La patronal profundiza su plan de despidos en el marco del ajuste K

La recesión económica ya impactó en la producción industrial.

En el caso de las automotriz en mayo cayó la producción de autos en un 36%, un 40% las ventas mayoristas, un 39% las exportaciones, un 38% los patentamientos y un 23% la venta de los usados según los datos de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), la Asociación de Concesionarios de Automotores (Acara) y la Dirección Nacional de los Registros Seccionales de la Propiedad Automotor (DNRPA). La caída del consumo explica estos números. A su vez, la decisión de las patronales imperialistas es instalarse en destinos con menos costos laborales, en términos de pago por mano de obra como de conflictividad. El plan Pro.Cre.Auto, de estímulo a la adquisición de automotores, lejos de reactivar la producción le salva las papas a las automotrices para que puedan deshacerse de su stock, a cambio de que no se desprendan de personal muy abruptamente. Pero estos acuerdos con los buitres de la industria son siempre complicados…

La crisis en el sector viene manifestándose en despidos y suspensiones. Las empresas multinacionales han tomado dicha táctica para asegurar sus ganancias, pero también para ajustar cuentas con el activismo sindical combativo que crece en las plantas.

El cordón industrial de la zona norte del Gran Buenos Aires se convirtió en una zona caliente en materia de conflictos, con sectores combativos que organizan a los trabajadores, saltando los obstáculos que también pone la burocracia buchona y pro patronal del SMATA.

En la actualidad, es el conflicto en Lear el que viene concentrando la atención del movimiento obrero, luego de que la multinacional yanqui suspendiera a 330 trabajadores y luego de echar a 100; el argumento “el bajo rendimiento” es una farsa tratándose de empleados con una antigüedad de más de 15 años. Los delegados vienen denunciando esto, así como el carácter ilegal de la decisión de la patronal, contemplando que la empresa no se declaró en crisis y que de hecho facturó más de 16.000 millones de dólares en 2013 (a nivel mundial). Definitivamente de lo que se trata es de preparar el terreno y defender las ganancias a costa de los laburantes.

La respuesta de los trabajadores fue la de organizarse y luchar contra las suspensiones y por la reincorporación de los despedidos. Así vienen haciéndolo con un acampe y bloqueo frente a la autopartista, e incluyó la jornada del martes 8 con un corte sobre la Panamericana, otro en Callao y Corrientes y también en el Puente Pueyrredón. Estas medidas contaron con el apoyo de juntas internas, delegados, organizaciones políticas y agrupaciones estudiantiles. En Panamericana fue reprimido brutalmente por Gendarmería.

Mientras tanto la empresa no permite el ingreso a los delegados, otra decisión completamente ilegal. Del Ministerio de Trabajo de la Nación ni noticias; la única respuesta clara del gobierno K es el envío de la gendarmería con el apoyo de la policía de Scioli para desalojar a los trabajadores que están reclamando. Así queda claro al servicio de quién está este gobierno.

Es una necesidad contener estos reclamos y un triunfo del movimiento obrero disparará el avance de las luchas en un contexto donde crece la bronca, la pelea por defender los puestos de trabajo y el salario: de la mano de un nuevo activismo y la recuperación de delegados y juntas internas. Es esto es lo que espanta a los burócratas, las patronales y el gobierno y su respuesta no es más que una consecuencia del avance del movimiento obrero.

En el número anterior de no transar analizábamos el conflicto de Gestamp donde decíamos “las batallas por venir no serán menos duras, y como quedó demostrado, la posibilidad de concesiones por parte del gobierno y las multinacionales está reducida al mínimo”. Como viene demostrándose en los conflictos en zona norte y otras partes del país, la tarea es seguir profundizando este camino, acompañadas por la unidad de los sectores combativos, la izquierda y los que luchan para enfrentar el ajuste.

Ema Díaz