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Por una Navidad sin hambre y contra el ajuste

Nuevamente una multitud participó del plan de lucha nacional acordado entre organizaciones de desocupados los días 5 y 6 de diciembre, exigiendo al gobierno trabajo genuino, apertura inmediata de los programas sociales, un bono superior a los $3.000 ofrecidos en una de las últimas reuniones y el aumento de los montos que perciben los desocupados que es actualmente de $6.000.
En cada provincia la actividad fue de acuerdo a lo determinado por los frentes de lucha. Es por ello que hubo movilizaciones, cortes de rutas, acampes frente a diferentes delegaciones o edificios municipales y gubernamentales. La CUBa-MTR participó en varias provincias y en la Ciudad de Buenos Aires.
La medida piquetera fue multitudinaria en todo el país. En la CABA, alrededor de 8.000 compañeros se concentraron desde el mediodía del miércoles 5/12 en Plaza Constitución, zona sur de la capital porteña, y en el Obelisco quienes llegaban de las zonas norte y oeste. El objetivo consistía en llegar al Ministerio de Desarrollo Social, pedir una reunión para hacer entrega a funcionarios de primera línea el petitorio con los puntos del reclamo y en caso de no ser atendidos acampar hasta obtener una respuesta.
La policía de la Ciudad impidió el avance durante más de cuatro horas de las columnas concentradas del lado sur, quedando las diferentes organizaciones literalmente rodeadas por efectivos de infantería, la motorizada antidisturbios, carros de asalto y camiones hidrantes. Fueron horas de mucha tensión, en las cuales el gobierno porteño, en consonancia con el ejecutivo nacional, se jugó a hacer fracasar la medida a fuerza de amedrentamiento.
La persistencia y determinación de las organizaciones lograron sortear la provocación y, una vez arribado al Ministerio y avanzada la tarde se armaron las carpas y se permaneció hasta el día siguiente. Hubo llamados de funcionarios comprometiéndose a recibir los reclamos en la semana siguiente. Entrada la mañana, una asamblea a mano alzada votó el levantamiento de la medida y continuar con el plan de lucha si no hay una respuesta a lo planteado. Más allá de las declaraciones desafiantes de la ministra Stanley al día siguiente, diciendo que no iba a “ceder ante extorsiones”, la jornada le marcó la agenda al gobierno PRO, que deberá dar cuenta de los reclamos que le llegan por fuera del “triunvirato piquetero”.
La situación de los más pobres empeora día a día. En ese marco, esta movilización demostró, una semana después del operativo desproporcionado por el G20, que hay condiciones sobradas para seguir la pelea en las calles hasta que haya una respuesta favorable. Diciembre es un mes muy presente en la conciencia popular. La movilización de los territorios va a continuar durante todo el mes sin darle tregua ni pedirle permiso a los ajustadores, hasta alcanzar sus demandas y hasta derrotar a este modelo de hambre y miseria.
Oscar Kuperman
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