No nos olvidamos de Julio López

Sábado, 14. Septiembre 2024

Jorge Julio López desapareció el 18 de septiembre de 2006, después de declarar como testigo en el juicio contra el genocida Miguel Etchecolatz. En 18 años no hubo imputados ni detenidos.

Julio López era militante peronista y ejercía el oficio de albañil. Durante la dictadura cívico-militar fue secuestrado y pasó por varios centros clandestinos de detención. Ya en democracia, López prestó declaración en los juicios contra los genocidas. Años después, con la anulación de las leyes de impunidad, también lo hizo como testigo en el juicio en el que el represor Miguel Etchecolatz fue condenado a prisión perpetua. Días después de su declaración, el 18 de septiembre de 2006, desapareció sin que nadie tenga noticias sobre su paradero al día de hoy. Por su parte, Etchecolatz fue condenado tras aquel juicio y falleció en 2022 a los 93 años, con siete condenas a cadena perpetua y mientras era juzgado en tres causas más. Durante el macrismo fue brevemente beneficiado con la prisión domiciliaria.

La desaparición de López, en pleno gobierno de Néstor Kirchner, fue una de las manchas más grandes del relato K sobre los Derechos Humanos. Rápidos para la cooptación de organismos, los gobiernos kirchneristas ampararon la impunidad por acción u omisión. Su desaparición nunca fue investigada seriamente. Aún resuenan las palabras del entonces ministro Aníbal Fernández, diciendo que López debía estar en la casa de algún familiar.

En estos días en que la reivindicación de la dictadura y sus crímenes está instalada en el gobierno, mantener viva la memoria de los 30.000 detenidos desaparecidos, y de los que como López, entregaron todo por ver a los milicos en cana, es un deber de quienes sostenemos que el perdón y la reconciliación son imposibles. Del nunca más a los milicos genocidas hay que pasar al nunca más a los voceros de la dictadura en el poder: con ellos también vamos a ajustar cuentas.

Valeria Casas

Sábado, Septiembre 14, 2024 - 09:00

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