Jubilaciones: otra cara del ajuste

Lunes, 14. Diciembre 2020

A la hora de hablar del empeño que pone el gobierno por achicar el gasto, el tema de las jubilaciones se lleva todas las palmas. Apenas asumió, hizo aprobar la “Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva” en el marco de la Emergencia Económica, con los posteriores aumentos por decreto. La fórmula anterior estaba atada mayormente a la inflación y en menor medida a los aumentos salariales. Si se hubiera aplicado este año, las subas habrían sido del 42%. Al suspenderla, el gobierno se ahorró $100.000 millones. A fin de año, los beneficiarios de la mínima le van a haber empatado (con suerte) a la inflación, con subas acumuladas del 35,3%; que para el resto de las escalas se van a ubicar en torno al 24%. 

Mientras en Diputados se discutía el proyecto para la legalización del aboto, el Senado aprobaba la nueva fórmula jubilatoria, que va a estar atada a los aumentos de salario y a la recaudación de Anses. Tendrá además un tope, ya que los gastos del organismo previsional no podrán superar el 3% de sus recursos. El oficialismo llama a esto preocupación por la sustentabilidad del sistema. 

El gobierno defiende que en la nueva fórmula no se tenga en cuenta la inflación, con el argumento de que las subas atadas a los aumentos de precios terminan corriendo de atrás, punto de vista similar a su posición con las “cláusula gatillo” de las paritarias. A este respecto, en una nota publicada por Página12, el secretario general de la Anses, Santiago Fraschina, sostiene que “al considerar la recaudación tributaria ... la fórmula incorpora implícitamente el efecto de la inflación”. Y continúa: “existe evidencia empírica de que incluir la recaudación tributaria permite que los jubilados y las jubiladas se beneficien del crecimiento económico”. Luego cierra así: “El contexto del que se parte permite proyectar que los años venideros la nueva fórmula de movilidad otorgará incrementos superiores a la inflación”. No queda muy claro a qué se refiere Fraschina con lo que el contexto permite proyectar, ni dónde está la evidencia que menciona. Pero esta muestra de fe inconmovible en los beneficios de la nueva fórmula, en el mismo texto en que cita 'evidencia empírica', es digna de un tratado filosófico. 

Entre tanto eufemismo y ecuación, el gobierno vuelve a descartar la reivindicación histórica de los trabajadores jubilados, que es el 82% móvil. 

A.D.

Lunes, Diciembre 14, 2020 - 13:00

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