reformismo peronista y en el desarrollismo de Frondizi.
Pese a la profunda crisis del 2001 que reconfiguró el régimen político argentino, la idea del progreso sigue siendo aún persistente en la retórica de la devaluada dirigencia política argentina, y esto se hizo evidente en el debate presidencial. Quien tal vez expresó con mayor énfasis esa concepción “progresista” o de “progreso” en dicho debate, por lo menos desde su retórica, es el actual gobernador de Córdoba Juan Schiaretti.
El “país normal” de Schiaretti tiene como “modelo” económico a Córdoba; provincia que ha cogestionado en alternancia con De la Sota durante los últimos veinticuatro años. Ahora bien, ¿cuáles son los pilares de ese pujante “modelo” económico? Sin duda las principales ramas productivas de Córdoba son la agroindustria y la industria de alimentos. A través de estas la economía provincial se inserta en el mercado internacional.
En estos segmentos las dos empresas más importantes, por lo menos de capitales locales, son Aceitera General Deheza y Arcor. La primera está estrechamente ligada al capital agro financiero, los llamados pools de siembra y tiene una alianza estratégica con la gigante Bunge. Estas dos empresas poseen un puerto joint venture en Rosario, Guide S.A.; y cuatro líneas férreas independientes que van hacia el puerto de dicha ciudad destinadas al traslado de aceites refinados.
AGD tiene el manejo de 200 mil hectáreas, posee además una capacidad de acopio de 4 millones de toneladas y concentra el 28% del aceite de girasol que se vende en el mercado local. Este año la empresa anunció la inversión de USD 54 millones para la producción de bioetanol. En este punto es necesario remarcar los miles de millones de pesos que el gobierno provincial ofreció en subsidios al sector, primero durante el 2021, con una cifra de $ 500 mil millones y en el 2022 de $ 1000 millones para la construcción de 20 plantas de biodiesel. Tales subsidios se hicieron en el marco del programa de “Promoción y Desarrollo para la Producción y Consumo de Biocombustibles y Bioenergía” establecido en la Ley 10.721 que se sancionó en noviembre de 2020.
Arcor que tiene su sede central en Córdoba es la empresa más importante en el rubro de alimentos de la provincia. Su despliegue en estos últimos años ha sido fenomenal: actualmente ocupa el primer puesto en el ranking de empresas alimenticias argentinas, es el primer productor mundial de caramelos y principal exportador de golosinas de Argentina, Brasil, Chile y Perú por intermedio del control de Bagley Latinoamérica SA, con el 51% de las acciones. Arcor es la empresa con mayor cantidad de mercados abiertos en el mundo dentro de las argentinas y exporta a más de 120 países. Tiene instaladas oficinas comerciales en América, Europa y Asia y más de 40 plantas en Latinoamérica, empleando a más de 21.000 personas, con presencia exportadora en los cinco continentes. En el año 2019 el Grupo Arcor llegó a ocupar el puesto 22 entre los principales grupos económicos del país, con una facturación anual de $ 224.642 millones, según la revista Mercado. Arcor concentra el 40,8% del mercado con 16 marcas distintas. En el caso de los lácteos, ostenta el 57,4% del mercado con dos marcas. Y en enlatados, suma el 70,7% con cinco marcas.
En 1977, en plena dictadura militar Fulvio Pagani, padre de Luis Pagani, hoy principal socio accionista de la empresa, iniciaron junto con Piero Astori la Fundación Mediterránea. De la Fundación dependía el IERAL, Instituto de Estudios Económicos sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana, fundado y dirigido por Domingo Cavallo. La Fundación Mediterránea tuvo un papel clave en la aplicación de las medidas económicas de los últimos 30 años en nuestro país. Desde Jorge Videla hasta Fernando de la Rúa, pasando por Carlos Menem, el Ministerio de Economía siempre contó con cuadros técnicos provenientes de la fundación. No debemos olvidar que Cavallo, elogiado por el otro candidato a presidente Javier Milei, fue ministro de economía con Menem y de la Rúa.
Cabe destacar que Schiaretti ocupó el cargo de gerente financiero de la Fundación Mediterránea entre 1985 y 1989. Y en los últimos años de su gobierno ha sido un invitado permanente en las cenas organizadas por la fundación, en la cuales el gobernador hacía un balance de su gestión económica.
La fundación actualmente está presidida por María Pía Astori, quien además es la socia mayoritaria de la constructora Astori; principal adjudicataria de la obra pública de la provincia de Córdoba. En este sentido es factible afirmar que buena parte de la deuda de la provincia, que asciende a los $ 530 mil millones, han servido para la acumulación de este poderoso grupo constructor.
Otro de los pilares de la economía cordobesa son las terminales automotrices, que por cierto no son el mejor ejemplo de competitividad en lo que concierne a las leyes del mercado internacional. Es válido afirmar en este caso que estas empresas son subsidiarias del Estado provincial y nacional; es decir que dependen económicamente de las políticas de promoción industrial y el proteccionismo estatal. Estas empresas importan alrededor del 40% de los insumos que son esenciales para su funcionamiento, lo que implica la salida de dólares.
Pero detrás del discurso progresista cordobés, se oculta oportunamente la otra cara omitida por el mediterráneo candidato a presidente. Según los datos estadísticos publicados por el INDEC a principios del 2023, la pobreza alcanzó al 39,1% de la población del gran Córdoba. A esto debemos agregar que la mayoría de los docentes y trabajadores de la salud reciben salarios que están por debajo de la línea de la pobreza y realizan sus labores en condiciones de precariedad. Por su parte el estado de la infraestructura de escuelas y hospitales manifiestan el abandono y la falta de financiamiento por parte del gobierno provincial. Es decir, Schiaretti cumple a rajatabla la receta de la Fundación Mediterránea: endeudamiento, déficit fiscal y recorte del gasto público.
En este sentido es necesario reflexionar críticamente; ¿qué oculta la idea de progreso?
Progreso para la burguesía es el desarrollo de las fuerzas productivas, el incremento de la productividad del trabajo y de un lado, la concentración y centralización del capital; mientras que, por otro, significa mayor explotación y miseria para el pueblo trabajador.
Diego Maldonado
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