Se agrava la crisis del imperialismo

Jueves, 12. Abril 2018

Toda situación nacional o regional tiene una relación directa con las claves de una situación internacional que se recalienta.
En la era de la supremacía del capital financiero y monopólico, las guerras interimperialistas y las revoluciones proletarias, se desarrolla con celeridad entre las principales, la contradicción entre potencias imperialistas. Asistimos a uno de los escenarios de mayor crisis y por consiguiente de mayor puja y tensión interimperialista. El surgimiento de nuevos aspirantes al control del mercado mundial en un marco de crisis económica y política global, ha tensado y puesto en un nivel de agresividad extrema a los estados de los supermonopolios.
A la crisis de sobreproducción relativa, se le suma la incorporación en la gran industria de las nuevas tecnologías y la robotización, desplazando mano de obra, abaratando lo producido y produciendo un acrecentamiento de la crisis. Las operaciones políticas y conspirativas, abren paso a sanciones y acciones de amedrentamiento recíprocas. De las medidas restrictivas se ha pasado a la fase de enfrentamiento económico, incluso con fraseología bélica para referirse a las ambiciones comerciales o productivas de las otras potencias. La crisis económica y política de lo que queda de la "Unión" Europea, se ve incrementada por las tensiones interimperialistas, las fricciones entre los propios estados y la creciente resistencia obrera y popular de la cual, el escenario de Hamburgo contra la reunión del G-20, es una expresión evidente de la reaparición de la juventud rebelde y revolucionaria dispuesta a plantarse en las calles contra las tendencias reaccionarias. Al “Brexit”, se le suma ahora la crisis española con el independentismo catalán como detonante, lo cual amenaza con expandirse en varias direcciones (hacia el propio estado en decadencia y hacia otros estados de la UE) acentuando la ruptura política con las manifiestas fragilidades de los Estados, al calor de las duras restricciones de los procesos de ajuste que siguen vigentes.
La llegada de sectores más reaccionarios a los gobiernos imperialistas, en un intento por darle salida a la crisis- cerrándose y volviéndose más agresivos- choca con las condiciones objetivas materiales; a su vez reaviva la contra tendencia obrera y popular de repudio al desempleo, saqueo y la guerra imperialista, generando un incipiente cambio en el estado de ánimo de las masas y en la subjetividad que facilita la recomposición de nuevos agrupamientos o el reforzamiento del activismo revolucionario. En un escenario cada vez más volátil, mientras se siguen aplicando medidas de bloqueo y boicot a diversos países, las medidas de la administración Trump contra China- intentando dar respuesta a su mercado interno golpeado por la recesión y el desempleo abierto que vuelve a tener índices cercanos al 5%- han significado un cambio en las relaciones económicas intermonopólicas. El contragolpe chino- también en dificultades para cumplir sobre todo con sus metas de crecimiento y desarrollo interno, principalmente sus capas medias y un giro en la producción necesaria de armamentos estratégicos-igualó las medidas restrictivas contra 125 productos yanquis a la vez que advirtió sobre el paso siguiente que es liberarse y ejecutar la enorme tenencia de bonos del tesoro EE.UU. en su poder. Parece no haber otra salida que la escalada de las medidas arancelarias y restrictivas entre bloques -constatación del fracaso "por arriba" en materia de acuerdos de la última reunión de la OMC-, lo cual supone una nueva crisis financiera de graves consecuencias y una peligrosa antesala de una cercana fase de enfrentamientos a mayor escala. La creciente tensión entre la UE y Rusia y sobre todo entre ésta y los EE.UU. - operaciones e injerencias, espionaje y expulsiones que habilitan represalias recíprocas, ponen un condimento especial al desarrollo de la crisis. A los escenarios de confrontación abiertos o latentes (Siria/Yemen/Crimea / Corea/Venezuela) se le suman conflictos regionales avivados por una creciente apuesta al rearme y a la mayor injerencia e inestabilidad políticas, como se viene manifestando en toda Latinoamérica, África y Asia. Ante esta perspectiva, se hace imprescindibleel llamado a la unidad antimperialista revolucionaria, a la conformación de un gran frente que se oponga a la guerra y el saqueo imperialista y a su vez impulse la rebeldía obrera popular como forma concreta de frenarla e intervenir desde abajo. A esta tarea apostamos y comprometemos el trabajo conjunto desde la IPLS (Liga Internacional de la Lucha de los Pueblos) desde hace más de 15 años.
