ZIKA: otra vez el modelo productivo

Jueves, 11. Febrero 2016
ZIKA:  otra vez el modelo productivo

Dengue, Zika o Chikungunya ya no son desconocidos para nosotros. Son tres virus distintos transmitidos por el mismo mosquito: Aedes aegypti. Escuchamos de ellos en todos los medios de comunicación generando pánico por su asociación con malformaciones congénitas y enfermedades neurológicas, y responsabilizando a la población de las medidas a tomar para su prevención.

La asociación de uno de estos virus (zika) con malformaciones congénitas comenzó en mayo del 2015, cuando las autoridades de salud pública de Brasil confirmaron la transmisión autóctona del virus zika en el nordeste del país, siendo el primer registro de circulación autóctona en América continental. En esta zona se comenzó a reportar un aumento de los casos de microcefalia, asociando ambos factores de manera causal.
Los primeros casos de zika se describieron en África en la década del ´60, y en las epidemias previas por este virus no se reportaron casos asociados a malformaciones congénitas, a pesar de afectar a gran parte de la población.
Y esto es lo que todos escuchamos hoy: el virus zika en embarazadas genera microcefalia. Entonces desde el Ministerio de salud de nuestro país y de la OMS, refieren que debido a que “la enfermedad provocada por ese virus se asocia a riesgo de malformaciones congénitas, como microcefalia en los fetos” recomiendan a las “mujeres en edad reproductiva” no viajar a zonas en riesgo.
Pero lo que no circula por los grandes medios de comunicación son otros factores que pueden estar asociados a estas epidemias. Por un lado, el modelo químico que está siendo utilizado para combatir este vector: la utilización masiva de venenos químicos para erradicar el mosquito. Actualmente en Brasil se está usando Piriproxifeno, uno de sus nombres comerciales es Sumilar v fabricado por SumimotoChemical, empresa japonesa con acuerdos en Brasil y Argentina asociada a Monsanto. Este veneno es un inhibidor del crecimiento de las larvas de mosquitos que, alterando su desarrollo, genera malformaciones en los mosquitos.
Por otro lado, otra estrategia para combatir el vector ha sido la introducción de mosquitos transgénicos, genéticamente modificados: los mosquitos transgénicos son los machos que al ser liberados y fecundar a las hembras, se generan unos huevos cuyas larvas morirán espontáneamente. Esto es realizado por la compañía británica Oxitec que tiene el permiso para realizar estos experimentos en Brasil.
Las malformaciones que se detectan en muchos niños que viven en zonas donde el estado Brasileño colocó piriproxifeno en el agua para beber no parece casualidad, por más que se culpe directamente al virus del zika por este daño, y se trata de ignorar otras hipótesis como el daño químico generado por alteraciones en la población afectada.
Esto debe ser analizado considerando el agronegocio instalado hace tiempo en nuestros países, vinculado a la realidad socioambiental y al modelo que se utiliza para controlar al vector. La distribución geográfica de los casos de recién nacidos con microcefalia muestra una mayor concentración en las zonas pobres, donde la provisión de agua potable no es adecuada y hace que la población deba almacenar agua de forma insegura, generando las condiciones para la reproducción del mosquito. Sumado a que en estos lugares es donde se fumiga con piriproxifeno: por más que el Ministerio de Salud culpe directamente al virus del Zika por este daño, y trate de ignorar su responsabilidad sin tomar en cuenta el daño químico generado en la población.
Se deben encarar estudios epidemiológicos para analizar estas asociaciones causales antes de generar pánico en la población. Partiendo de esto y de datos, por ejemplo, como fue denunciado por ABRASCO (la Asociación Brasileña de Salud Colectiva):de los 3.893 casos de malformaciones confirmadas al 20 de enero de 2016, 49 de estos niños habían fallecido y en cinco, solamente, se había confirmado la infección con Zika. Y según el último Boletín Oficial de Brasil refieren que “404 tuvieron confirmación de microcefalia y/o otras alteraciones del sistema nervioso central, 17 de ellos relacionados con el virus Zika”.
De esto no podemos inferir directamente que el virus zika es la causa de la microcefalia. Proponer una solución con mosquitos alterados genéticamente a un problema tan complejo deja detrás el origen social de las enfermedades donde el monocultivo, el uso masivo de agrotóxicos, el desmonte y las desigualdades sociales no son considerados como causa del problema. Y los estados invierten millones en estrategias que solo alimentan estos negocios y donde son siempre los que viven en contextos de mayor vulnerabilidad que resultan perjudicados.

Paloma Alarcón

Publicado en: 
Jueves, Febrero 11, 2016 - 12:15

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