Universidad - Se viene un 2025 de lucha

El pronóstico de que este año será igual o más conflictivo que el anterior parece algo cantado. Tiene algunos elementos que se repiten y otros que se verán como aportan al desarrollo de los hechos.

Nuevamente el gobierno comienza el año sin un presupuesto aprobado por el Congreso. Es la primera vez en la historia, desde que el poder legislativo vota el presupuesto, que este hecho se da por dos años seguidos. La ventaja que tiene Milei es que de esta forma maneja de manera discrecional el presupuesto que tiene, sin que el Congreso tenga posibilidades de debatirlo y trabarle alguno de sus gastos, ahorrándose el debate público. 

En el caso de las universidades, proponen la continuación del presupuesto 2023, último año de Alberto Fernández. Es un ahogamiento financiero para las universidades del país que con estos números probablemente antes de mediados de año ya no tengan presupuesto para funcionar.

Recordemos que del presupuesto total, el de funcionamiento es solo el 5%, el 95% restante corresponde a los salarios. En eso este año se repite y profundiza la tendencia de la discusión paritaria a la baja. El año pasado los docentes universitarios perdieron un 30% de su salario. Un jefe de trabajos prácticos simple está por debajo de la línea de pobreza. Y las otras categorías no superan esa línea por mucho.

En la misma tendencia, siguen los recortes en las becas de Conicet. A su vez que no hay perspectiva de que las becas para los estudiantes aumenten y repongan lo perdido el año pasado por la inflación. El desfinanciamiento es un ataque directo a la educación y la ciencia.

Si hay una diferencia cualitativa, esta viene de los trabajadores y estudiantes que componen la universidad. Quienes junto al pueblo en su conjunto vienen de hacer dos movilizaciones contundentes contra el gobierno nacional el año pasado.  En la primera ganando el presupuesto de funcionamiento y en la segunda golpeando al gobierno en la recta final del año.

Este año ya encontró a los docentes, no docentes y el estudiantado en su conjunto marchando en contra del discurso fascista de Milei en Davos junto al pueblo en una amplia expresión. A su vez que el cursado comienza con paro el 17 y 18 de marzo a nivel nacional de todas las universidades del país.

A esto se suman las particularidades por el año electoral, que jugarán adentro del gobierno y también en parte de la oposición, algunos que no tuvieron inconvenientes en transar con Milei para sostener el ajuste y otros que trataron de poner algún palo en la rueda, siempre sin sacar los pies del plato y dando gobernabilidad a un gobierno que golpeó al pueblo en general y a la universidad en lo particular.

Es tarea de los trabajadores y los estudiantes comenzar el año de punta, sabiendo que el año que pasó dejo marcas y no se comienza de cero, más bien hay experiencias acumuladas dónde hacer pie. Si había alguna expectativa de dar tiempo al gobierno eso caducó, ha pasado su tiempo de gracia y la apuesta en el congreso también expresa sus límites para frenar el ajuste.

Los verdaderos frenos vienen de la organización popular, de las movilizaciones masivas y los paros, a un gobierno que está urgido de un nuevo préstamo del Fondo, lo que más le duele es perder el control de las calles, que la conflictividad aumente.

Cuando eso sucede no tiene dudas en avanzar en el despliegue represivo. Con la universidad no les dieron las condiciones para reprimir, hay que estar listos porque como demostraron con los jubilados que siguen siendo blanco del ajuste y también de los palos cuando se movilizan los miércoles. No tienen límites en su barbarie, por eso es aliado de Israel. 

Así y todo, los jubilados siguen interviniendo y movilizando. Eso es lo que debe tomar sobre todo el estudiantado, quién es el sector más dinámico de la universidad y por su impronta juvenil quienes tienen que dar un paso hacia adelante. Como decía el Che: "ser joven y no ser revolucionario es una contradicción". 

El año comenzó y la universidad debe prepararse para pelear. El primer paso es comenzar a organizarnos sabiendo que el contexto es de conflicto. Pero también apostando a que la lucha no es solo por el presupuesto para funcionar o por la paritaria docente, o mejores becas. No se puede descansar en las direcciones de CONADU que con su pasividad y lentitud solo favorece a dar tiempo a este gobierno, y desgasta mas a los trabajadores.

La lucha es política. Este gobierno nefasto no deja de hablar de la batalla cultural, quiere un pueblo sin educación para que le sea más complejo defenderse. Nosotros vamos por un pueblo formado y que tenga a sus profesionales al servicio de las necesidades populares no de los monopolios. Esa es la batalla de fondo y tenemos todas las condiciones para ganarla. El pueblo argentino y la universidad, batalló contra dictaduras. Hay que recuperar las mejores experiencias de nuestra historia de cordobazos con fuerza y ofensiva contra estos fascistas.

Alexander Kan