Pasaron más de ocho meses desde aquel 28 de mayo cuando la autopartista yanqui decidió dejar cesante al 50 % de la planta -entre suspensiones y despidos-.
La situación actual es que aún hay... Ver más
Subte, inseguridad para usuarios y trabajadores
El lunes 3 de enero se inició una obra en la línea C de remodelación de vías. Esta se extenderá hasta el 28 de febrero, además de afectar el normal transporte de pasajeros, los trabajadores del subte denuncian que una vez más Metrovías y SBASE (Gobierno de la Ciudad), ponen en riesgo la seguridad de los usuarios y trabajadores al alterar el funcionamiento del taller San José, lugar donde se realiza el mantenimiento de las unidades, y no prever su traslado.
Un reclamo que no es nuevo en el subte, pasó tan solo un mes de la muerte de Matías Kruger, el trabajador de la línea H que falleció al sufrir una descarga eléctrica mientras reparaba un aire acondicionado en el taller Colonia. Transcurrieron solo unas semanas de la inundación en estaciones de las líneas B y D tras una tormenta, situación que se repite y expone a los usuarios y trabajadores a la posibilidad de sufrir descargas eléctricas, por no mencionar las recurrentes picaduras de alacranes que sufren estos últimos, al no ser garantizadas condiciones mínimas de higiene.
Frente a la crisis en materia de seguridad, agravada por el cierre del taller San José los trabajadores se lanzaron a interrumpir la línea durante más de una jornada. Tras el paro se consiguieron mejoras en los vestuarios improvisados por la obra y en la rotación de trabajadores, pero aún se continúa reclamando por el acorde mantenimiento de las unidades. Metrovías y SBASE tuvieron apoyo de los medios que se encargaron de tergiversar el reclamo, planteando que se paraba la línea por mas baños. No es la primera vez que los medios juegan a favor de las patronales, intentando denigrar el legítimo derecho a huelga de los trabajadores, va de la mano con la invisibilización del reclamo de AGR de estos días, o la nota de La Nación donde se afirma que Argentina tiene los costos laborales más altos de la región.
Si los trabajadores del subte pararan por todas las condiciones de trabajo precarias que se dan en todas y cada una de las líneas, deberíamos encontrarnos con paros recurrentes, situación que no ocurre, no porque no haya disposición de los trabajadores a hacerlo, el paro de la C es prueba de ello. Esto no sucede porque la dirección de la AGTSyP está preocupada en ser el sindicato favorito para la empresa al momento de negociar, por lo cual las medidas se reducen a un oportunismo mediático que responde más a una interna propia de la Roja y Negra (lista que dirige el secretariado ejecutivo) que a un plan de lucha consecuente que se proponga seriamente conseguir condiciones de seguridad para trabajadores y usuarios.
En este contexto, resulta absurdo que durante todo el mes se haya discutido en torno a un posible aumento que elevaría la tarifa a $10, a la par que la empresa continúa negándose a implementar un protocolo de seguridad para las tareas con alta tensión o garantizar condiciones de seguridad para una obra que está planificada hace más de un año.
En el mismo sentido, se puede resaltar la preocupante merma de los auxiliares en las estaciones, la flexibilización que se intenta imponer a los boleteros a partir de subirles compulsivamente una categoría para sacarlos de la boletería con el fin de que realicen la tarea de auxiliar y boletero a la vez. AGTSyP al dedicarse a desarrollar un modelo basado en la negociación con la empresa, un modelo que cada vez se hace más difícil de justificar, reduce la fuerza del gremio y lejos de preservarlo de “perder su personería gremial” como suele plantear el secretariado ejecutivo con Segovia y Pianelli a la cabeza, fortalece a la UTA, con la que la empresa se encarga de cerrar el conflicto cuando AGTSyP no logra cerrar sus propias internas.
Internas que se basan en una discusión por profundizar la pelea contra el ajuste o mantenerla en el plano de una negociación que termina en una bicicleta por parte de Metrovías. En unos meses serán las elecciones de cuerpo de delegados en las líneas, momento para contraponer un modelo de organización combativa y antiburocrática que dispute la dirección del sindicato y se coloque como real oposición a la precarización que tanto el gobierno como Metrovías intentan profundizar en el subte.
Sofía Sáenz
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