Los trabajadores de los medios públicos vienen atravesando diversos conflictos con las autoridades de sus respectivos lugares de trabajo.
En Télam, y por mandato de su hoy ex... Ver más
Nueva etapa de la lucha en Delphi
Finalmente el conflicto en la autopartista Delphi pasa a una nueva etapa. El pasado 23 de diciembre los directivos de la fábrica ubicada en Santa Lucía, San Juan, comunicaron que cerrarían sus puertas; dejando a 470 trabajadores en la calle.
Esta empresa, que fabrica mazos de cables para Peugeot principalmente y también para Fiat; es una multinacional que durante los últimos años se vio favorecida por las políticas de este gobierno. Así y todo, el cierre anunciado no llegó a hacerse realidad por dos factores. El primero, y más importante, es el estado de alerta de los trabajadores que, sumados operarios, de limpieza y seguridad se elevaban a 600; se movilizaron, realizaron asambleas en la planta, cortes de ruta, marchas, exigieron al sindicato que intervino U.O.Y.E.P (Unión Obreros y Empleados Plásticos) a ponerse a la altura de las circunstancias; siguieron de cerca negociaciones de empresarios, ministerios de trabajo y economía con el norte puesto en sostener los puestos de trabajo; incluso en momentos de absoluta incertidumbre. En este contexto Gioja, gobernador de San Juan, uno de los más preocupados por cerrar el conflicto, debió intervenir públicamente “garantizando” la estabilidad laboral.
Detrás del cierre de Delphi, según varias versiones, se encuentra un hecho de especulación. Se planteaba el cierre de la empresa y no su venta ya que se buscaba favorecer, desde la casa matriz en Estados Unidos a la sucursal establecida en Brasil en el mercado. Esto desató una denuncia por parte del gobierno nacional, agitando el “enfrentamiento” con los fondos buitres, como en Donnelley, que incluyó hasta una denuncia de AFIP.
Giorgi (Ministra de Industria) y Kicillof (de Economía) se convirtieron en lobbistas de la empresa buscando favorecer con la venta a algún empresario amigo del Proyecto K. Finalmente, después de movimientos oficialistas que buscaban beneficiar a Enrique Ruffo (dueño de CIBASA, uno de los empresarios que viajó a China con Cristina), la empresa fue adquirida por el titular de la UIA, Héctor Méndez, titular de CONARSA.
En los últimos años, Méndez se ha distanciado del gobierno nacional en declaraciones públicas, pero cuando apremian las posibles pérdidas económicas y peligra la paz social sabemos que quienes parecían enfrentados pueden aliarse en contra de los trabajadores.
En palabras de funcionarios y empresarios “se sostendrían los puestos de trabajo”; pero dependerá de los operarios de Delphi que se cargaron al hombro esta difícil tarea de enfrentar a una multinacional y al gobierno que las apoya abiertamente, que esta transición se lleve adelante en términos que no los perjudiquen.
Tareas próximas serán las de poder expresar en delegados combativos y anti burocráticos surgidos de las asambleas de lucha que puedan junto al resto de los trabajadores mantener a raya a quienes se llenan los bolsillos a costa de los trabajadores.
Corresponsal
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