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La pelota manchada
Después de varios idas y vueltas el gobierno daría fin al Fútbol para Todos, es decir que se comenzaría a pagar por la televisación de los partidos.
Si bien aún no se definió el formato que finalmente tendría ni quien se haría cargo de la administración, lo que es un hecho es que el gobierno de Mauricio Macri comenzó a buscar actores del sector privado que quieran quedarse con la transmisión de los partidos.
Los argumentos esgrimidos por el gobierno para terminar el ciclo son los gastos que genera para el Estado (en el primer semestre del año desembolsó una cifra de $ 881.000.000), corrupción, que los clubes están igual o peor que antes, etc. Lo que se puede analizar es si efectivamente es un fin de ciclo implementado por la nueva administración o una nueva metodología de “salvataje” a los clubes. El Fútbol para Todos tuvo como objetivo administrar la crisis de los clubes pero sin realizar cambios estructurales para modificar el estado de los mismos. Lo que propone el macrismo es ceder los derechos de televisación del fútbol a manos privadas y dar vía libre a la generación de recursos propios de parte de los clubes, o sea, la creación de sociedades anónimas.
El tema es que nadie se pone de acuerdo en qué hacer, pero lo que se intuye es que tampoco hay intenciones de romper el pacto. Si bien al principio la disputa estaba entre los que querían formar la Superliga (el gobierno y los “grandes” clubes, básicamente Boca y River) para crear las sociedades anónimas en el fútbol, y en la vereda opuesta los clubes del ascenso, hoy no es tan claro de parte de quién está cada uno.
Más allá de quién realice la transmisión de los partidos, si la Selección se queda afuera del Mundial de Rusia, si se agrava la crisis en la AFA, si los clubes del ascenso logran imponerse o los dirigentes de los “grandes” creen un torneo aparte, la dirigencia corrupta tendrá su nuevo salvataje y la función social y deportiva de los clubes se verá herida de muerte. Lo que se sabe es que el fútbol será transmitido por algún grupo de medios internacional y que los auspiciantes son los verdaderos ganadores de la crisis.
Ignatius
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