En el contexto regional, es significativa la combinación de crisis económica y política - en el marco de una creciente puja entre sectores monopólicos con sus correspondientes sponsors imperialistas - signadas por la hipercorrupción, la recesión y fuga de capitales. La situación en Brasil, sin desmerecer el carácter regresivo y reaccionario de los sectores de poder que pujan por regresar a Brasil a la órbita exclusiva del capital financiero y el imperialismo yanky, la “lucha por abajo”está mediatizada todavía por el ‘populismo de izquierda’, el cual aparece como el otro contendiente que no difiere en lo sustancial con el núcleo de las clases dominantes brasileñas, en tanto que son sectores que renegocian la dependencia y tienen un peso importante en el poderoso estado de Brasil. Sin embargo, puede ser el preámbulo de una crisis socio política mayor en la medida que la puja “por arriba” desate las energías de las masas y abra un cauce de rebelión independiente. No es de despreciar el impacto económico que supone la supeditación de buena parte de la producción de países de la región a la economía brasileña, que intentó con el “lulismo” el camino "alternativo"de desarrollo y puja con sectores ligados a la EE.UU y la UE. como príncipe de los BRICS, lo cual le sumó el relativo odio de buena parte de la gran burguesía local y de algunas de la región que no querían su despegue definitivo de la mano china y en menor medida de los rusos. También en el caso de Colombia, que está atravesando un período eleccionario complejizado por la violencia política que está lejos de resolverse(ante el virtual fracaso de las negociaciones de paz entre Santos y las FARC) agravada por una brusca caída económica que contrasta con la concentración de la riqueza y las maniobras del imperialismo para seguir militarizándola y usarla de ariete contra Venezuela. En Perú prosigue la crisis de dependencia y “por arriba”, con un vacío de poder que no se logra ocupar todavía por el pueblo, aunque se nota cierta recomposición del activo y las acciones obreras y populares. Nuestro país se encuentra atrapado en esta lógica,la naturaleza del gobierno compuesta centralmente por CEO'S, testaferros y empleados de los principales empresas financieras, monopólicas y multinacionales empuja en dirección al ajuste/ achicamiento del estado, el mercado interno y el "gasto social", la toma indiscriminada de deuda y la entrega. Amerita contextualizar el programa local con las claves de la crisis general del imperialismo, resaltando el carácter reaccionario que supone poner a la Argentina en sintonía con la lógica de sometimiento, saqueo y guerra interimperialista. Particularmente , el gobierno local expresa la influencia conjunta de EE.UU. e Israel en el diseño de hipótesis de conflicto ,referidas a la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico- las “fronteras permeables y calientes”- , que son la excusas para controlar ocupando, para reforzar la compra de armamento y la adecuación territorial al contexto de la puja interimperialista con ejercicios conjuntos y la instalación de bases para la cooperación con esos fines ; también persiguen obviamente -en la medida que estos planes reaccionarios van a implicar mayor confrontación obrera y popular- la preparación política y técnica para la represión interna . En este sentido, lograr el repudio activo y hacer fracasar los intentos de sumar a nuestro país a instancias como la OCDE, los acuerdos de libre comercio con la UE u otros en curso, tratados multilaterales o el propio G-20 es de vital importancia para el activismo obrero, antimperialista y las masas populares. El surgimiento de un centro coordinador rebelde, que se exprese esencialmente en las calles- que agite y ponga en práctica un programa antimonopólico, antimperialista, democrático, obrero y popular - al estilo del último diciembre, que coordine unitariamente las luchas, lejos de la tutela del reformismo y la burocracia, es la clave para avanzar en el actual escenario político en donde buscar la posibilidad de un nuevo y necesario poder.

Pascual Duarte
Miembro del CC del PRML y del Comité Internacional de Coordinación de la ILPS

Publicado en: 
Jueves, Abril 12, 2018 - 22:45

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