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Los números no acompañan a los trabajadores
En junio salieron varios informes que presentan los números de la industria. El gobierno trata de construir un relato donde la economía va a comenzar a reactivar “pronto”. Medida de tiempo que nunca es clara: pueden ser meses, años o décadas. A su vez, esa reactivación de la que habla el gobierno tiene relación con el extractivismo y no con la generación de una industria nacional que haga que nuestro país deje de ser conocido solo por producir materia prima.
El informe de la UIA advirtió que el empleo asalariado registrado en la industria “aceleró su caída y se perdieron 4.881 puestos en el mes, y ya se acumula una baja de 15.357 respecto de agosto último”. El 53% de las empresas tuvo caídas de la producción, el 60% en las ventas, el 37% en las exportaciones y el 24% en el empleo. El 12% de las empresas encuestadas presentó problemas para afrontar integralmente todas sus obligaciones (salarios, proveedores, compromisos financieros, tarifas de servicios públicos e impuestos). Los mayores atrasos fueron en el rubro impuestos.
Según el informe, las empresas consideraron que su situación económica está peor que hace un año. Esto se observó en las percepciones sobre la propia empresa (58,4%), en la situación del sector de actividad donde está la empresa (77,2%) y en el país (67,2%). De acuerdo con el estudio, las 16 divisiones de la industria manufacturera presentaron caídas interanuales. Se registraron disminuciones en “Alimentos y bebidas”, 9%; “Maquinaria y equipo”, 29%; “Productos minerales no metálicos”, 35,2%; “Industrias metálicas básicas”, 19,3%; “Sustancias y productos químicos”, 10,2% y “Muebles y colchones, y otras industrias manufactureras”, 35 %.
Los números son claros. El gobierno golpea la actividad y gran parte de la baja en la inflación está relacionada con la recesión de los distintos sectores. Y si bien la gran industria y ciertas pymes tienen en algunos casos algo de espalda para aguantar la recesión por unos meses -desde ya que no es la regla- esto no tiene relación con la espalda que tenemos los trabajadores. No deja de haber despidos y suspensiones. Muestra clara son las plantas automotrices en la semana de los feriados: alrededor de seis plantas paralizaran su producción, donde la mayoría viene de regímenes de retiros voluntarios. Además Renault analiza reducir de 8 a 6 horas los dos turnos de producción a partir de julio, lo cual se replicaría en Nissan, que fabrica en un solo turno.
Otro dato para tener en cuenta es que hay un nuevo freno en la producción de acero en la planta de Villa Constitución, que viene de la mano de la baja en la demanda de productos que cayó a la mitad, en gran parte con el parate de la obra pública que representa un 40% del total. En ese contexto, Acindar pretende ajustar la producción a la mitad de su nivel histórico: bajar de 1,2 millón de toneladas anuales a 600.000. En la empresa trabajan 3.000 personas en forma directa, entre personal de planta y contratados, más otros 1.000 ocupados en talleres que proveen a la siderúrgica.
Se puede seguir poniendo números sobre la mesa. Hay un ataque directo a la industria y sobre todo a sus trabajadores. El último dato que surgió días antes de que cierre esta edición de no transar es que desde diciembre de 2023 se cerraron más de 330.000 cuentas sueldo. Sólo en abril respecto a marzo, se eliminaron 65.532. El dato responde al informe mensual de Entidades Financieras publicado por el Banco Central. Las pymes están recibiendo el golpe, los grandes empresarios están negociando con el gobierno, viendo como debilitar a los trabajadores en relación a sus derechos y apostando a la desregulación para pagar menos impuestos. Cosa facilitada por la aprobada Ley Bases, que incluye una reforma laboral y un nuevo impuesto a las “ganancias” que pasaran a pagar muchos de los trabajadores formales con su salario.
Este gobierno en 6 meses aposto al sector financiero y al extractivismo. La especulación y la entrega es su forma de manejar la economía de nuestro país. Muy probablemente muchos de ellos no se queden a sufrir las consecuencias de lo que están gestando.
Nos queda la construcción con los trabajadores. Hay que encontrarnos debatir qué Argentina queremos construir, cuál es el proyecto económico que puede impulsar nuestro país en beneficio de las mayorías. Para luego pasar a la acción. Los recursos naturales están, parte del aparato productivo está instalado y esperando por ponerse en funcionamiento, los trabajadores están, los técnicos también están, lo que nos está sobrando son empresarios de monopolios, y políticos/economistas que siempre proponen que los platos rotos de sus fiestas los paguemos los trabajadores y el pueblo en su conjunto.
Vamos por una Argentina con industria nacional, con una planificación de cómo administrar sus recursos para que el pueblo en su conjunto se vea beneficiado y no los monopolios y el imperialismo. La ruptura de la dependencia es crucial para generar puestos de trabajo genuino.
ElDan
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