Sobre el paro de transporte en el interior

Miércoles, 26. Octubre 2022

El debate sobre el transporte de colectivo gira hace varios años en relación a los subsidios que se dan para sostener un pasaje que los trabajadores puedan costear. Desde hace 10 años la brecha entre el AMBA y el resto del país a la hora del precio del pasaje no dejó de crecer. En ese sentido, hay que recordar que a finales del mes pasado las municipalidades de Córdoba, Rosario y Santa Fe aplicaron una suba que llevó el pasaje a $85. En lo que va del año, el pasaje en el transporte urbano de Córdoba ya registró un aumento del 70,4%. De la misma forma que la desigualdad en la distribución de los subsidios, de $100 que pone el estado nacional en subsidios de transporte, $80 van para el AMBA y solo $20 para el interior del país, lo que lleva que el valor del boleto en el interior pasó en el último tiempo de duplicar a triplicar el del AMBA, más allá de que en los últimos meses en esa región también tuvo un incremento y se espera otro para diciembre. Así, mientras el interior del país subsidia a Buenos Aires, lo que no se puede negar tampoco es que la inversión en subsidios para transporte queda corta, porque sigue siendo cada vez más caro llegar a los lugares de trabajo.

La discusión de los subsidios suele aparecer cuando empresarios reclaman porque con la inflación los costos les reducen sus ganancias, o porque los trabajadores piden aumento de sueldo que las empresas dicen no poder otorgar. Esto último sucedió los días 12 y 13 de octubre con un paro de la UTA pidiendo que los trabajadores del interior cobren lo mismo que los del AMBA, a partir de la paritaria que cerraron. Según Clarín del 12/10, “El gremio busca cerrar un acuerdo salarial similar al que consiguieron los trabajadores de ese rubro en el Área Metropolitana de Buenos Aires, que implica un salario básico de 200 mil pesos desde diciembre.”

La medida se llevó adelante en las grandes ciudades del interior, Córdoba, Rosario, Santa Fe. Según el gremio afectó a 9 millones de usuarios, y solo algunas regiones como Chaco y Bahía Blanca tuvieron acuerdos regionales para evitar el paro. Que se pare el transporte público es bloquear de forma bastante efectiva el funcionamiento de las instituciones públicas y también complicar el funcionamiento del sector privado.

Nos interesa marcar dos puntos en esta discusión que no suelen estar sobre la mesa en los grandes medios, ni siquiera entre los sectores que discuten el problema, gobiernos nacionales provinciales y municipales, empresas de transporte, trabajadores.

Lo primero a debatir es por qué el estado debe subsidiar a una empresa privada para que sostenga el funcionamiento del transporte público. Las empresas buscan hacer negocios, no garantizar derechos. El rol que debiera jugar el estado es el de invertir en construir empresas de transporte estatal que garanticen el servicio y que tenga condiciones dignas para sus trabajadores. De esta forma pensar que el transporte público no es solo el colectivo, sino que hasta esto puede ser intervenido con distintas estrategias: en algunas regiones puede ser el colectivo y bicicletas públicas, y en otras es más válida la utilización de trenes, que son menos riesgosos en accidentes, contaminan menos y son más económicos. Para hacer este movimiento tiene que tener una intención de disputar con el monopolio de las empresas de transporte que desde la década del 90 al presente no dejan de concentrar poder.

Por otra parte, el segundo punto a debatir es el rol que deben jugar los trabajadores y por tanto su gremio, ya que a las claras está que esto no tiene que terminar solo en un reclamo salarial. De la pandemia que había paralizado el movimiento social y puso en jaque el sostén del transporte pasaron dos años, el flujo se normalizó a tiempos previos a la pandemia. Sin embargo, aparte de la dificultad para cumplir el acuerdo paritario, también se suman poca frecuencia horaria y en algunas ciudades del interior, luego de la pandemia se prosiguió con un plan de unificación de líneas para ahorrar recursos por las empresas. Lo cual deterioro aún más el transporte en las periferias de la ciudad.

El gremio debe tener una posición unificada, donde el paro no puede ser solo de los choferes del interior; donde si hay una pelea debe darse por el conjunto de todos los trabajadores y tiene que partir de la base de que hay dinero para subsidios, que hoy no están porque el FMI dice que hay que reducir el gasto fiscal; que la distribución de estos subsidios debe ser más pareja entre el interior y los usuarios de Buenos Aires. Hay que comenzar a dar una pelea por cuáles son los mejores medios para que nuestro pueblo se mueva en nuestro país, y en mano de quien están estos medios de transporte, de un grupo concentrado o de un estado que responda a las necesidades populares. Hacia ese horizonte hay que ir, no es solo la lucha económica, hay que dar el salto a la lucha política. 

Joaquin G

Miércoles, Octubre 26, 2022 - 19:15

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