Ni un paso atrás

Viernes, 18. Julio 2014
Batalla de Stalingrado

13 de julio de 1942. El comandante Zhukov, reunido con Stalin y el general Vasilensky, expuso el plan que había elaborado sobre la situación de Stalingrado y el frente sur. Zhukov señaló allí la necesidad de retirar las tropas 1.400 km hasta la ribera del río Volga a la altura de ciudad de Stalingrado y allí atrincherarse para resistir el embate de las los ejércitos nazis. En Stalingrado el 62° Ejército al mando de Chuikov, que vendría retrocediendo, debería dar la vuelta y resistir allí obligando a los alemanes a concentrar la totalidad del VI° Ejército al mando de Von Paulus y de la mitad del IV° Panzer a cargo del general Hoth. Los combates no debían durar menos de 45 días, utilizando la fuerzas mínimas e indispensables, para dar tiempo a la concentración de tropas en la zona para lanzar un ataque contra los alemanes. Si el VI° Ejército de Von Paulus concentraba toda su ofensiva y recursos sobre Stalingrado y parte del IV° Panzer, esto aumentaría la vulnerabilidad de sus flancos y permitiría una contraofensiva.

La ciudad de Stalingrado debería resistir el empuje brutal de los nazis a toda costa. Durante el tiempo que la ciudad resistiera, se concentrarían tropas y blindados al norte y al sur-oeste de Stalingrado para desencadenar de allí una contraofensiva abrumadora que cambiaría la situación estratégica en el frente sur de la URSS. Stalin aprobó el plan con algunas leves modificaciones y el 28 de julio de 1942 emitió su conocida orden n° 227: “El enemigo envía cada vez más y más recursos al frente y a pesar de sus pérdidas cada vez penetra más profundamente en la Unión Soviética, captura nuevas regiones, devasta y saquea nuestras ciudades y pueblos, viola y mata a la población de la Unión Soviética. (...) Los invasores alemanes se dirigen a Stalingrado, al Volga y quieren capturar Kuban y el Cáucaso Norte con su petróleo y sus riquezas. (...) La gente de nuestro país que ama y respeta al Ejército Rojo está empezando a ser defraudada y a perder la fe en el Ejército Rojo y muchos de ellos maldicen al Ejército que huye hacia el este dejando la población bajo el yugo alemán. Algunas personas imprudentes se consuelan con el argumento de que podemos continuar la retirada al este, tenemos inmensos territorios, mucha tierra, mucha gente y que siempre tendremos abundancia de pan. Con estos argumentos pretenden justificar su vergonzoso comportamiento en el frente. Pero todos estos argumentos son totalmente falsos y trabajan a favor del enemigo. Cada comandante, cada soldado y oficial político tienen que comprender que nuestros recursos no son infinitos. El territorio de la URSS no es un desierto, está nuestro pueblo: obreros, campesinos intelectuales, nuestros padres y madres, esposas, hermanos, hijos (...) Cada nuevo pedazo de territorio que perdemos fortalecerá a nuestro enemigo y debilitará las defensas de la Madre Patria. Este es el por qué debemos erradicar la convicción de que podemos retirarnos indefinidamente (...). La conclusión es que es la hora de detener la retirada. ¡NI UN PASO ATRÁS! Este debe ser nuestra consigna desde ahora (...)”

Siguiendo esa consigna Zhukov dispuso en el perímetro de la ciudad 8 ejércitos, 4 ellos de tanques, con un total de 680.000 hombres, 860 blindados pesados (T-34), 6.500 obuses de 105 y 155 mm, ademas de 2.000 cohetes Katyusha. Al mes del ataque inicial, los alemanes controlaban el 90% de la ciudad y los soviéticos un franja de tierra de 1,5km de largo por 700m-400m de ancho. Stalingrado (hoy Volgogrado) está situada a orillas del río Volga y los soviéticos no debían perder el control del embarcadero que comunicaba con la otra orilla por el cual recibían armamento y refuerzos.

Cuando el mando alemán lanzo su última ofensiva con 3 divisiones panzer y 4 de infantería llegaron a escasos 100 metros del embarcadero del Volga. En ese momento cruzó el Volga hacia Stalingrado la 13° División de Guardias de Rodimtsev que se lanzo a la carrera sobre el frente y logro recuperar la estación de tren y el monte Mamaev Kurgan que habia sido tomado por los nazis. Al momento de entrar en combate la 13° División de Rodimtsev tenia 10.000 soldados, al finalizar el combate solo quedaban 320 de ellos.

La consigna de la famosa Orden n° 227 fue la que tomaron en sus manos aquellos hombres y mujeres: Ni un paso atrás! Stalingrado no debía ser entregada al salvaje invasor nazi.

Miles de ejemplos hay de como la orden de no retroceder fue llevada adelante. Los obreros de la fábrica Octubre Rojo que al terminar de ensamblar a toda prisa los tanques, bajo fuego constante de la artillería alemana, y sin siquiera pintarlos les cargaban la munición y los sacaban de la línea de producción para llevarlos directamente a la batalla piloteados por los voluntarios, o también el caso del comisario de un regimiento de artilleria ligera Babachenko que transmitió por radio el siguiente mensaje de despedida al cuartel general de Stalingrado cuando su bateria quedó aislada en un avance de los fascistas: “Cañones destruidos. Batería rodeada. Continuaremos luchando y no nos rendiremos. Saludos a todos”.

Roberto Craviotto

Publicado en: 
Viernes, Julio 18, 2014 - 17:00

Notas relacionadas