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La visita de Obama | Macri, mayor subordinación al imperialismo
Muy por debajo de la euforia oficialista y mediática desatada por la visita del presidente de los EEUU a la Argentina, los resultados concretos en términos de inversiones directas que deja el paso de Obama por el país, son mucho más etéreos que la expectativa instalada por el macrismo respecto de una “lluvia de dólares” que acompañaría al mandatario yanqui. Donde sí hay avances inquietantes es en materia de acuerdos de cooperación relativos a terrorismo, seguridad, defensa e inteligencia. En este terreno, a pesar de la escasa información divulgada, hay motivos para prever una mayor injerencia en la política interior y exterior.
El anuncio de U$S 2.300 millones de inversiones para los próximos 18 meses no se acercan ni remotamente a lo esperado para remontar la cuesta en que se encuentra la economía nacional. Hay un acuerdo marco firmado sobre comercio e inversiones que se propone reducir al mínimo las trabas al comercio bilateral, tal como lo recomienda la Organización Mundial del Comercio. Actualmente Argentina arrastra un déficit comercial con los EEUU de 4.200 millones de dólares, y es de esperar que con el rumbo marcado por este acuerdo, la tendencia se agrave. El énfasis puesto por los representantes de EEUU en desarrollar proyectos de explotación de yacimientos de gas y petróleo indica lo provechoso que viene siendo para ellos el maridaje YPF-Chevron que inauguró el kirchnerismo. Mientras EEUU planifica la explotación de nuestro subsuelo, la contraparte tiene pretensiones más humildes. El propio Macri planteó entusiasmado “volver a comerciar en condiciones de simetría permitirá mejorar economías provinciales como la de Tucumán, cuya venta de limones a EEUU se encuentra vedada desde hace más de quince años”.
En cuanto a la “lucha contra el narcotráfico y el terrorismo”, se acordó la asistencia a las fuerzas de seguridad argentinas por parte de sus pares estadounidenses. Estos acuerdos en el área de seguridad tuvieron su antecedente en el reciente viaje de la ministra Bullrich a Washington, donde se entrevistó con autoridades del FBI, la CIA y la DEA. Habrá entonces funcionarios argentinos capacitándose en la Academia Internacional de Policía, a cargo del FBI y la DEA, cursos que, hasta ahora estaban reservados a cuatro provincias (Salta, Santa Fe, Córdoba y Mendoza). Asimismo, se montará una “red de Centros de Fusión de Inteligencia” organizada por el FBI. Cabe destacar que estos “CFI” fueron creados por el Ministerio de Seguridad Nacional en la administración Bush luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001, y se dedican a intercambiar información de agencias de inteligencia, organismos policiales, fuerzas armadas y gobiernos de todos los niveles. El atropello a las libertades civiles es tan flagrante que el propio senado estadounidense publicó un informe lapidario sobre estos CFI.
En el mes de mayo, el Pentágono realizará un encuentro de trabajo con las Fuerzas Armadas argentinas, sobre “operaciones de paz”, preparación y respuesta ante desastres y “cooperación en defensa hemisférica”. Los mismos objetivos que se plantearan cuando aún estaba en pie el proyecto de base militar en el Chaco. Estas “misiones de paz” son operaciones militares que, para el plan estratégico de EEUU necesitan del aporte argentino, en este caso en África. Para esto, los amigos del norte entrenarán a las FFAA argentinas, modernizarán la flota aviones de transporte y carga C-130, e incrementarán el tamaño de las unidades militares desplegables. La Argentina se compromete también a recibir un importante número de refugiados, incluyendo personas desplazadas por la guerra en Siria, guerra desatada y sostenida por los EEUU. No sólo masacran y saquean al pueblo sirio, sino que consiguen adonde desalojar a los que logran huir de sus bombas. Si hay tareas humanitarias a desarrollar en Medio Oriente, la primera es exigir que los que se vayan sean las potencias agresoras, particularmente EEUU.
Toda esta información, que no está disponible en los órganos oficiales argentinos, sino en la página web de la Casa Blanca, aún siendo muy incompleta, da una idea más cabal de en qué consiste la reinserción en el mundo que busca el gobierno de Macri. Los recientes anuncios de inversiones surcoreanas y anglo-australianas para explotar yacimientos de litio y oro en la cordillera, complementan el esquema de profundización de un modelo extractivo, saqueador y dependiente que busca consolidar el macrismo y los gobiernos provinciales. En las masivas movilizaciones realizadas en todo el país para repudiar la visita del mandatario yanqui, se expresa la conciencia antimperialista de un pueblo que deberá apoyarse en lo mejor de su historia de luchas para dar combate a una camarilla gobernante que no tiene más para ofrecer que subordinación a los planes del imperialismo.
Leo Funes
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