Además de la extendida disputa con los trabajadores municipales, que sigue sin cerrarse, recrudece el frente abierto con el transporte urbano de pasajeros y se suman las medidas de fuerza de los... Ver más
Docentes | Hace falta una lucha nacional y a fondo
Las paritarias docentes se encuentran en punto muerto en la mitad del país. Al cierre de esta edición, en 12 provincias hubo acuerdos que orbitaron alrededor del 15% macrista, siendo la más baja Jujuy (5%) y las más altas Formosa y Santiago del Estero (20%) y San Luis (21%). Mendoza (15,7%) y Santa Fe (18%) cerraron por decreto. En el resto de los distritos, las ofertas fueron del 10 al 15% o directamente no arrancaron las negociaciones.
La realidad de la lucha docente frente a estas propuestas de hambre responde a esta dispersión, con medidas estrictamente provinciales. En diferentes días y modalidades, la semana pasada hubo paros en Buenos Aires, CABA, Chaco, Santa Fe, Neuquén y Santa Cruz.
El jueves 5 de marzo, como parte del paro y movilización dispuestos por el Frente de Unidad Docente, los docentes convergieron en una masiva demostración frente a la gobernación de La Plata con ATE, la Asociación Judicial Bonaerense y la Cicop. El paro de 24hs que fue convocado ante un nuevo fracaso de la paritaria tuvo un alto acatamiento en toda la provincia como para que a la gobernadora Vidal, que hace gala de su dureza en la negociación, no le quedaran dudas del rechazo docente a su propuesta de 15% de aumento en tres cuotas y el plus por presentismo, capacitación y materiales escolares que se cobrarían una sola vez al año, y… en negro, es decir no van a aguinaldos ni a los jubilados.
Por su parte, en CABA, el 6 de marzo, también se movilizaron los docentes en una medida conjunta con trabajadores estatales, los metrodelegados y organizaciones sociales de la CTEP, coincidiendo además con un paro de los bancarios. El paro docente fue definido por los sindicatos UTE y Ademys, más la adhesión de Sadop, gremio de docentes privados.
Perdida la paritaria nacional, y luego de la marcha nacional del mes pasado, CTERA virtualmente se batió en retirada, archivando por completo la posibilidad de pelear en todo el país de conjunto. Además de una lectura defensista de la situación actual y de los enredos propios de una conducción preocupada por la interna del PJ, pesa sobre la central docente un balance mal digerido del proceso de lucha del año pasado, en el que durante su pico más alto, 400.000 personas se congregaron en Plaza de Mayo para escuchar a Sonia Alessio su falta de ideas para profundizar la pelea. Patinadas semejantes no son gratuitas, y hoy se pagan con la imposición de hecho de “negociar con los chicos en las aulas”, con los resultados ya detallados.
Que en varias provincias -como Buenos Aires o CABA- se hayan formado espacios de unidad de los gremios ligados al estado, con medidas de fuerza conjuntas, es una iniciativa bien encaminada para enfrentar los topes salariales y el empeoramiento de las condiciones laborales. No alcanza, sin embargo, para reemplazar lo irremplazable: la orientación de una lucha a fondo y a nivel nacional.
En la medida en que las conducciones ligadas a la Celeste renunciaron a ella de antemano, queda en manos de los gremios, las seccionales y los delegados combativos ofrecerle a los docentes una perspectiva distinta, donde el plan de lucha tome el lugar de las medidas aisladas, alejados de las expectativas sembradas en negociaciones que no avanzan, movilizando a la mayor cantidad de docentes hacia una experiencia que les permita romper con conducciones burocráticas derrotadas sin dar pelea.
Facundo Palacios
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