Rosario: fuerzas federales y armadas

Sábado, 8. Abril 2023

En el no transar anterior advertíamos “un antes y un después en el escenario de la ciudad”, cuando el 1º de febrero el asesinato de Lorenzo “Jimi” Altamirano a manos de la disputa de las bandas narcos expresaba “un elemento cualitativamente distinto por ser novedoso, implementando en los hechos nuevos límites de la impunidad con la que opera el narcotráfico”. Y es que Rosario sigue contando sus muertos, mientras el país mira por televisión con temor lo que se vive. 

Además, están las corrientes políticas que expresan a las clases dominantes del país, buscando sacar provecho electoral de la situación en un año de elecciones, fomentando una política represiva hacia los sectores populares.

Es en este marco que el gobierno nacional pactó con el gobernador Omar Perotti el envío de la gendarmería y de las FFAA a Rosario. Respecto al ejército, más allá de que no estén armados y que desembarcan con la misión de realizar tareas de ingeniería social en los barrios, es lastimoso que el FdT y en específico Jorge Taiana, a quien respetamos en varios de sus posicionamientos, genere las condiciones para amigar a la ciudadanía con los militares. Con dicha iniciativa sientan las bases propicias para que las ideas de la derecha de Patricia Bullrich o Javier Milei penetren en la población. En todo caso el gobierno debería impulsar medidas que orienten al ejército en función del conflicto con las potencias externas, para la defensa de la soberanía nacional, para terminar con la pesca ilegal de los buques imperialistas en nuestros mares, por ejemplo.

Pero, ¿cuál es el verdadero propósito detrás de la política del gobierno? ¿Por qué las fuerzas federales y el ejército deberían aportar soluciones? Si han sido históricamente una herramienta al servicio de las clases dominantes para defender al régimen capitalista dependiente, reprimiendo a sangre y fuego a generaciones de militantes populares, patrióticos y revolucionarios. Así jugó un rol en todas grandes las represiones al movimiento obrero, así como en todas las dictaduras cívico-militares, incluida desde luego la del '76, orquestada ni más ni menos que por el imperialismo yanqui y la gran burguesía local. Siempre que la bronca crece y los estallidos populares se producen, las fuerzas federales y armadas están presentes para defender al régimen político en decadencia. Y en la Argentina de hoy, la pobreza es vivida por casi el 50% del total de la población, sin perspectivas de que esto mejore pronto.

En realidad, las clases dominantes están preocupadas por el caldo que se está cultivando en Rosario para un posible estallido social, como lo demostraron los vecinos hartos de la situación en un barrio de la ciudad, Empalme Graneros, derrumbando un bunker y, de esta manera, auto defendiéndose de los narcos. Ahí está la grieta: entre los que le dan de comer al narcotráfico y los que lo enfrentan con acciones concretas para transformar la realidad. Y queda claro que en tanto y en cuanto no se golpee a los sectores responsables de esta situación, no habrá un freno al flagelo y consecuencias que deja el mercado de la droga. 

No obstante, para pensar en posibles soluciones hay que preguntarse: ¿cuál es el origen del problema? Si el narcotráfico crece, el excedente que genera la producción, distribución y venta de estupefacientes crece también, y en dólares. Y si crece, es porque se expande hacia afuera del territorio nacional, buscando exportar estupefacientes hacia otros países. Una de sus principales salidas es a través las terminales portuarias del Gran Rosario, en manos de grupos económicos concentrados, extranjeros y locales.

Además, hay que investigar y seguir la ruta del dinero, ya que la plata ilícita se blanquea a través de casinos, negocios inmobiliarios y financieros, como el caso reciente que involucra a Gustavo Pedro Shanahan, director de la Terminal Puerto Rosario entre 2010 y 2013 y desarrollador inmobiliario, y a Patricio Carey, vicepresidente de una financiera que tenía a un reconocido narco entre sus clientes.

En consecuencia, para enfrentar al narcotráfico es necesario batallar en dos aspectos. Uno económico y otro cultural. En primera instancia es necesaria la derogación del decreto 949/20 para que el estado argentino recupere el control sobre los puertos y el comercio exterior del país. Evidentemente, las medidas aisladas no podrán subsanar el problema a la crisis profunda actual. Por eso también, es imprescindible ejecutar un programa integral, un conjunto de medidas económicas orientadas a promover la creación del empleo, la defensa del salario, la reactivación del mercado interno y el desarrollo industrial autónomo. Solo un programa popular, antimperialista, patriótico y revolucionario podrá enfrentar el verdadero problema del narcotráfico para sepultar el negocio y sus consecuencias mortales para la población.

Por otro lado, se ha anclado la imagen positiva de ser narco en la juventud. En este terreno también es donde el partido debe batallar ideológicamente para transformar una cultura que exalta a la figura del narco, oponiéndole como antítesis la construcción de una juventud revolucionaria y antimperialista, que se constituya como fuerza y motor de la vanguardia necesaria para la aplicación del programa de liberación nacional y social.

En el mes en el que se cumplen 47 años de la última dictadura cívico-militar, levantamos bien en alto las banderas de la generación del 70’ y del proyecto revolucionario y antimperialista que rompa con los lazos de dependencia, generando las bases para la construcción de una nación políticamente soberana, independientemente económica y socialmente justa, camino a la construcción de una sociedad socialista.

Esteban Pietri

Sábado, Abril 8, 2023 - 19:15

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